MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El papel del docente en la lucha revolucionaria

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Vivimos en un país donde domina el modo de producción capitalista, un país que produce para vender mediante un ejército de hombres y mujeres que venden su fuerza de trabajo todos los días, a cambio de un salario insuficiente para vivir dignamente.

Vivimos rn un país donde hay una inmensa masa de hombres que no tienen nada mientras que, unos pocos, lo tienen todo; donde unos tienen más de una casa y otros viven debajo de puentes; donde los hijos de los trabajadores muchas veces tienen que salir a trabajar para ayudar a sostener su hogar; donde la educación se compra y se vende; donde la medicina se cobra; donde la prostitución es una fuente de ingreso para muchas mujeres jóvenes, donde la delincuencia está por los cielos y donde la pobreza se agrava cada día que pasa. Este es el país en el que vivimos actualmente.

Ustedes, maestros, pueden crear verdaderos revolucionarios: estudiantes críticos, inconformes con su situación económica, y luchadores. Con esto estarán creando el ejército que transformará este país.

Nadie elige dónde nacer, no elegimos patria, no elegimos familia, lo único que elegimos es qué hacer con nuestra vida: usarla para transformar este país en uno más justo, donde cada mexicano tenga realmente educación gratuita y de calidad, donde pueda alimentarse y donde pueda curarse sin necesidad de pagar.

Podemos elegir transformar a nuestro país en un país independiente, que produzca suficiente riqueza y que esta se distribuya de acuerdo con el trabajo realizado por cada hombre y no de acuerdo con la cantidad de medios de producción que posee en sus manos.

Podemos buscar un país en el que todos tengan acceso a un trabajo digno con buenos salarios, un país en el que realmente seamos libres y no exista explotación del hombre por el hombre, o, en su defecto, usaremos nuestra vida para convertirnos en un peón más de este sistema que nos explota.

Los maestros no pueden ser indiferentes, los maestros en este país son explotados como cualquier otro trabajador, los docentes, aún sin darse cuenta de ello, también venden día con día su fuerza de trabajo y, a cambio de ello, los remuneran con un salario, el cual resulta insuficiente para tener una vida digna.

Ustedes, maestros, también son explotados y, además, son usados para inculcar la ideología burguesa en la juventud y, muchas veces, lo hacen sin darse cuenta porque no comprenden el papel que juegan para la burguesía o, simplemente, nos conformamos con lo poco que nos llega por medio de una plaza.

Los maestros de México deben saber que su posición en la sociedad les da una ventaja muy grande que, si se aprovechar, puede contribuir a la transformación de nuestro país. 

Ustedes, maestros, trabajan con jóvenes todos los días, jóvenes que deben escucharlos por lo menos por obligación. Esta es la clave, ustedes pueden convertirse en educadores reales de aquellas almas que dirigirán la transformación de esta sociedad.

Ustedes, maestros, pueden crear verdaderos revolucionarios: estudiantes críticos, inconformes con su situación económica y luchadores, sobre todo. Con esto estarán creando el ejército que transformará este país.

He aquí la importancia de festejar a los maestros, no festejamos el hecho de ser maestro, sino el hecho de que ustedes pueden y deben ser los formadores de revolucionarios.

El papel del docente, hoy en día, debe ser el de agitar, ayudar a organizar y luchar con la juventud; ellos son los únicos que podrán organizar y educar al pueblo de México y guiarlo a su liberación.

Esta es la razón y la importancia por la que la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” reconoce a los docentes en su día. Patria o muerte: ¡venceremos!

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