Uno de los factores importantes en el desarrollo social es la educación. La educación en México tiene varias deficiencias: es desigual, insuficiente y su calidad es incierta debido a las carencias en medición. Estas características se agravan entre más alto sea el nivel escolar y varían dependiendo de la región geográfica en las que se encuentran ubicadas.
Concebir a la escuela como escenario de formación y socialización nos lleva a realizar varias reflexiones:
Primero. La escuela debe mejorar sus prácticas educativas a la reflexión crítica, es decir, se trata de desarrollar la mente de los educandos, enseñarles a vivir, de aprender no solo de los libros, sino de la vida. Es una intención formadora que pone sus esfuerzos en hacer que lo aprendido sea trascendente y transformador del actuar humano. Se trata de una escuela concebida como el espacio donde se construyen ambientes estructurales y globales para la transformación de los jóvenes, en la cual el desarrollo del talento sea una herramienta para crear a un hombre nuevo. De esta forma la escuela debe ser un espacio de interacción, construcción y desarrollo de potencialidades necesarias para la comprensión del mundo, sus relaciones y sus posibles transformaciones.
Segundo. En la escuela se producen intercambios humanos intencionados al aprendizaje de nuevos conocimientos, al desarrollo de competencias y a la construcción de la identidad de los estudiantes como individuos de la comunidad. La estructuración de la escuela como escenario de formación y socialización, es aquella que trata de responder al tipo de relaciones de un espacio propicio para la interacción. La escuela como espacio de socialización debe asumirse como un lugar propicio para que los jóvenes que asisten a ella, se sientan incluidos y motivados a ser ellos mismos, ya que en su interior se proyectan las acciones formativas necesarias para su desarrollo.
Tercero. La escuela es una referencia a un viaje que se inicia desde la temprana edad y termina incluso hasta la adultez. Es un lugar donde se prepara a los individuos para que sean parte de la sociedad que los ha acogido, los responsabiliza de su conservación y de su transformación, esta transformación ha de evidenciarse en la estructuración de nuevas prácticas culturales del reconocimiento del otro, en la construcción de ideales para vivir en una sociedad más justa y equitativa. Educar de esta manera es introducir a las nuevas generaciones en los patrones culturales de la sociedad y prepararlos para su recreación. De esta forma la escuela no solo socializa y educa para la vinculación de los jóvenes a las redes de sentidos sociales, sino que al mismo tiempo los ayuda a implicarse en la construcción de nuevos patrones culturales.
La escuela en su acción formativa, tiene el reto de construir personas que ayuden al desarrollo de la sociedad. La misión de la escuela en un principio debe ser pensada en una educación para la acción y no desde una educación para la fabricación, pues en esta última el objetivo de formación sería convertir al educando en solo un instrumento que forme parte de la mano de obra barata que incremente las riquezas de solo unos cuantos privilegiados.
En la construcción de la identidad los educandos tienen que lograr entender los significados de la existencia de acontecimientos que han movilizado su historia. Así mismo, la construcción de la identidad del individuo crea nuevas formas para la construcción de un espacio vital que reivindique a la sociedad.
Es cierto que las escuelas de nuestro país enfrentan grandes retos, derivados al poco presupuesto que el gobierno invierte a este sector.
Lo anteriormente expresado fundamenta que la escuela aparte de educar en el ámbito académico, en lo moral y la ética, debe formarlos políticamente, ya que todos deben asumir responsablemente la tarea de la creación de un espacio democrático propio para la convivencia, el aprendizaje y la socialización. Es necesario un replanteamiento en cuanto a la forma de trabajar en las escuelas, es correcta aquella frase que dice:
“Los jóvenes son el futuro del país”, pero es importante que exijamos al gobierno federal y autoridades educativas trabajen conjuntamente para tener las condiciones necesarias para poder educarse.
La escuela debe plantear alcanzar el ideal de formar a futuras sociedades y por ello debe asumir cuál es su verdadero objetivo, sabemos que la situación de la educación en nuestro país es deficiente y muchas veces la formación que reciben los educandos es limitada. Las escuelas adheridas al Movimiento Antorchista trabajan en ese proyecto, un proyecto educativo que tiene como objetivo preparar a los educandos en todos los ámbitos, académico, cultural, deportivo y político, donde las escuelas puedan crear a hombres nuevos que conformen una sociedad más justa y equitativa, y estos contribuyan a su desarrollo.
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