MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El pueblo debe participar en política

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Es común oír decir entre la gente del pueblo “la política es una porquería”, “sólo sirve para que se aprovechen de los más jodidos”, “eso a mí no me interesa”, “son puros cuentos”, “mira, somos amigos, si quieres mantener nuestra amistad no hablemos de eso (de política)”. A pesar de ello, no hay duda de que gracias a la insistente labor que realizan los partidos políticos para incitar a la ciudadanía a votar por sus candidatos, cuando menos en época electoral es inevitable hablar de política. (Aunque una vez pasada la algarabía y dejando acreditados a los triunfadores de la contienda, el ciudadano común regrese a su acostumbrada apatía).

¿Qué es pues la política? ¿Es posible mantenernos al margen de ella? ¿Sólo la ejercen los “malvados”, los que “no tienen qué hacer”, o algunos “superdotados”? ¿Es privilegio de unos cuantos?

Según la Real Academia Española (la más alta autoridad en asuntos de lengua hispana) la palabra política tiene varias acepciones: 1. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. 2. Actividad de quienes rigen a o aspiran a regir los asuntos públicos. 3. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo. 4. Cortesía y buen modo de portarse. 5. Conjunto de orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado. (1)

Como podemos ver, las tres primeras definiciones especifican la relación de la política con el acto de gobernar o de intervenir en los asuntos públicos, es decir, los que tienen que ver con la sociedad en su conjunto. Las otras dos se refieren a la forma en que una persona interactúa con sus semejantes, es decir, la manera en que se comporta en la sociedad. De aquí se desprende que, siendo el ser humano un ser social la política es consustancial a él, es decir, forma parte de su propia naturaleza, le es inseparable.

Es por ello que la política ha sido un tema relevante desde la más lejana antigüedad. Etimológicamente, la palabra política “viene de la expresión “politiké techne”, el arte propio de los ciudadanos, arte social, arte de vivir en sociedad, arte de las cosas del Estado.”(2) “Es todo lo relativo a la vida de la polis (ciudad) (…) El término politikos es pues sinónimo de social, por eso cuando Aristóteles [384-322 a.C.] dice que el hombre es un “zóon politikón” quiere decir realmente que el hombre es un animal social, que vive en un estado o ciudad sujeto a leyes elaboradas por la razón.”(3)  Para Platón (428-347 a.C. aprox.) “la política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento. El político es quien conoce ese difícil arte. El arte de gobernar por la fuerza no es política, es tiranía.”(4) “La política es el conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones en grupo, u otras formas de relaciones de poder entre individuos, como la distribución de recursos o el estatus. También es el arte, doctrina o práctica referente al gobierno de los Estados, promoviendo la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad.”(5)  “La política está presente en todos los ámbitos de la vida social: en la religión, el deporte, la ciencia, las escuelas, el arte, y no es posible huir de ella.”(6)

Así pues, el ser humano es un ser político, todos -hombres y mujeres- somos entes sociales, existimos porque pertenecemos a un grupo, vivimos  gracias al esfuerzo del colectivo, de muchos que contribuyen para que tengamos lo necesario para la subsistencia y con quienes nos relacionamos directa o indirectamente. Vivimos en sociedad. Por eso es imposible mantenernos al margen de la política.

Desafortunadamente, quienes sí saben para qué sirve la política han hecho de ella una herramienta que sólo usan en su beneficio, realidad en que las grandes mayorías salimos perjudicadas. Y si a esto le agregamos que se nos mantiene al margen de toda verdadera educación política -precisamente para que seamos incapaces de utilizarla en nuestro provecho- el asunto se acabala.

Urge pues que el pueblo se eduque políticamente, que se organice con sus iguales y participe –como dice más arriba- en los asuntos públicos, en los asuntos relacionados al buen gobierno, en los asuntos del Estado. La política no es para “gente sin quehacer” o para unos cuantos elegidos. Debemos ejercerla todos y principalmente las grandes mayorías, los más perjudicados con las políticas actuales que únicamente benefician a unos cuantos.

(1)www.rae.es

(2)etimologías.dechile.net

(3)etimologiaspalomar.blogspot.com

(4)wsimag.com

(5)es.m.wikipedia.org

(6)Abel Pérez Zamorano, Revista Buzos, No. 495

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