A través de unas líneas abordaré el segundo informe constitucional del gobernador Salomón Jara Cruz, cuyo discurso de prosperidad no se empata con los problemas a los que nos enfrentamos a diario los oaxaqueños.
Hay carencias en los servicios de salud, de educación, el temor ante la inseguridad, etcétera. Pero sobre todo, me interesa que todos conozcamos a lo que nos enfrentamos, porque no se trata de una situación aislada, sino que tiene sus raíces en las nulas acciones de quienes hoy nos gobiernan y, por tanto, no podemos quedarnos callados e inmóviles.
Lo que vemos es que la política de ayudas monetarias directas se está consumiendo los recursos que deberían dedicarse a la inversión productiva, la investigación, la tecnología y la salud de alta calidad para los ciudadanos.
Tan lejos de la realidad estuvo el mensaje del gobernador, que tanto diputados como la Secretaría General de Gobierno tuvieron que madrugar para esquivar protestas en el Congreso, y en menos de 25 minutos se tuvo que realizar el acto protocolario en cumplimiento al artículo 43 de la Constitución Política.
Tras carecer de cuentas que realmente le interesan al pueblo oaxaqueño, no tuvo de otra más que basarse en un discurso triunfalista, muy típico de la 4T, en el que se endulzaba el oído del pueblo enfatizando que era “no sólo un ejercicio de rendición de cuentas, sino una expresión del compromiso de la Primavera Oaxaqueña con la transparencia y el diálogo permanente con el pueblo, que han sumado voluntad para construir un estado más fuerte, unido y justo”.
Es en este primer aspecto en el que quisiera abundar: si hay un lazo fuerte entre el pueblo y los gobernantes, ¿por qué el madruguete? ¿Por qué irse a la ciudad de Juchitán a rendir su informe si hay tanta estabilidad en todo el estado? O más bien, será que tenían razón los familiares de la defensora Sandra Domínguez (quien desapareció desde hace casi dos meses y de la que a la fecha no se sabe nada), que, desde frente a la Casa del Pueblo, denunciaron al gobernador como cobarde porque tuvo que trasladarse a otra región para no escuchar reclamos contra su administración.
Por otra parte, el encargado de la política interna del estado refirió en el acto de entrega de informe que “los resultados de la Primavera Oaxaqueña se reflejaban en los avances para consolidar el Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, así como la carretera Barranca Larga-Ventanilla” y en las recientes y apresuradas inauguraciones del Parque Primavera Oaxaqueña y el Polideportivo Venustiano Carranza. Claro está que los oaxaqueños que seguimos de cerca lo que sucede en nuestro estado y cómo accionan los que hoy están en el poder no esperábamos más, es decir, ya adelantábamos que se constriñerían a dar cuentas sobre “sus megaproyectos” para más bien quedar bien con quienes les interesa —los de Palacio Nacional— y ocultarían todos los problemas que aquejan a la mayoría de los oaxaqueños, porque hablar de ello sería darse un “balazo en el pie”. Y para que no crean que todo lo que digo es solo por criticar a la 4T, veamos los siguientes datos.
En cuanto a seguridad, tema que a todos nos interesa, la organización de defensa de derechos humanos “Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad” destacó que de diciembre de 2022 a noviembre de 2024, tiempo que ha gobernado Salomón Jara, han desaparecido 686 mujeres y se han cometido 205 feminicidios.
Por otra parte, en el último informe la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, correspondiente al tercer trimestre de 2024, la percepción de inseguridad entre la población de la ciudad de Oaxaca de Juárez aumentó, sobre todo en la capital del estado, pues pasó del 59.9 % al 64.3 %; es decir, de cada diez habitantes de la ciudad de Oaxaca, seis se sienten inseguros. Lo grave de este informe es que enfatiza que la mayoría de los oaxaqueños no confían en que las condiciones de seguridad o inseguridad mejoren en el transcurso del próximo año.
Tal cuestión no es para menos, pues, aunque el gobierno de Oaxaca trate de minimizar la ola de inseguridad, diciendo que se trata de hechos aislados y atípicos, como salió a declarar el propio secretario de Gobierno, Jesús Romero, jactándose de que Oaxaca únicamente registra 18.6 delitos por cada 100 mil habitantes, eso solamente confirma que la Primavera Oaxaqueña miente y cierra los ojos ante la realidad, como bien les reviró el arzobispo de la diócesis de Antequera, Pedro Vásquez Villalobos. Pero como, finalmente, la realidad siempre se impone, los cuatro multihomicidios en la entidad en el mes de noviembre le muestran a la 4T de Oaxaca que sus políticas de seguridad siguen siendo rayas sobre el agua.
Aunque se habla de un exitoso progreso y combate a la desigualdad, esto no se compensa con la realidad, pues, de acuerdo con el Coneval, Oaxaca no ha salido de ocupar el tercer lugar con mayor población en situación de pobreza, pues dos millones 500 mil personas viven en esa situación; es decir, el 58.4 % de sus habitantes.
Ahora bien, estos datos, ¿qué representan más allá de sonar como simples estadísticas? De acuerdo con la encuesta sobre el ingreso corriente promedio trimestral por hogar del Inegi, los habitantes de al menos 136 municipios de Oaxaca carecen de ingresos suficientes para una comida, dado que obtienen un promedio diario de ingresos inferior a los 80 pesos.
Y once municipios de Oaxaca están entre los 40 con menores ingresos en el país. Dentro de las demarcaciones con menos ingresos en el estado se encuentran San Juan Lalana, San Miguel Peras, San Juan Bautista Tlachichilco, San Pedro Nopala, San Juan Lachigalla, San José Tenango, Santa María Zaniza, San Juan Bautista Suchitepec, Santiago Jocotepec, Guevea de Humboldt y Eloxochitlán de Flores Magón. Además, el estudio indica que los ingresos trimestrales más bajos de las familias son de 267 pesos con 80 centavos diarios y, considerando una familia media de cuatro integrantes, un ingreso diario de entre 42 pesos con 12 centavos y los 66 pesos con 95 centavos por persona, dinero que no alcanza para comprar ni un kilo de carne al día.
Finalmente, en su nota metodológica, el Inegi indicó que se usó como base la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 2022 y el Censo Nacional de Población y Vivienda, para obtener el ingreso corriente de los hogares, en los que se consideraron las entradas monetarias y no monetarias del ingreso por trabajo, la renta de la propiedad, las transferencias (en este caso se comprenden también los apoyos por becas o programas sociales), la estimación del alquiler de la vivienda y otros ingresos corrientes que, en el caso de Oaxaca, también considerarían un ingreso importante por las remesas que llegan a las familias de nuestro estado por parte de sus paisanos.
Sin embargo, a pesar de lo preocupante y apremiante que resulta esta situación, ninguna acción se mencionó en el informe del gobernador. Y muy seguramente no lo abordó porque saben bien que no están generando empleos ni siquiera brindando las condiciones laborales para remediar dicha inseguridad alimentaria.
Esto se confirma con datos del Instituto Mexicano de la Competitividad al referir que al menos 62 de cada 100 personas ocupadas en algún trabajo están en condiciones de informalidad laboral, porque el salario mensual promedio de una jornada completa es de 8 mil 952 pesos y también porque casi una tercera parte de quienes trabajan (33.3 %) exceden las 48 horas que marca la ley.
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