Durante estos últimos seis años, aunque no hayamos querido escuchar las mañaneras ni los informes presidenciales, sabemos que Andrés Manuel López Obrador estuvo presumiendo prácticamente todos los días: récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico en incremento al salario mínimo, entre otros logros de su gobierno; pero de lo que nunca habló es el costo de la vivienda, que tocó niveles alarmantes en el actual sexenio y que implicó un duro golpe para los trabajadores, ya que ahora necesitan un ingreso mensual de 50 mil pesos para comprar una casa.
En lo que va del Gobierno actual, los precios al público de la vivienda propia y alquilada aumentaron más que en el mismo periodo del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Los mexicanos no pueden perder de vista que, si los gobiernos anteriores no resolvieron los problemas que aquejan al pueblo trabajador, la 4T no solo no resuelve, sino que los agrava y, con ello, tarde o temprano terminará derrumbándose.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que, de noviembre de 2018 a abril de 2024, los precios de la vivienda propia, a nivel nacional, subieron 17.90 % y el alquiler de vivienda, 16.72 %, con esto, en México prácticamente nadie puede comprar o rentar una casa.
Uno de los problemas es que hay una enorme disparidad entre el incremento del precio de la vivienda y el salario. En su boletín económico mensual correspondiente al mes de agosto de 2024, el Instituto de Información Estadística, Informática y Geográfica de Jalisco (IIEG) dio a conocer que los precios de la vivienda de la entidad han crecido a un mayor ritmo que el ingreso laboral promedio mensual de la población ocupada, así como del salario diario base de cotización (SDBC) del IMSS.
De acuerdo con el IIEG, del primer trimestre de 2013 al primer trimestre de 2024, los precios promedio de las viviendas en la entidad se han más que duplicado en términos reales, pues la variación acumulada en ese periodo es de 138 %. En contraste, el ingreso mensual promedio creció 10 % en términos reales en el mismo periodo, mientras que las percepciones de los trabajadores formales medidas por el SDBC crecieron 22 %.
Lo anterior implica que el crecimiento del precio promedio de la vivienda fue 13.8 veces mayor al incremento del ingreso promedio, mientras que fue 6.3 veces mayor al del SDBC.
El organismo dependiente del Inegi señala que el ingreso promedio mensual en Jalisco en el primer trimestre de 2024 fue de 10 mil 016 pesos, mayor que el promedio nacional de 9 mil 356 pesos. Se recomienda que el pago mensual de un crédito hipotecario o para el pago de renta sea del 30 % del ingreso mensual. Bajo este esquema, un jalisciense promedio solo podría pagar 3 mil 004 pesos al mes, sin contar con el desembolso de un enganche para la adquisición de vivienda propia.
Según la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), el precio promedio de una vivienda en Jalisco para el primer trimestre de 2024 fue de 1 millón 828 mil 823 pesos, cifra mayor del promedio nacional, que es de 1 millón 702 mil 514 pesos. Un ejercicio realizado internamente por el IIEG arrojó que, para poder comprar una vivienda con un valor del promedio estatal, teniendo un enganche de 10 % y un esquema de pagos a 20 años, se requiere contar con ingresos de casi 49 mil 106 pesos mensuales con un pago mensual de alrededor de 19 mil 552.
Desde 2020, el costo de los inmuebles en el país ha experimentado un alza significativa debido a factores como la creciente demanda, el encarecimiento de materiales clave como el cemento y el acero, y la disminución en la construcción de viviendas. En este sexenio se han construido en el país 735 mil 435 casas, 48 % menos que el millón 415 mil 566 del mismo periodo de Peña Nieto, revelan cifras del Registro Único de Vivienda (RUV).
El autollamado Gobierno de la 4T confundió su política de vivienda con la política inmobiliaria. Las viviendas de interés social registraron un desplome de 60 % en relación con el sexenio pasado. La Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) señala como principal causa de esta caída la cancelación de subsidios a los trabajadores de bajos ingresos para comprar una casa de interés social.
De acuerdo con la Canadevi, el desplome que sufrió en este sexenio la producción de vivienda económica es grave y es la principal razón que explica la caída total en la edificación en México. Como consecuencia, hay una reducción de la vivienda en medio de una creciente demanda.
México tiene el sexenio con la vivienda más cara y escasa, mientras que en el país hay un déficit de 9.6 millones de viviendas, por lo que, en números cerrados, faltan 10 millones; en el área metropolitana de Guadalajara, un aproximado de 350 mil viviendas, según datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). Además, en el caso de las casas solas, creció 10 % y el de casas en condominio y departamentos se apreció un 9.3 % de incremento.
Los mexicanos no pueden perder de vista que, si los gobiernos anteriores no resolvieron los problemas que aquejan al pueblo trabajador, la 4T no solo no resuelve, sino que los agrava y, con ello, tarde o temprano terminará derrumbándose. Por lo tanto, mientras sigan las graves necesidades populares insatisfechas, es necesario no seguir dejándose engañar a cambio de dádivas y poder construir, en mejores circunstancias, la organización que guíe al pueblo en su lucha por la toma del poder político en sus manos, solución de raíz, única y definitiva, de todos y cada uno de sus problemas, entre ellos el problema de la vivienda.
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