En los días que corren han ocurrido varios acontecimientos en Hidalgo que, mínimamente, merecerían una respuesta del Ejecutivo estatal, pero hasta hoy su proceder se puede interpretar como indiferencia o aceptación implícita de responsabilidad. Y no hablo únicamente de los lamentables hechos del martes 1 de junio, donde vimos como la policía arremetía contra campesinos de San Salvador, que demandaban obra pública y cumplimiento de acuerdos con instancias del gobierno estatal, y a un joven campesino tirado en el pavimento, desangrándose frente a las puertas de palacio de gobierno, víctima de la agresión policíaca. Tampoco me refiero solamente a la inusitada manifestación de la corporación policiaca estatal (del pasado viernes 4 de junio), denunciando que la orden de reprimir a los manifestantes venía del propio gobernador Omar Fayad. No. También me refiero al pacífico plantón antorchista que cumple ya más de una semana de instalado en Plaza Juárez, debido al incumplimiento del gobierno del estado a los compromisos de obras y servicios para cientos de comunidades; a la agresión sufrida por colonos y campesinos de Huejutla, quienes han sido despojados por una banda de delincuentes comandada por una tal Teresa Rivera, miembro de la CTM en la región, y que, hasta hoy, ni una hoja se ha movido por parte de las autoridades para reintegrar el predio a sus verdaderos dueños. ¿Por pacíficos no se les ve ni se les escucha?
El recuento también incluye a los maestros de distintas escuelas de Pachuca que, en 14 meses (el tiempo que llevamos de pandemia), no se les ha pagado por su trabajo, suficientemente devengado; asimismo, la represión administrativa que han sufrido los estudiantes, moradores de los albergues estudiantiles, al retirarles el subsidio que desde hace más de 20 años venían recibiendo, y obligarlos a sobrevivir en condiciones infrahumanas; a algunos de los albergues les ha sido cortada la energía eléctrica. El delito de estos maestros y estudiantes para recibir tal castigo: reclamar mejores condiciones de trabajo y estudio, sus derechos, ante las puertas de palacio de gobierno. Todo esto, y mucho más, no ha merecido ninguna respuesta por parte del ejecutivo; al parecer, en palacio de gobierno, se imita al avestruz.
Tampoco se responde, y, mucho menos se atienden graves problemas que aquejan a la población hidalguense, empezando por los peligrosos niveles de pobreza y marginación agravados por la pandemia. Nada, absolutamente nada, se ha hecho al respecto: el ejecutivo estatal y sus funcionarios siguen pensando que nada pasa y siguen viviendo en la burbuja que se han formado, donde nada falta y todo fluye abundantemente; vivimos una entelequia. No se resuelven los problemas y no se actúa cuando se señala que, Hidalgo sólo ha ejercido 6.36 por ciento de los recursos federales destinados para salud: “Del total de recursos que le etiquetó el gobierno federal a Hidalgo en el rubro clínico para 2021: 4 mil 965 millones 305 mil 256.57 pesos, el Ejecutivo estatal solo había ejecutado hasta el primer trimestre un 6.36 por ciento”, es decir, solamente ha ejercido 315 millones 853 mil pesos correspondientes al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (Fassa). Se destaca que “el resto no tenía ninguna cantidad ejercida, como el de Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral con un monto modificado aprobado de mil 379 millones 963 mil 344.26 pesos; le sigue Atención a la salud: 35 millones 710 mil 418; así como Prevención y atención contra las adicciones: 3 millones 152 mil 174”.
Pero, además, tampoco ha ejercido en salud todo el presupuesto del año pasado: “Respecto al ejercicio 2020, Hidalgo aún tiene pendientes por ejercer 76 millones 303 mil 549.7 pesos en cuatro programas [… ] El primer esquema y el que acumula más pendientes es Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral: 51 millones 357 mil 315.44…” (EFFETÁ, 26 de mayo de 2021) ¡Y cuando acude alguna persona al Hospital General le piden que compre hasta los guantes y las jeringas que se han de usar, a pesar de existir presupuesto para personas que no tienen IMSS O ISSSTE! O bien, cuando asisten a las instancias gubernamentales para solicitar apoyo para algún tratamiento costoso o intervención quirúrgica se les responde con el consabido, “no hay”.
Y, aunque los funcionarios se escondan tras las paredes del palacio de gobierno con el pretexto de la pandemia, hoy más gente sufre hambre en Hidalgo. De acuerdo al Coneval, la pobreza laboral en Hidalgo alcanzó 50.1 por ciento en lo que lleva transcurrido 2021, por arriba de la media nacional, que también es alarmante (40.7 por ciento): "Estos resultados se deben principalmente a la pandemia, pero se agudizó ya que muchos países lo que hicieron fue dar recursos para apoyar el empleo y el ingreso laboral, sobre todo en América latina, pero México, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), fue el único país que no dio apoyos y no hizo transferencias para mejorar los ingresos laborales”.
Así que el silencio del señor gobernador ante los problemas, su actuar evasivo y la represión física y administrativa, nos hablan mínimamente de un gobierno fallido y que considera que gobernar es ignorar o reprimir, o ambas cosas a la vez. Los hidalguenses organizados en el Movimiento Antorchista, continuaremos con nuestra ardua labor de organización y con la insistencia permanente para que sean atendidas todas las demandas, se generen acciones efectivas para combatir el desempleo y la pobreza, y se eleve así el nivel de vida de las familias.
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