“Con su ritual de acero
Sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena.
Pero aquí abajo, abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe”
Fragmento de la poesía “El sur también existe” de Mario Benedetti.
El pasado 9 de diciembre un trágico accidente aconteció en la carretera internacional Tuxtla Gutiérrez – Chiapa de Corzo, donde más de 50 inmigrantes centroamericanos perdieron la vida, siendo una vez más víctimas de la injusticia social. Diversas teorías se han evocado desde entonces, todas con la finalidad de encontrar un culpable, sin embargo, el hecho se debe abordar en sus justos términos, empezaré recordando a mis apreciables lectores que, tanto un servidor como diversos articulistas del Movimiento Antorchista Nacional, tenemos ya bastante tiempo abordando la problemática migratoria y las consecuencias que está ha desatado a lo largo del territorio mexicano, pese a ello, el gobierno federal ha hecho poco o nada por remediar las circunstancias.
El terrible escenario del pasado 9 de diciembre no es más que una consecuencia de la desigualdad social que acontece día a día en México y el mundo, la muestra de una falta de insensibilidad por parte del gobierno federal para atender la problemática migratoria, así como, el trato deshumanizante al que han hecho frente nuestros hermanos vecinos del sur.
En las declaraciones hechas por el actual titular del Poder Ejecutivo en su recorrido por Chihuahua se emitieron las más profundas condolencias a los familiares de las víctimas y se insiste en que la causa de fondo de este y otros casos de violencia contra los migrantes, es la corrupción, el presidente calificó el suceso como resultado de una falta de “lentitud” por parte del Gobierno de EEUU por atender la política migratoria. Por su parte, el comandante de la Guardia Nacional y el Subsecretario de Seguridad, se deslindaron de toda responsabilidad declarando que el tramo carretero por el cual atravesaron los migrantes no estuvo resguardado por ninguna institución migratoria y calificó las críticas que apuntan a su falta de responsabilidad como un intento de desacreditar su trabajo, no cabe duda que “de tal palo, tal astilla”.
Más allá de las condolencias, es momento de tratar a los migrantes con dignidad,; el gobierno federal tiene la responsabilidad de resolver éste y muchos casos más relacionados con el tráfico de personas, así también, es momento de desarrollar políticas que protejan al pueblo mexicano y que sean capaces de brindar mejores condiciones de vida que soslayen la migración de nuestros hermanos al norte, pues no podemos seguir tapando el sol con un dedo, las tragedias humanas se deben y se pueden prevenir haciendo de nuestros países del sur un lugar digno para todos sus habitantes.
Hasta hoy, la mansedumbre del gobierno mexicano hacia EEUU es cada vez más evidente, tanto que no se es capaz de señalar al verdadero culpable de esta lamentable tragedia, el imperio acaparador y sus políticas racistas. Por ello, es necesario que México como territorio intermedio, plantee y ejecute medidas que prevengan futuras desgracias e incluso, que sea capaz de brindar solución a tantas personas que buscan mejorar sus condiciones de vida, porque el sur también existe.
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