MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Colima, Antorcha va contra la pobreza y la falta de vivienda

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Conforme al calendario electoral oficial del estado, del 1° de abril a 4 del mismo mes, fue el período para que los partidos y las alianzas solicitaran el registro de candidaturas a los cargos de diputaciones de Mayoría Relativa, de Representación Proporcional, e integración de los Ayuntamientos ante el Consejo General y Consejos Municipales del Instituto Electoral (IEE). Luego de que, en los próximos dos días siguientes, los consejos electorales mencionados validen los registros de las candidaturas presentadas, el día 6, arrancarán formalmente las campañas en búsqueda de los escaños en el Congreso y las presidencias de los diez ayuntamientos. Todo esto, sumado a las campañas que arrancaron un mes atrás los candidatos a la gubernatura, culminará el próximo 2 de junio, cuando cerrarán las campañas todos los candidatos, y se dará paso al receso acostumbrado previo al día de le gran elección. 

De todo este amplio e inevitable ejercicio democrático que vivirá el país, no quedaremos exentos ningún mexicano, ¡ninguno!, por humilde, pobre y marginado que hayamos sido. ¡Nadie!, nadie escaparemos a la vorágine electoral que ya comenzó. Por eso dije ya con otro motivo, que, lo mejor sería esperar esta especie de alud que se nos viene encima, atentos, unidos y organizados. Atentos, para distinguir de entre la bazofia política, las mejores alternativas que convienen conforme a nuestras necesidades; unidos, para resistir a las maliciosas tentaciones a que nos someterán los candidatos, buscando que traicionemos nuestro interés general; y organizados, para hacer un frente común, impulsando y anteponiendo como condición del voto, la solución de nuestras carencias más apremiantes. 

Pero dije también en otro lugar, que para desgracia del pueblo, como siempre, no distinguía yo de entre los candidatos, con las honrosas excepciones de siempre, a los verdaderos representantes populares, es decir, a aquellos que por su naturaleza social (si se me permite el término), pudieran ser los auténticos voceros e impulsores de la solución de las legítimas carencias que padecen las mayorías. No olvidemos que, problemas como la falta de vivienda, mejoramientos o ampliación de las mismas, escrituración, costo de las tarifas del agua potable, del predial, de las tenencias, y muchos otros servicios, permisos, tarifas e impuestos más, dependen de la acción popular y justiciera de los Diputados y los regidores. ¿Habrá de entre los que finalmente queden, tan siquiera uno que asuma el importante papel de escuchar y representar a todos los afectados en el abandono? Veremos. 

Es por esto que en el Movimiento Antorchista colimense, demandamos, como una carencia casi total, una verdadera representación en el Congreso y en los ayuntamientos de todo el Estado, que pudieran asumir el honroso e inexistente papel que ya he mencionado. La tortuosa ordalía como experiencia que hemos vivido los antorchistas en materia de vivienda, buscando la formación legal de colonias para miles de familias carentes de ella, así nos lo exige. Pero la realidad política que hasta ahora manipulan los grupos de poder en el Estado conforme a sus particulares intereses, no tiene reparo en esto. Por tanto, no tenemos otra alternativa; mientras otros, con intereses no confesados se disputan encarnizadamente los escaños del poder; con o sin representación oficial, los antorchistas, como siempre, iremos contra la pobreza y la falta de vivienda popular. 

Pero, como dijera Blanco Belmonte en su poema titulado Sembrando: “¿por qué tantos afanes en la jornada sin buscar recompensa?”, y contestaré como él mismo lo hace: “acaso imagines tu que yo me equivoco; acaso, por ser niño, te asombre mucho el soberano impulso que a mi alma enciente; por los que no trabajan, trabajo y lucho; si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende! Y yo estoy muy seguro que sí nos comprende.

Veamos a continuación en qué consiste, “el soberano impulso” que enciende el alma de los antorchista colimenses. El año pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo social (Coneval), en su Informe de Pobreza y Evaluación 2020, dijo que en el 2018, el 71.5% de la población en Colima, estaba en situación de pobreza o de vulnerabilidad por carencias o ingresos. Si tomamos en cuenta que el 2019 fue, prácticamente el primer año del fallido gobierno de la 4T, y que al 2020 lo marcó de tragedia la pandemia; y que además, según Inegi, al año pasado éramos ya 731 mil 391 los habitantes en todo el Estado, tenemos entonces que, conforme al Coneval, somos ahora, aproximadamente, 522 mil 945 los colimenses que vivimos en pobreza, sin ingresos y con carencias. 

Aplicando los porcentajes dados por el Coneval en su Informe, tenemos que el 31.4% de la población colimense son menores de edad, lo que representaría algo así como 283 mil 780 menores de 18 años; de ellos, dice el Coneval que el 38.8% viven en pobreza o con carencias, es decir, 110 mil 107 menores. El resto, o sea, el 68.6% de la población, son mayores de edad, lo que sumarían unos 447 mil 661 colimenses. De estos, Coneval dice que el 27.5%, es decir, 123 mil 106 personas, viven en pobreza o con carencias. Esto último debería de interesar sumamente a los candidatos, puesto que es de entre de estos, de donde pueden salir los votos que los lleven al triunfo el próximo 6 de junio.

Pero, ¿dónde se encuentra la población más pobre del Estado? Esto tampoco es un secreto. Coneval dice que desde el 2015 - y yo no creo que esta situación haya cambiado mucho -, los municipios con mayor número de personas en pobreza y pobreza extrema, son Tecomán, Manzanillo, Colima, Armería y Villa de Álvarez, en los cuales se concentró el 81.3% de la población en pobreza extrema de todo el Estado. 

Y, de la falta de vivienda, ¿qué podemos decir? Por obvio de espacio no mucho. Pero prometo que el siguiente trabajo lo dedicaré a ello. Sólo diré por ahora, que la falta de vivienda de los pobres, va de la mano con su situación de pobreza. Ya desde el 2017, el Gobierno estatal reconocía este grave problema; así lo manifestó en un documento que publicó en el Diario oficial el 22 de abril del año arriba señalado. El Gobierno dijo ahí que había en todo el Estado 77 mil 560 viviendas, el 37.7% del total, cuyos habitantes rentaban o les prestaban la propiedad, sumando así a 271 mil 460 colimenses afectados sin vivienda propia, el 37.7% de la población total de entonces. Destaca el documento, como casos críticos por esta deficiencia social, a los municipios de Manzanillo, Colima, Tecomán y Villa de Álvarez que, como ya vimos, son los mismos en donde se concentra la pobreza y la marginación. 

Hasta aquí mi opinión de hoy. No olvidemos que son tiempos ahora de reflexión y de preocupación por el futuro de nuestras familias. Exijamos con nuestro voto organizado, un verdadero cambio social para los más desamparados de todo el Estado. Nos vemos en las urnas. (para más opiniones, sígueme en twitter como @LuisEnColima, estoy a la orden)

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