Ante la ley se pregona que todos somos iguales, pero esta sentencia dista mucho de la realidad hidalguense: año tras año se anuncia con bombo y platillo que se invierten miles de millones de pesos en obra social para beneficio de los que menos tienen, pero en los hechos eso es una farsa, es demagogia, es una artimaña que el Gobierno de esa entidad ha empleado y hasta ahora le ha funcionado para engañar al pueblo; la prueba irrefutable de esta afirmación está en larealidad opulenta donde viven lo que tienen el poder y la realidad miserable donde viven los que dan el poder con su voto. En cualquier parte de nuestro país, tanto en el campo como en las grandes ciudades, observamos por una parte las manifestaciones materiales más humillantes de la pobreza y,por la otra, las manifestaciones más insultantes de la riqueza, como si nuestros ojos captaran dos Méxicos distintos,fenómeno, por cierto, cada vez más notorio en los últimos años.
Sabemos que las comparaciones son incómodas, pero son inevitables, cuando se trata de obtener una enseñanza,hagamos un alto y reflexionemos: dónde estudian los humildes y dónde los adinerados, dónde se curan los olvidados y dóndelos pudientes, dónde viven los abandonados y dónde los ricos, cómo se transportan los apesadumbrados y cómo los caciques, cómo se alimentan los trabajadores y cómo los explotadores, cómo están los servicios básicos donde viven los que no tienen esperanzas y cómo donde los imperialistas, cómo están las viviendas de los desconsolados y cómo las de los opulentos. Esta gran desigualdad social se vive a diario por todos lados en Hidalgo, la diferencia es que a los humildes los encabeza Antorcha y a los explotadores los encabeza Omar Fayad; es decir, se vive una lucha de clases que se manifiesta en una contradicción profunda y vergonzante que lastima a los hidalguenses y cuyos culpables, lo afirmamos con nombre y apellido, son los funcionarios que, haciendo uso y abuso del poder gubernamental, han hecho y deshecho con él durante décadas, durante siglos, en beneficio de una clase minoritaria que tiene secuestrado a Hidalgo en su exclusivo provecho, mientras que al pueblo le toca olvido, maltrato, abuso y abandono.
Daremos unos datos vergonzosos, sobre la situación en la que viven los hidalguenses. Vive en la pobreza el 51 por ciento (1.5 millones) y 11.4 por ciento en pobreza extrema (350 mil personas). De tres millones de hidalguenses, dos millones no tienen acceso a la seguridad social, 771 mil hidalguenses no tienen acceso al agua potable ni drenaje sanitario, sólo por mencionar algunos servicios y el porcentaje de población que no cuenta con ellos. El único delito que hemos cometido los antorchistas, si se le puede llamar así, es haber ido a las comunidades a hablar con el pueblo y convocarlo a que se organice y exija lo que es suyo. Así empezaron en varias ocasiones comisiones, mítines y marchas a las instancias de Gobierno del Estado, pero no encontraron eco sus peticionesante alguna autoridad sensible y competente; por el contrario, se respondió con agresiones, amenazas, represión y calumnias, viéndose obligado el antorchismo hidalguense aorganizar marchas de 40 mil manifestantes e instalarse en plantón por tiempo indefinido, pero los ataques maquiavélicos y brutales han continuado; aun así, el pueblo organizado de Hidalgo nos ha dado una lección de vida, de que cuando el pueblo humilde, trabajador, se ha decidido a luchar, a levantar la cabeza y a decir basta, no hay obstáculos por muy tenebrosos que sean que lo obliguen a renunciar. Por eso,nuestros compañeros de Hidalgo, en su lucha justa, necesaria y valiente, de años, debido a la cerrazón, abuso de poder y violación a sus derechos, se vieron obligados a marchar e instalarse en plantón frente al Palacio de Gobierno por tiempo indefinido, Sabemos del rezago social que padecen las comunidades, pueblos, colonias y cabeceras municipales, motivo suficiente para revitalizarnos, motivarnos e inspirarnos para continuar en esta lucha, seguros estamos de que nuestra unidad inquebrantable, nuestra idea superior de justicia y laverdad incuestionable por la que luchamos, harán que más temprano que tarde triunfaremos.
No se equivoque, señor gobernador Fayad: el monstruo llamado pobreza ustedes lo crearon y ustedes lo están alimentando con todas esas acciones anticonstitucionales, el pueblo lo único que está pidiendo es vivir mejor. La historia nos ha demostrado que ningún gobierno es invencible ante el pueblo. Estamos seguros que Omar Fayad, mientras no acabe con la pobreza, fenómeno que lastima al pueblo –sino por el contrario, lo cultive y propicie desde el aparato gubernamental-, las contradicciones sociales no solo no se acabarán sino se acrecentarán; el gobierno debería atacar con la mismaferocidad a la pobreza así como lo hace contra los antorchistas, dándole a cada ciudadano bienestar social, invirtiendo recurso público para vivienda, transporte, salud, educación, caminos, alimentación, etc. Camaradas, no hay luchas eternas, los gobernantes pasan y se van, pero a losmalos gobernantes hay que ir a depositarlos, temprano o tarde, en el bote de la basura. El pueblo de México debeaprender de Hidalgo y no volver a confiar en gobernantes con piel de cordero, pero esencia de lobo.
En momentos tan difíciles para nuestros compañeros hidalguenses, la solidaridad de los antorchistas de Sonora es incondicional, estamos prestos para sumarnos a su lucha, desde este rincón de nuestra patria, daremos a conocer en todos los medios que estén a nuestro alcance la pésima calidad de gobernador que tienen en Hidalgo. Nuestra organización nos ha enseñado que estaremos siempre allí donde haya una causa justa por la cual luchar, adelante compañeros. Siempre altivos, siempre valientes y muchas gracias por darnos una lección de lucha a todos los mexicanos. Estamos atentos.
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