Tuvo que llegar la muerte del joven Leobardo Hernández Regino para que el gobernador Omar se pronunciara después de los lamentables hechos donde la Policía Estatal reprimió sin medida, el primer día de junio a habitantes de San Salvador cuando exigían que el gobierno del estado cumpliera su palabra referente a la realización obra pública y la dotación de agua potable para la comunidad de Xuchitlán. La “respuesta” del gobernador vino desde su cuenta oficial de Twitter: (En un primer mensaje dice): “[...] En mi gobierno, las actuaciones de nuestros elementos de seguridad que no cumplan con los protocolos establecidos son investigadas, y en caso de ser necesario sancionadas”. Sería un error, digo yo, considerar que el único y principal culpable es el policía que disparó sin mayor clemencia contra una persona; es el gobierno del estado quien, desde donde queramos ver lo sucedido, tiene la responsabilidad de la agresión policial que culminó con un deceso.
Y luego dice: “Desde el inicio de mi gobierno hemos privilegiado el diálogo y la negociación ante cualquier demanda social por encima de la fuerza pública (sic).” No hay duda de que cuando la política gubernamental falla, llega la represión policiaca. Si lo que dice el gobernador fuera cierto, no fuera necesaria la protesta ciudadana. No es cierto señor gobernador, en Hidalgo no hay diálogo ni hay solución a la demanda social de los hidalguenses; los hechos son reveladores y a todas luces se comprueba que con la negativa hacia los problemas de la gente se violentan las garantías individuales y los derechos humanos elementales: no se respeta el derecho a la audiencia, tampoco se resuelven las demandas sociales, se reprime a los que levantan la voz, se criminaliza la lucha social y un largo etcétera de atropellos. Y esto no se resolverá con una capacitación (que mucho hace falta) a los cuerpos policiacos, esto se resolverá con un cambio de política de los funcionarios de gobierno, requieren sensibilidad; si logramos esto, no habrá -como decimos en el Movimiento Antorchista- ni marchas ni plantones, no habrá manifestaciones y no será necesario el uso de la policía como respuesta.
Y para muestra de que no hay diálogo ni hay negociación, está el plantón antorchista que cumple ya, al momento en que escribo, 16 días, donde estudiantes, colonos y campesinos exigen al gobierno que los atienda y que les resuelva sus demandas de obra, apoyos alimentarios, pago de maestros, subsidio para albergues estudiantiles para jóvenes de escasos recursos. Señor gobernador, los antorchistas somos los primeros que hemos llamado al diálogo y sobre todo a la acción a favor de los más pobres y a pesar de los incumplimientos, aquí estamos, una vez más, solicitando audiencia, los hidalguenses merecen una vida mejor.
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