Lo que siempre nos vendieron como un instrumento preciso de medición de las tendencias electorales; es decir, las encuestas que se realizan para saber por qué candidato o candidata a algún puesto de elección popular votará la mayoría de la gente, con el paso del tiempo se pervirtieron y convirtieron en un instrumento de manipulación en tanto no publican datos objetivos, sino solamente exhiben aquellos que inclina la balanza a favor de quien paga esos estudios de opinión, con el objeto no solo de conocer la opinión de la gente, sino sobre todo influir en los electores que no saben por quién votar, pero que sin saber por qué se suman a la corriente mayoritaria a fin de no formar parte de los perdedores. Como todos sabemos, el proceso electoral que cada seis años culmina con la elección del nuevo gobernador del Estado de México se ha tomado como el ensayo de lo que podría suceder, un año después, en la elección del nuevo presidente de México.
Sin embargo, esa es únicamente creencia porque a partir del nuevo milenio no ha sucedido así, como lo demuestras los datos: en el año 1999, la gubernatura del Estado de México la ganó el candidato del PRI, Arturo Montiel Rojas; un año después, en el año 2000, la presidencia de México recayó en el candidato del PAN, Vicente Fox Quesada; de 2005 a 2011, la gubernatura mexiquense fue para el priista Enrique Peña Nieto, mientras que la presidencia nuevamente recayó en un panista, Felipe Calderón Hinojosa; de 2011 a 2017 el priista Eruviel Ávila Villegas fue el gobernador mexiquense y, de 2012 a 2018, el presidente de México también fue priista: Enrique Peña Nieto. Para el periodo 2017-2023 se volvió a romper la hegemonía partidista: el priista Alfredo del mazo Maza fue electo como gobernador del Estado de México, y la presidencia de México la ocupa Andrés Manuel López Obrador del partido Morena. No obstante que en 23 años sólo en una ocasión el mismo partido, el PRI, ha ocupado tanto la gubernatura del Estado de México como la presidencia de México, las dirigencias de los diferentes partidos políticos le apuestan a la realización de encuestas para conocer la opinión de los votantes y, con base en ello, van cambiando sus estrategias, o sumando otras, para acercarse a los gustos del los electores y hacer que éstos los favorezcan el día que tienen que acudir a las urnas.
Pero, como en todo, hay partidos que utilizan las encuestas como una herramientade precisión para conocen la opinión de los electores, pero también hay quienes lasutilizan como instrumento de manipulación para que los electores que no han decidido suvoto, lo hagan por quienes creen que van arriba e las preferencias electorales.En un sentido engañoso es como el partido Morena ha utilizado las encuestas en este proceso electoral para seleccionar a la próxima gobernadora del Estado de México,pues sabe que lo que la gente escucha en la radio y ve en prensa escrita, televisión y sobre
todo redes sociales tienen el poder de cambiar las preferencias de los electores.
De acuerdo con el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) en este proceso electoral, que inició el pasado 3 de abril, se han registrado dos encuestas diariamente; es más, dicen que en una sola jornada se han reportado hasta 16 estudios de diversas empresas, por lo que se ya se han realizado un total de 84; al periodo de campaña corresponden 38. Por eso, un día sí y otro también recibimos resultados de encuestas e invariablemente todas registran que la candidata de Morena lleva muchos puntos de ventaja con respecto a la candidata Alejandra del Moral de la alianza “Va por el Estado de México” integrada por PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza.
Pero, ¡sorpresa!, resulta que, de acuerdo con la diputada Teresa Castell, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) señaló que las encuestas que presentan Morena y Delfina, en las que a ésta se le señala como ganadora, “son falsas pues carecen totalmente de la metodología”.
Evidentemente que con sus encuestas falsas, el partido Morena y Delfina Gómez engañan a los electores, pues no presentar la realidad de las preferencias electorales. Además, como dijo el director de la reconocida encuestadora Parametría, Francisco Abundia, “Hoy sabemos que la campaña de la candidata Delfina Gómez de Morena es reconocida por casi una tercera parte de los ciudadanos del Estado de México (62%). La campaña de la candidata de la coalición PAN, PRI y PRD es conocida por un poco más de la mitad de los electores (54%). Este podría ser un factor que explica la ventaja de la candidata de Morena.
O sea, a la candidata de Morena solo la conocen una tercera parte de los electores y solamente esos son los que votarán por ella. Por eso el partido en el poder está instrumentando otras estrategias para manipular a los electores y hacer que voten por la candidata morenista. Todo México sabe que las prácticas clientelares que más criticó el presidente López Obrador, ahora es el quien las ha afinado y las instrumenta para no perder la batalla en las urnas. He platicado con mucha gente del Estado de México, y todas coinciden en que los promotores del voto de Delfina:-Amenazan a los adultos mayores, y a todo aquel que es beneficiario de algún programa social, con quitarles los “beneficios que les da el presidente López Obrador”. ¿Es en serio? Todos sabemos que esos programas sociales se pagan con dinero de todos los mexicanos, que el dinero no sale del bolsillo del mandatario. Es más, todos sabemos también que nadie les puede quitar el beneficio de esos apoyos sociales porque es una obligación que tiene que cumplir el gobierno federal y que está estipulado en el Artículo 4to de la Constitución Mexicana.
-Obligan a la gente a colocar lonas de Delfina en sus casas bajo la amenaza de borrarla de las listas de los beneficiarios. O sea, aquello de que los gobiernos utililizan esos apoyos para cohercionar a la gente, ahora lo hace Morena y, lo peor, es que utiliza a empleados federales para hacerlo, como es el caso de los servidores de la nación. -En varios puntos del Estado de México, ahí donde los gobiernos de Morena están coludidos con la delincuencia organizada, la gente tiene miedo de no votar por Morena porque saben que habrá represalías en contra de ellos y sus familias. La delincuencia organizada así le paga los favores a los gobiernos de Morena, quien les brinda protección y apoyo.
Ciertamente, en el 2018 la gente votó por López Obrador porque lo vio como alternativa para volver a sacar al PRI de Los Pinos, pero hay que tomarar en cuenta que no votó por el partido Morena. Esperamos que en este proceso electoral otra vez no vote por Morena porque está consciente del estado de destrucción a que ha llevado a México, además de que no queremos caer en el infierno de violencia en el que se encuentran varias entidades federativas, como: Zacatecas, Michoacán, Guanajuato, Michocán y Colima, entre otros.En el 2018 millones de mexicanos votaron por López Obrador; a más de cuatro años de administración federal morenista, ya nos dimos cuenta que Morena no es la solución para los problemas de México, pues los ha agravado hasta el terror.
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