Hay indignación y preocupación entre los sectores progresistas del pueblo de México por la respuesta tardía, las omisiones imperdonables por parte de los tres niveles de gobierno para atender la emergencia provocada por el Huracán “Otis” que devastó el puerto de Acapulco y otros municipios guerrerenses. Las afirmaciones del presidente de que “no nos fue tan mal, no fueron tantos muertos”, no dejan lugar a dudas de que AMLO no le interesa la tragedia de Guerrero.
“Otis” afectó al segundo Estado más pobre de México, según los datos de Coneval, el 60 por ciento de la población de Guerrero está en situación de pobreza, más de 2.3 millones de personas, y el 25 por ciento en pobreza extrema, 900 mil personas. Pero, sin necesidad de recurrir a estas cifras oficiales, los mexicanos conocen los niveles de pobreza de esta entidad.
El olvido gubernamental no es solo por “Otis”. A más de un mes del paso del El Huracán “Lidia” por las costas de Jalisco, hasta el momento los jaliscienses damnificados no ven por ningún lado el apoyo federal para la reparación de sus viviendas dañadas, la reconstrucción de escuelas ni para la infraestructura carretera dañada. Tampoco hay recursos federales para atender los miles de hectáreas de plantaciones de plátano, papaya, maíz, café, limón, entre otras, que resultaron severamente afectadas por el fenómeno meteorológico.
Pero no es todo. Las sequias han provocados daños en cultivos y cosechas en alrededor del 92 por ciento del territorio jalisciense. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 90 por ciento del estado tiene problemas de sequía, con lo cual, se anticipan problemas en la producción de maíz, trigo, leche y carne. Sin embargo, solo el gobierno estatal tiene comprometidos 670 millones de pesos para paliar la sequía y los daños por “Lidia”.
Los Altos de Jalisco, es una de las regiones que históricamente ha sido afectada por la sequía. Adela Berumen Cortes, criadora de ganado del municipio de Lagos de Moreno, en entrevista nos da a conocer cómo han enfrentado el temporal anómalo los pequeños agricultores jaliscienses, como ella, para poder subsistir.
· En ese y otros municipios de Los Altos siempre han tenido sequía, una catástrofe natural que debe ser atendido por el estado mexicano. ¿Cómo atendían los gobiernos anteriores este desastre natural?
- Realmente no apoyaban con mucho, pero si ayudaban con algo a los afectados. Por ejemplo hace 8 o 10 años entregaban semillas y abono a los pequeños agricultores, como es mi caso, para volver a sembrar pastura para los animales. También llegaron a dar un poco de apoyo económico por las cabezas de ganado que llegaron a morir por falta de agua, pero ahora estamos abandonados a nuestra suerte.
· Este gobierno habla mucho de los pobres ¿Cómo está ayudando a los agricultores que están teniendo pérdidas y obviamente cayendo más y más en la pobreza?
- Desde que entró este gobierno ni siquiera hemos escuchado que diga cuando menos algo de la sequía, estamos peor que antes porque siempre está hablando de otras cosas. Es más, a pesar de que López Obrador nunca habla de los problemas de la gente, sabemos que no está ayudando a la gente de Acapulco que resultó afectada hace poco por el huracán “Otis”. Entonces, estamos seguros de que si el presidente no le interesa Guerrero, menos la sequía.
· ¿A qué crees que se deba el desinterés del presidente hacia los afectados por desastres naturales?
- Aunque, al igual que todos los gobiernos trata de engañar a la gente, no puede. Lo que está haciendo López Obrador es quitar todos los apoyos que antes le entregaban a la gente más pobre como el Seguro Popular, así como, las ayudas para huracanes y sequias para tener más dinero y terminar obras que no nos sirven para nada como el Tren Maya y la Refinería Dos bocas.
· ¿Cuál sería la salida?
- No es sencillo salir de esto. Los pobres tenemos que darnos cuenta en primer lugar que este gobierno, mientras gasta millones y millones en otras cosas, ha encontrado la forma de conformar con un poco a mucha gente como la entrega de dinero a los Adultos Mayores. Esto no puede seguir por mucho tiempo y tiene que llegar el momento en que tengamos que buscar forzosamente una salida entre todos.
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