“Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía”. Con esta frase, Vladimir Ilich, Lenin, uno de los más importantes pensadores que ha parido la humanidad, llamó a luchar por un mundo mejor, por una sociedad más justa y equitativa; por un mundo sin clases y donde los trabajadores tengan las condiciones de vida que se merecen.
Hace 50 años Antorcha se planteó este sueño: una vida más justa, una sociedad donde se eliminen las clases sociales y se cambie el modelo económico por uno que garantice bienestar para todos y no sólo para unos cuantos.
Así, con este sueño, hemos venido trabajando durante ya 50 años, y hemos enamorado de este sueño a millones de mexicanos que buscan una vida más justa, con acceso a la educación, con acceso a la salud, a la vivienda.
Los antorchistas se han entregado al movimiento porque, como señalaba Lenin, la organización será la única vía para la transformación de esta sociedad.
Están por cumplirse 100 años de la muerte de Vladimir Ilich Lenin, el revolucionario ruso que hizo posible este sueño; un ejemplo para la humanidad y de quien es preciso señalar que solamente con dedicación, con un amor a la humanidad y una entrega a esta lucha será posible llegar a objetivos lejanos.
Antorcha ha venido trabajando de esta manera. Sus activistas y sus integrantes se han entregado en la formación de esta organización, la más grande e importante de México y la única que representa los intereses del pueblo trabajador, porque como señalaba Lenin, la organización será la única vía para la transformación de esta sociedad. Así mantengámonos: como un solo hombre y con un solo ideal; encaminados todos juntos por el cambio de esta sociedad.
Es posible soñar; Antorcha lo ha demostrado en varios terrenos. Es posible soñar que el pueblo tenga acceso a la cultura, soñar que el pueblo practique deporte, soñar que todos tengamos acceso a la vivienda, a la salud, pero es necesario la organización, la fraternidad y la lucha; de lo contrario, serán meras utopías.
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