El desarrollo popular de la cultura y el deporte son elementos inseparables de un proyecto que verdaderamente se proponga transformar la sociedad, de un proyecto que tenga claro su modelo progresista de nación. La cultura y el deporte en una nación se deben desarrollar como táctica transformadora del pensar, actuar y vivir de la sociedad; es un verdadero atentado considerar la cultura y el deporte como un negocio, como una mina de oro, en el cual, por consecuencia, se debe excluir a las masas populares.
La mente de un joven que practica deporte es diferente, su manera de actuar, hablar y comportarse mejora, enfoca correctamente su elevada energía, su pensamiento se eleva, y está comprobado científicamente que el cerebro desarrolla mejores habilidades y todo su cuerpo se oxigena mejor. Quien practica deporte aprende a competir sanamente, a respetar reglas, a respetar a su adversario y a pensar más rápido para ejecutar mejores movimientos, esas características le abren la posibilidad de desarrollarse mejor en la sociedad, ser individuos más útiles para el colectivo.
En este sentido, el proyecto progresista del Movimiento Antorchista ha sido consecuente con su idea de crear hombres nuevos, que piensen diferente para beneficio de la sociedad, que sean más fraternos con sus semejantes y con más capacidades.
El deporte y la cultura forman parte importante de los ejes de acción de Antorcha. Como cada dos años, este 2020 toca mostrar los resultados del trabajo deportivo en la XX Espartaqueada Nacional, del 1 al 9 de febrero en Tecomatlán, Puebla. Más de 21 mil atletas, la cifra más alta en la historia de la competencia deportiva, participarán en las disciplinas de ciclismo, atletismo, fútbol, básquetbol, beisbol, natación y voleibol. La Espartaqueada creció considerablemente a lo largo de sus 19 ediciones anteriores y hoy ostenta un lugar dentro de los eventos deportivos amateur más importantes en nuestro país.
Es una contradicción pensar en transformar la sociedad, pero desdeñar el papel importantísimo que la cultura y el deporte popular pueden tener en dicha transformación. Cualquier gobierno con intereses reales para desarrollar una sociedad progresista debe apostar por el deporte y cultura sin exclusiones, con calidad, con infraestructura adecuada para todas las disciplinas; un ejemplo contundente es lo que pasa en Chimalhuacán, Ixtapaluca o Tecomatlán, y otros gobiernos municipales extraídos del antorchismo, han sembrado una importantísima infraestructura deportiva y ahora cosechan jóvenes mejor desarrollados.
Antorcha mostrará que sí es posible masificar el deporte en todos los sectores de la sociedad. El próximo 1 de febrero se darán cita deportistas de cientos de municipios del país, algunos de ellos provenientes de las comunidades más humildes de sus estados.
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