En esta ocasión quisiera dirigirme a la sociedad civil, sector estudiantil, políticos y funcionarios públicos, para que hagan conciencia sobre la irrisoria inversión en el sector educativo.
Sustento mi argumento en el Presupuesto de Egresos de la Federación, que es el documento jurídico y financiero que establece las erogaciones que realizará el Gobierno Federal entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de cada año. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) constituye el programa anual de gastos.
De acuerdo con análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, el gasto educativo disminuirá en 14 mil 412 mdp, lo que representaría 1.2 % menos respecto a 2024.
Es también el documento que presenta de forma detallada la distribución del gasto público, bajo diferentes tipos de clasificación del presupuesto de egresos, las cuales incluyen la asignación del gasto por entidades e instituciones gubernamentales; su distribución por funciones públicas; por programas; e igualmente, la manera en que se distribuye el gasto por su destino en la adquisición de bienes y servicios necesarios para cumplir las funciones gubernamentales; lo mismo informa sobre la entrega de subsidios y transferencias a otras entidades o agentes económicos.
El PEF integra, además, las metas a alcanzar durante el ejercicio del gasto. La Cámara de Diputados, en términos del artículo 74, fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene diversas facultades de carácter exclusivo en materia del Presupuesto de Egresos de la Federación, como son: la aprobación anual del Presupuesto de Egresos; el análisis y discusión del proyecto de presupuesto formulado por el Ejecutivo federal; la realización de modificaciones al proyecto de presupuesto, en caso de que hubiera lugar a ello, y la revisión de la Cuenta Pública del presupuesto que fue aprobado el año anterior.
Este año, por poner un ejemplo, el PEF 2025 no atiende la crisis educativa. La educación no es una prioridad para el gobierno de la Cuarta Transformación. Esto se confirma nuevamente en la asignación de la propuesta antes mencionada, debido a que no se observa recurso para mejora en los problemas educativos que aquejan a niños, niñas y jóvenes mexicanos desde hace ya varios años.
De acuerdo con análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, el gasto educativo disminuirá en 14 mil 412 mdp, lo que representaría 1.2 % menos respecto a 2024.
En el estado de Quintana Roo, cabe destacar que, dentro del PEF 2025, los recursos asignados a Salud Pública, así como los subfondos de Infraestructura Educativa Básica, Media Superior y Superior del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) y el de Seguridad Pública (FASP), no presentan distribución considerable de esos recursos para atender estas tres problemáticas.
Es de lamentar que la difícil situación económica por la que atraviesan los habitantes de Quintana Roo es por la escasez de empleo, sobre todo, por los salarios de miseria, aunado al incremento del costo de los alimentos de la canasta básica y en general de todos los productos, orillando a que cientos de jóvenes dejen sus estudios académicos para que, por medio del trabajo informal o cualquier actividad que genere unos cuantos pesos, contribuyan a cubrir los gastos familiares, una tarea cada vez más difícil, en especial cuando no existen oportunidades y tampoco ayuda de las autoridades que permita que las familias empobrecidas superen las difíciles adversidades por la que atraviesan.
Las autoridades encargadas de medir los efectos económicos y todo lo que tiene que ver con la sociedad, son el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), quienes revelaron datos alarmantes de las condiciones que el gobierno de la Cuarta Transformación sigue enfrentando los mexicanos por la gran brecha de marginalidad, sobre una severa crisis económica que golpea galopantemente a más de la mitad de los ciudadanos de nuestro país, en las entidades cuyos ingresos dependen de la movilidad ciudadana, como el turismo, en este caso el de Quintana Roo.
Tampoco podemos ignorar la información y la advertencia del grupo “Enseñanza por México”, que alertó que en Quintana Roo dos de cada diez adolescentes y jóvenes son parte de los grupos vulnerables, por lo que se ven obligados a trabajar para poder continuar con sus estudios de preparatoria y universidad.
Coincido con que, si bien esa cifra no es tan grave como en otros estados, como en Chiapas, donde la proporción es de cinco de cada diez, sí es preocupante por el hecho de que se está violentando uno de los principales derechos de los infantes: el tener facilidades de acceso a la educación.
Aunando a lo anterior, los fnerianos quintanarroenses hemos hecho entrega puntual de nuestras demandas con la intención de que este próximo año 2025 el gobierno, concretamente la Secretaría de Educación, no ponga pretextos, pues es bien sabido que cada vez que hemos solicitado alguna mejora para nuestras escuelas y albergues estudiantiles se nos niega con el argumento de que no hay presupuesto.
Entonces, bajo las bases legales, hicimos entrega el pasado 13 de noviembre a las tres instancias gubernamentales del pliego petitorio que incluye las principales necesidades de los estudiantes adheridos a este movimiento estudiantil.
Las niñas, niños, adolescentes y todo el resto de la comunidad estudiantil de Quintana Roo, tienen derechos, y la Constitución es clara al respecto: el Estado mexicano tiene que garantizar buena educación y de calidad. A estas alturas se requieren implementar medidas para contrarrestar el analfabetismo y rezago educativo, pero es vital invertir más recursos y mejorar la infraestructura educativa para una mejor enseñanza.
La juventud no solicita cosas de otra índole; nuestras peticiones pertenecen al sector educativo. Además, hemos incluido todas las demandas en tiempos donde el Congreso del Estado puede programarnos en su presupuesto para lo que solicitamos, que es brindar becas a nuestros estudiantes, rehabilitación de espacios, construcción de aulas y mejores oportunidades educativas.
En la FNERRR vamos a seguir luchando por conseguir mejores condiciones para una buena educación. En caso de que el gobierno no resuelva, usaremos nuestra mejor arma, la manifestación pública y pacífica, pero ojalá que haya respuesta satisfactoria de las autoridades y que no sea necesario las movilizaciones estudiantiles.
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