MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Genocida, ¿cuántos niños has matado en Gaza?

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Al gobierno de los Estados Unidos y al Estado profundo (ese que verdaderamente manda y está formado por poderosas fuerzas financieras, industriales, comerciales, militares y mediáticas) les surgió un preocupante adversario interno formado por miles de estudiantes que exigen, mediante plantones permanentes y tomas de edificios escolares, que se detenga el genocidio protagonizada por Israel y apoyado en toda la línea por los Estados Unidos contra el pueblo de Palestina, que hasta la fecha ha provocado la muerte de 35 mil personas, la gran mayoría mujeres y menores de edad (la lista no incluye a más de 10 mil palestinos que se calcula permanecen sepultados bajo los escombros),  y heridas muy graves, que incluyen mutilaciones, a casi 78 mil personas. Junto con eso, los estudiantes demandan que algunas universidades rompan cualquier vínculo financiero o comercial con empresas del Estado de Israel, al que justamente califican de Estado genocida.

La respuesta represiva del gobierno estadounidense contra los estudiantes no se ha hecho esperar, los operativos policíacos han llevado a la cárcel a más de mil jóvenes, a muchos se les ha expulsado de las universidades o se les ha privado del alojamiento en los campus, y está en marcha una campaña mediática para acusar al movimiento estudiantil de antisemitismo y cambiar así el significado de sus protestas haciéndole creer a la opinión pública que se trata de una persecución a los judíos. Todo eso no ha logrado otra cosa que avivar y extender las protestas estudiantiles a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

No hay manera de minimizar el alto simbolismo e impacto que tiene que estudiantes estadounidenses protesten contra su gobierno, reclamen alto al genocidio en Palestina e incluso enfrenten la cárcel por atreverse a hacerlo; hace décadas que no se veía un movimiento estudiantil de tal tamaño en EE. UU. Las movilizaciones estudiantiles abarcan ya importantes universidades norteamericanas y la lista se amplía día con día. Veamos: “Región noreste: hay protestas en las universidades de George Washington, Brown, Yale, Harvard, Emerson, NYU (Universidad de New York), Georgetown, American, Maryland, Johns Hopkins, Tufts, Cornell, Universidad de Pennsylvania, Princeton, Temple, Northeastern, MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), The New School, Universidad de Rochester y Pittsburgh. Costa oeste: Universidad Estatal de Humboldt, Universidad del Sur de California, Universidad de California en Los Ángeles, Universidad de California en Berkeley y Universidad de Washington. Región del Medio Oeste: Northwestern, Universidad de Washington en St Louis, Universidad de Indiana, Michigan, Ohio State, Minnesota, Universidad de Miami, Ohio, Columbia College Chicago y Universidad de Chicago. Sur: Emory, Vanderbilt, Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Kennesaw State, Florida State, Virginia Tech y Universidad de Georgia, en el campus Athens. Suroeste: Universidad de Texas en Austin, Rice, Arizona State” (BBC, 1 mayo 2024).

Tampoco hay forma de que el gobierno de los Estados Unidos niegue lo que todo el mundo ve: el respaldo incondicional que siempre le ha dado a Israel para apoderarse del territorio de Palestina, lo cual incluye apoyar la creación del Estado de Israel a finales de los años 40, armarlo hasta los dientes para convertirlo en su plataforma de guerra en esa zona, y protegerlo de cualquier intento de condenar o frenar, mediante alguna resolución en la ONU, por ejemplo, su expansionismo a costa de las tierras y vidas de los árabes.  

A solicitud del presidente Biden, la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos autorizaron hace pocos días recursos adicionales por 26 mil millones de dólares para fortalecer a Israel en su guerra expansionista y para aceitar el negocio de la guerra y volver aún más ricas a las empresas fabricantes de armas. Todos los intentos de aprobar un cese al fuego o una intervención humanitaria en la zona se han estrellado con el veto estadounidense, lo que significa autorizar al gobierno de Israel a proseguir la masacre de niños, mujeres y hombres inermes, la destrucción de sus casas, que según la ONU ya alcanzó una cifra de 650 mil casas destruidas, y un desplazamiento de 1.9 millones de personas. A eso es a lo que los estudiantes en lucha llaman con toda razón genocidio, por eso exigen que se detenga la agresión a Palestina; por eso se puede oír y leer en las redes sociales un mensaje reiterado dirigido a Biden: ¿“Genocida Joe, ¿cuántos niños has matado en Gaza?”.

Joe Biden forma parte del grupo de políticos estadounidenses que ha recibido cuantiosas donaciones de donantes pro-israelíes. Eso explica su conducta y la de otros políticos ferozmente opuestos a los estudiantes movilizados. Por ejemplo, “el senador Marco Rubio, republicano de Florida, dijo que presentará un proyecto de ley para exigir a la Administración Biden que revoque la visa de cualquier visitante extranjero que apoye "activamente" a Hamás. Rubio, quien ha recibido más de un millón de dólares en donaciones a su campaña por parte del lobby israelí, afirmó que promoverá otra ley para quitar fondos federales a universidades que no repriman protestas que apoyen  "actividades terroristas". El senador republicano es uno de los congresistas que más dinero ha recibido en las últimas décadas de donantes pro-israelíes. La lista, que publica Open Secrets, está encabezada por el actual presidente estadounidense, Joe Biden” (france24.com, 30 de abril 2024).

El enemigo al que se enfrentan los estudiantes de Estados Unidos es aún poderoso y sin escrúpulos, como se demuestra con los crímenes cometidos en Gaza y la violenta respuesta que está dando a las movilizaciones estudiantiles, pero la causa que defienden los jóvenes estadounidenses es justa, su exigencia de alto al genocidio contra Palestina es compartida por millones de personas de todo el mundo. Hace varias décadas, la lucha heroica de un pueblo obtuvo el respaldo de millones de seres humanos entre los que estuvieron millones de jóvenes norteamericanos que exigieron que el ejército norteamericano se retirara de Vietnam, lo que finalmente ocurrió. Solidaricémonos ahora con los estudiantes norteamericanos y trabajemos todos en formar una ola gigantesca de protesta que vuelva a derrotar al imperialismo y frene el genocidio en Palestina y en el mundo. 

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