En nuestro país existe una gran desigualdad y pobreza que afecta a la inmensa mayoría de los mexicanos, a pesar de las políticas de ayuda monetaria de entrega directa que implementó el Gobierno federal, y no lo digo yo, pues de acuerdo a los datos del Coneval de inicios de 2024, 46.8 millones de personas viven en pobreza en México, lo que equivale al 36.3 % de la población total del país.
En los primeros cinco años del Gobierno morenista de López Obrador, el gasto en programas sociales creció 30 %. Sin embargo, estos mismos no han logrado reducir la pobreza extrema.
Aunque hubo una disminución de 5.1 millones de personas en pobreza, los mexicanos que viven en pobreza extrema se mantuvieron casi igual.
Aunque hubo una disminución de 5.1 millones de personas en pobreza, los mexicanos que viven en pobreza extrema se mantuvieron casi igual, con un aumento de 400 mil personas al pasar de 7.0 a 7.1 %.
Sin embargo, la elevada inflación ha diluido el alza salarial y las transferencias económicas a través de los programas sociales no han dado resultados positivos, además de la caída de los servicios públicos en salud y educación, entre otras.
Los datos duros dejan ver que con todo y las buenas intenciones de beneficiar a los pobres, la condición de la mayoría de los mexicanos sigue en los diferentes niveles de pobreza.
Además, en México no hay un seguro contra desempleo, y por ende, las familias se ven obligadas a adoptar estrategias en detrimento de su futuro, por ejemplo, en el caso de los que tienen la posibilidad de ahorrar, deshacerse de lo poco que ya tenían, para alguna emergencia o para uso de la educación de sus hijos, alguna emergencia de salud, o simplemente para la alimentación de la familia, y todo eso tiene efectos negativos que dejan secuelas por años.
El tamaño de esta crisis por la que está pasando nuestro país es crítico, y los datos de personas en pobreza extrema reflejan claramente nuestra situación y los primeros golpeados han sido los pobres y lo seguirán siendo mientras sigan las políticas erróneas de la 4T.
Los programas dirigidos para proteger a trabajadores o a hogares pobres fueron insuficientes, comparado con el golpe económico y el tamaño de la población que ha perdido su ingreso ha sido muy limitado.
Si bien es cierto que la pobreza y la pobreza extrema siempre han existido, pero no por eso hay que restarles importancia, pues hoy las cifras se ven muy alarmantes. La desigualdad en el reparto de recursos, el desempleo, la mano de obra barata, son variantes que contribuyen y prolongan la situación de pobreza de miles de familias.
El Movimiento Antorchista ha sido, es y seguirá siendo una de las organizaciones que, desde su nacimiento hace 50 años, ha señalado puntualmente los errores en la aplicación de las políticas públicas del gobierno en turno, y con eso quiero aclarar que no comenzamos a hacer críticas a gobiernos en el presente sexenio, pero señalar los errores gubernamentales implica también proponer una solución efectiva al problema.
Por eso, Antorcha propone cuatro ejes fundamentales:
1. Creación de empleos. Hay que crear empleos para todos los mexicanos; es obligación del gobierno y de la empresa privada.
2. Mejoramiento de los salarios.
3. Reformar la política fiscal del gobierno y
4. Reorientación del gasto público, esto para lograr una economía sana.
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