La pregunta es literal. La respuesta es difícil. El pasado miércoles 3 de febrero fue tendencia nacional en Twitter el hashtag #BarbosaElPeorGobernador; tres días después, profesores poblanos colocaron en la misma red social, el hastag #EducaciónSinApoyo también como tendencia nacional, a través del cual denunciaron que la Secretaría de Educación de Puebla no atiende las demandas educativas enarboladas por profesores, estudiantes y padres de familia.
Una encuesta realizada por Arias Consultores en el mes de diciembre, tuvo los siguientes resultados: el 73.4% desaprueba el gobierno de Miguel Barbosa y sólo lo aprueba un 10.6%, mientras que 17.3% se dijo indiferente. El 85% de personas en edad de votar no confían en el gobernador morenista (revista32.mx). Por su parte, Consulta Mitofsky (también en una encuesta del mes de diciembre) sostiene que Miguel Barbosa Huerta, ocupa el lugar 31 de 32 de entre los mandatarios estatales y tiene el 34.3% de aceptación y 62.8% de desaprobación, sólo se coloca por encima de Cuauhtémoc Blanco que, a su vez, tiene 20.7% de aceptación y 75.5% de desaprobación (consulta.mx).
Tratando de imitar el estilo del presidente López Obrador, el gobernador morenista de Puebla, para mantener presencia y entretener a la opinión pública con pleitos artificiales e innecesarios. Según El Universal: "el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa y el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield, tuvieron un enfrentamiento en redes sociales en donde hubo descalificativos, insultos y fuertes señalamientos… Barbosa dijo que la Profeco no opera en Puebla y que si no da resultados es mejor que renuncie Sheffield al cargo. Mientras que el Procurador expuso que el gobernador o está mal informado o sufre demencia”.
Y aunque se dicen peleados, los morenistas de la capital le hacen juego al gobernador, arman guerritas contra el pueblo trabajador para evitar ocuparse de lo que sí deben hacer. El gobierno municipal de la capital poblana ha designado al secretario del Ayuntamiento, René Sánchez Galindo, como el principal inquisidor contra los comerciantes ambulantes, con la consigna de encarcelar a quien se atreva a salir a vender, condenando así a los pobres a morir de hambre en sus casas o a morir en la cárcel por querer saciar su hambre. Nadie, ningún nivel de gobierno ofrece a los pobres en Puebla y en el país alguna alternativa como no sea esa disyuntiva.
Y es que la realidad no da tregua. La inseguridad ha crecido de manera alarmante en el estado, principalmente en la capital: "Los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) del Inegi reportan un incremento en la percepción de inseguridad pública de 9.6 puntos porcentuales, al pasar de 83.1 a 92.7 entre septiembre y diciembre del 2019. El municipio de Puebla es la única demarcación del estado que se incluye en el estudio” (consejociudadanopuebla.org).
Así mismo, Milenio Puebla informó el 28 de enero pasado que, en palabras de José Antonio Martínez García, titular de la Secretaría de Salud (SSA) estatal: "… con 374 contagios en un día y 43 muertos por covid-19 en las últimas 72 horas, Puebla rompió por segundo día consecutivo su récord en hospitalización, con mil 428 internos... Con 43 defunciones nuevas, Puebla suma un total de 7 mil 405, con tasa de letalidad del 12.65 por ciento”. El secretario señaló que a lo largo del territorio poblano hay mil 754 casos activos, con 326 ambulatorios y mil 428 hospitalizados, de los cuales, 137 están graves y requieren asistencia de un ventilador mecánico para continuar con su tratamiento (milenio.com).
Finalmente, al parecer, para figurar un poco y dar un golpe efectista, con la mirada puesta en la siguiente elección, Barbosa ya se colgó del empolvado caso Mario Marín-Lydia Cacho y se propone tener a su propio "Lozoya” local. Con declaraciones tronantes, ha advertido en los últimos días que irá al fondo del caso y perseguirá a todos los corruptos de los gobiernos anteriores. Sin embargo, no resultaría raro que así como la comedia de varios casos del gobierno federal, este forme también parte sólo de bufonadas.
Todo mundo sabe que Mario Marín Torres siempre presumió como su mentor político a Manuel Bartlett Díaz y ello le inspiró a crear la "burbuja marinista&rdquo, con varios políticos poblanos activos en la política local y nacional, algunos en el actual partido en el poder, Morena. "Marín construyó una clase política donde tenía fuerte valor la lealtad hacia él; así integró su grupo político desde la alcaldía poblana hasta la gubernatura, varios de ellos con lazos de compadrazgos a quienes hizo secretarios de su gabinete en el gobierno estatal. Destacan Ricardo Velázquez, consejero jurídico de Marín Torres y que actualmente ocupa el mismo cargo en el gobierno estatal, bajo las siglas de Morena… Alejandro Armenta Mier, senador de Morena; además, Nancy de la Sierra, ahijada de Marín y senadora del PT; José Juan Espinosa, ahijado y diputado local del PT; Francisco Ramos, actual dirigente estatal del PES…” (milenio.com). Así mismo está Ramón Fernández Solana, quien fue "secretario particular y persona de confianza de Mario Marín; en los comicios del 2018 fue candidato a la diputación federal por el distrito 11, (de hecho, el "exgobernador priista” apareció en uno de sus eventos de campaña). En la actualidad, es coordinador del nuevo partido, Redes Sociales Progresistas (unotv.com). Pregunta sería, ¿veremos a algunos de éstos en la cárcel o ya fueron santificados al entrar en el partido que hoy gobierna?
Así, el papel del gobierno poblano es decorativo. Las encuestas casi todo el tiempo han colocado al gobernador Barbosa entre los tres últimos lugares de todos los mandatarios estatales (excepto cuando se ha ubicado, exacto, en el último lugar). No podría ser de otra manera si ha dejado en el abandono al pueblo en la seguridad, en el trabajo, en la salud y en la educación; con puros fósiles en el gobierno; con teatritos para distraer al pueblo y con el desvío de los recursos hacia la compra descarada de conciencias y votos.
Hoy pues, los poblanos, tenemos una caricatura de gobierno y necesitamos cambiarlo por uno constituido seriamente. No caigamos en el soborno para condenar a nuestro estado en el fracaso total. Hay que poner un freno al rumbo que lleva nuestra entidad. Si alguna posibilidad hay de remediar los males que hoy nos aquejan, es evitando que Morena vuelva a ganar los próximos cargos de elección popular. Que la conciencia del pueblo sea el freno a tiranuelos y cómicos que pretenden maniobrar para gobernarnos. Lo dicho antes: ¡ni un voto a Morena en 2021!
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