La mayoría de los habitantes de los municipios más poblados y las ciudades más importantes del estado se encuentran alarmados por la creciente ola de contagios que están surgiendo, no sólo en Guerrero, sino prácticamente en todo el país. El asunto no es para menos, pues según han informado la Secretaría de Salud y los noticieros, que nuestro país sigue rompiendo récords en contagios. Hasta el miércoles de esta semana, llevábamos acumulado 3 millones 152,205 contagios y 250,469 defunciones.
En el estado de Guerrero, para el miércoles 18 de este mes, se registraron 489 casos en un solo día, mientras que en los hospitales se encuentran 493 pacientes de los cuales 398 son reportados como graves. En lo que va de este mes, se han registrado 543 defunciones para hacer un total de 5 mil 179 muertes en lo que va de la pandemia. Estos son los números oficiales, pero la gran mayoría de los ciudadanos no pueden negar que en las comunidades han fallecido muchas personas que no han acudido a atenderse en un hospital, no solo por temor, sino porque no cuentan con los recursos económicos suficientes para pagar un tratamiento médico. Al no contar con alternativas para combatir al mortal virus, mueren en sus domicilios, sin ningún registro oficial, esto no es ninguna exageración, lo he comprobado personalmente en el municipio de Chilapa.
Ante este panorama, no deja de sorprender la insistencia del presidente de la república en recalcar diariamente que se reanudarán las clases presenciales. En Veracruz dijo: “llueve, truene o relampaguee, iniciarán las clases a finales de agosto”. Y como es lógico, los funcionarios de la Secretaría de Educación Federal no les quedó otra salida que repetir y obedecer las indicaciones de su jefe máximo, incluso, han llegado al ridículo de crear un decálogo para el retorno a clases, que consta de 10 puntos. El punto décimo, pide que el alumno lleve consigo una carta compromiso de corresponsabilidad, cuya principal finalidad es evadir la responsabilidad, es decir de deslindar al gobierno federal para no cumplir con la ley federal de responsabilidad patrimonial del estado, de indemnizar a quien sufra algún daño.
Las decisiones improvisadas de un mandato irresponsable de obligar a los estudiantes al regreso a las clases presenciales los pone en riesgo de contagiarse. Con esta carta, la responsabilidad sería, única y exclusivamente del padre de familia en caso de que el menor se llegara a contagiar. Recientemente, en la mañanera, el presidente se deslindó de la mencionada carta y por su parte, el gobernador del estado Héctor Antonio Astudillo Flores, anunció que no se pedirá carta responsiva durante el regreso a clase. Para el caso es lo mismo, pues de cualquier manera el gobierno federal ha dado muestras de no importarle la salud de los mexicanos y ahora muestra su hipocresía al obligar al regreso a clases presenciales sin existir, no solo las condiciones sanitarias, sino tampoco las condiciones materiales de los edificios, desde luego, lo hemos visto, el gobierno no ha sido capaz de equipar los hospitales ni de dotarlos de medicinas, por lo que, siempre los gastos están a cargo de los padres de familia, con o sin carta de corresponsabilidad.
El gobernador del estado, por su parte, minimiza la situación, pues ha declarado que en el estado no hay hospitales saturados por atención al covid, mientras que las propias trabajadoras de la salud sostienen lo contrario. También, ha demostrado su preocupación ante el alto índice de contagios en el estado al grado de declarar a la entidad en semáforo rojo, llamando a la población a cuidarse de los riesgos, pero, también insistió que el regreso a clases es seguro; con todo respeto, pero aquí hay una incongruencia del gobernador, pues en lugar de gestionar ante el gobierno federal las vacunas para los estudiantes y recursos para mejorar las instalaciones de las escuelas, se pone a repetir y aceptar como un sumiso las decisiones equivocadas del ejecutivo federal.
Guerrero es un estado que tiene una población con el 64% en pobreza y pobreza extrema, y por lo mismo esta población es muy susceptible a contraer todo tipo de enfermedades y un contagio del coronavirus no puede ser la excepción, la población infantil, de 3 a 15 años representan el 33% son 1,124,584 de infantes en nuestro estado. Los que viven en zonas rurales están totalmente desprotegidos, obligarlos a asistir a las aulas en estas condiciones es exponerlos a un contagio y por consiguiente poner sus vidas en peligro.
Finalmente, soy de las personas que ve con mucha preocupación la falta de una buena educación, no solo en nuestro estado, sino también de nuestro país. El sistema educativo es pésimo a nivel mundial. Es urgente un cambio de modelo educativo, que incluyan nuevos planes y programas de estudio de acuerdo a los tiempos modernos, incluyendo la capacitación y actualización de los profesores con mejores salarios, también, se requiere de instalaciones modernas y funcionales. La educación es urgente, pero eso no se logra de la noche a la mañana; para conseguirlo, es necesario un cambio de política desde las más altas esferas de gobierno. Muchos mexicanos nos queda claro que quienes ostentan el poder en estos momentos, la educación de los mexicanos no es su prioridad, ni la educación ni otra cosa que tenga que ver con el desarrollo del pueblo, un ejemplo muy ilustrativo de esto, es el asunto de la salud. Reitero, que es necesario un cambio profundo en el sistema de gobierno, pero para eso, los mexicanos debemos de estar unidos y organizados, educados políticamente, haciendo un solo frente en defensa de nuestros derechos. Por lo pronto, debemos de exigir un plan urgente de vacunación para toda la población, mejorar las condiciones de las instalaciones escolares y dotar a las escuelas de los materiales eficaces para evitar un contagio y evitar poner en riesgo la vida de los estudiantes, solo entonces: “llueve, truene o relampaguee”, que se reinicien las clases presenciales.
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