La violencia que se vive en México no distingue edades, por ello, cuando se da a conocer a través de los medios de comunicación el asesinato de algún niño o adolescente causa mucho impacto e indignación; esto desgasta cada vez más el tejido social.
De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a marzo de 2022, la violencia cobró la vida de 595 personas de 0 a 17 años (153 mujeres y 442 hombres).
En una nota publicada en Expansión Política titulada “Infancias en México: entre el rezago, la marginación y la violencia” se leen algunos datos que son muy preocupantes; «A esto se suma el riesgo de reclutamiento de entre 145,000 y 250,000 niñas, niños y adolescentes por parte de grupos delictivos y del crimen organizado, de acuerdo con estimaciones de la Redim y del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC). "Hay un punto muy preocupante que ha crecido y ha profundizado la situación de violencia para las infancias, y se trata de la presencia del crimen organizado y el control territorial que están derivando en homicidios y desapariciones", dice Juan Martín Pérez».
Otros datos perturbadores. En la nota ya citada se menciona que desde el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) hubo un considerado aumento en las desapariciones de niñas, niños y adolescentes; teniendo un acumulado de más de dos mil 300 casos. Mientras que en el periodo de Enrique Peña Nieto (2012-2018) el registro fue de 6 mil 100 desapariciones de menores de edad. Sin embargo, en la administración de la Cuarta Transformación la cifra es más alarmante; «en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, hasta 19,445 niñas, niños y adolescentes han sido reportados como desaparecidos o no localizados; de ese total, 5,102 siguen desaparecidos».
Si nos situamos en Colima y la ola de violencia que aumentó considerablemente a inicios de este 2022 y que no ha dado tregua, ni siquiera para respirar un poco de paz; que tanta falta hace. En redes sociales se han difundido donde se ven escenas muy fuerte con las que se evidencia las atrocidades que causa este mal, entre las más de 500 víctimas mortales.
El pasado viernes 26 de agosto, el vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad, Gustavo Joya, informó que en lo que va del año se han registrado 582 homicidios, de los 69 han sido mujeres y 13 han sido menores de edad. Hasta el corte que las autoridades hicieron previo a la rueda de prensa, 58 personas han sido ejecutadas en el mes.
Los casos más recientes ocurrieron el pasado jueves 25 de agosto, cuando en hechos distintos dos menores de edad fueron lesionados tras recibir impactos de bala; aunque el ataque no iba hacía ellos directamente, resultaron ser daños colaterales: tal como ha pasado en otras ocasiones.
Claro está que las estrategias de seguridad implementadas por el Gobierno estatal y federal no han funcionado. La política de abrazos y no balazos solo quedó en la teoría, porque en la práctica ha sido todo lo contrario. Tan solo basta con mirar los noticieros en cadena nacional para la violencia que se desborda por todo el país. Colima ha sido de los estados en donde recientemente se vivió un caos por la quema de autos y detonaciones de arma de fuego.
Referente al tema central de este trabajo, en la nota citada anteriormente se puede leer lo siguiente; «Juan Martín Pérez considera que todo este contexto muestra que México vive un momento histórico, en el que los niveles de violencia se han desbordado y colocan a los niños, niñas y adolescentes en un 30 por ciento más de probabilidad de ser víctima de desaparición, homicidio o feminicidio que una persona adulta».
Si nos ponemos a revisar las condiciones de los menores de edad en México, nos podremos dar cuenta que la situación en las que viven no son las idóneas. Desde mi punto de vista, considero que viven en abandono por parte del Gobierno federal, pues las decisiones que este ha tomado con relación al presupuesto de programas sociales, donde aplica un recorte, porque según el señor presidente Andrés Manuel López Obrador es mejor invertirlos en otros rubros.
Es necesario poner mayor atención en este sector de la población que es el futuro de México; pues la protección que se tiene para las infancias no es suficiente. Es necesario tener un mayor presupuesto público para las problemáticas que enfrentan los menores. Sobre todo, es necesario crear un entorno donde los más pequeños del país crezcan sin tener que vivir acurrucados por la violencia y todos esos males que por años ha estado presente en sus vidas.
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