Es muy vergonzoso y al mismo tiempo alentador, porque los mexicanos conocen la verdad, ver que día tras día disminuye la confianza que más de 30 millones de ciudadanos depositaron en Morena en la elección de 2018, y en Andrés Manuel López Obrador, cuando el combate a la corrupción fue su principal bandera para confundir a la gente y llegar al gobierno del país.
Los propios integrantes de este partido se han encargado de mostrar que no han combatido y menos han terminado con la corrupción en México, cómo afirma, todos los días, el propio López Obrador, al colocar su política anticorrupción, como Cuarta Transformación; la máxima con la que hizo campaña y ahora pretende darle continuidad para asegurar que sus corcholatas ganen las próximas elecciones en 2024.
De la gran cantidad de actos de corrupción en su gobierno, simplemente sale al paso con el socorrido argumento de “no estoy enterado”.
La corrupción se comprueba con los actos deshonestos que todos los días cometen funcionarios morenistas, abusan del poder para usar de los recursos económicos y humanos a los que tiene acceso, en su beneficio personal o de grupos. La corrupción es en este gobierno, como en los anteriores, uno de los males que más ferozmente golpean a nuestro país y la ley se aplica sólo cuando se trata de personajes políticos opuestos a su partido.
Siempre que se ven involucrados miembros de ese partido, que son todos los días, los argumentos utilizados en su defensa son ofensivos, ridículos y carentes de validez. Amén de los múltiples casos de Pío López, José Ramón López, la prima Felipa, Manuel Bartlett, y muchos otros, así ha sucedido con la exhibición de recientes videos que evidencian a tres funcionarios de Morena, recibiendo fajos de billetes en las instalaciones del gobierno de Campeche, gobernado por la extravagante gobernadora morenista, Layda Sansores.
Los funcionarios involucrados son, Raúl Pozos, secretario de Educación en el estado; Rocío Abreu, senadora, y Armando Toledo, jefe de la oficina del gobierno, todos ellos, personajes muy cercanos a la honesta y fina gobernadora.
El video muestra que los tres funcionarios recibieron varios fajos de billetes en las oficinas del palacio de gobierno de Campeche, en junio de 2021, un mes antes de las elecciones al gobierno de Campeche, ganadas por la actual gobernadora Sansores. En los videos publicados en exclusiva por Televisa, se observa que el actual Secretario de Educación recibió aproximadamente un millón de pesos.
La senadora Abreu también aparece, en dos videos diferentes, recibiendo en ambos fajos de billetes que metía en bolsas y un portafolio. Los funcionarios, una vez cuestionados, en lugar de apenarse, justifican la entrega de dinero, plenamente convencidos que fueron buenas acciones por haber hecho pagos de gestiones. Para ¿quién?, ¿pagos por qué? Nada aclaran, pero tampoco hace falta. No hay mexicanos que se crean sus mentiras, sus maniobras y sus actos de corrupción.
Pero las corruptelas de estos señores descubiertos con las manos en los billetes son apenas una insignificante parte de la verdad. Igual o más graves son los casos del ex consejero jurídico del presidente López Obrador, Julio Scherer, a quien lo investiga la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de Enriquecimiento ilícito, y haber ocultado a la Secretaría de la Función Pública, al menos siete inmuebles en la Ciudad de México y Acapulco, y por si esto no bastara, la denuncia penal que se sabe, enfrenta el Senador Morenista, poblano, también por lavado de dinero y extorsión, acusación de hecha por el propio Diputado Federal de su mismo partido, Ignacio Mier Velazco.
Es claro que ni a Morena y menos a López Obrador les interesa acabar con la corrupción, por el contario la fomentan, es su natural modo de vida, es su forma de ganarse puesto político y es su modo de operar, utilizando ríos de dinero del erario público, que circulan en efectivo en los conocidos sobres amarillos que tanto le gustan a la familia López obrador. Son insaciables cuando de corromper se trata y para sorprender incautos, la pantalla de la austeridad franciscana, “nadie debe ganar más que el presidente”, “cero corrupción en el gobierno de arriba para abajo”, o el dicho de que “eso se acabó”.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario