Desde la llegada de López Obrador y su partido morena al poder ejecutivo no hemos visto más que un retroceso constante en muchos rubros, una serie de decisiones que se toman en perjuicio de los más pobres, sí, aquellos que en su eterna campaña el señor López juró proteger y defender, y por supuesto, un estancamiento económico nunca antes visto, a pesar de que este personaje de la política prometió un 4 por ciento de crecimiento desde que él tomara las riendas del país.
Bueno, no es la única promesa que lanzó al aire, sino una serie de compromisos, y solo bastó menos de un año para darnos cuenta que no iba a cumplir ni en todo su sexenio, del cual ya lleva casi la mitad transcurrido, y que de estar mal pasamos a estar peor, porque debido a su coraje a todo aquello que no fue creado por él y a lo que constantemente culpa de producto de la corrupción está haciendo mucho daño, por eso cuando se sentó en la silla del poder de un tajo empezó a desaparecer programas sociales, instituciones y apoyos que ayudaban un poco a paliar la pobreza de millones de mexicanos, y de tener poco pasamos a no contar con nada, a estar totalmente descobijados por los traumas del señor López.
Porque todo para López es producto de la corrupción, su inteligencia no le alcanza para discernir entra las cosas buenas y las malas, sino que a todas las mete en un mismo costal, por lo que vimos cómo desaparecieron las estancias infantiles que ayudaban en mucho para que las madres trabajadoras pudieran dejar en un lugar seguro a sus peques y poder así acudir a sus labores, los comedores comunitarios, que tanto ayudaban a millones de personas, porque ahí podían recibir alimento a muy bajo costo. El Seguro Popular, en donde se atendían sus enfermedades todos los mexicanos que carecían de seguridad social; los recursos del Fonden, que en mucho pudieron ayudar a nuestros hermanos tabasqueños que tienen varios meses inundados sin recibir ayuda gubernamental; se han hecho escandalosos recortes a la ciencia y la tecnología, al deporte, las salud, al arte, al cine, y así un largo etcétera por mencionar.
Y para colmo de males, en el primer año de gobierno de AMLO no solo no creció la economía, sino que descendimos a cero en crecimiento económico, es entonces cuando ni tardo ni perezoso el señor presidente se dio a la tarea de cambiar su discurso, diciendo que medir el crecimiento económico resulta ineficaz, que ahora la tarea de su gobierno sería medir el nivel de felicidad de los mexicanos; una total aberración lo que este señor propone, porque da cuenta de que solo se quiere burlar de la inteligencia y sentido común de todos nosotros.
Millones de mexicanos están padeciendo la pobreza en su máximo nivel, porque este se ha venido acrecentado con la pandemia por covid-19, además según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalaron que en el primer trimestre de este año la inflación alcanzó el nivel de 4.8, por esta razón vemos como todos los productos y artículos de primera necesidad, así como obras y servicios se van encareciendo día con día, el agua, la luz, la canasta básica, la gasolina, que hace que todos los productos suban de precio y esto venga a pegar en los ya desgastados bolsillos de las familias mexicanas.
Creo que hemos tenido mucha paciencia en estos dos años fallidos del gobierno de López Obrador, pero ya basta de tantos agravios en contra de los más pobres, repito, a aquellos que juró y proteger y ahora les está dando con la punta del pie. Es urgente que todos los mexicanos abramos bien los ojos y tomemos una decisión firme de unirnos para formar un frente común que dé la batalla en las urnas este próximo 6 de junio, para que restemos poder a este partido formado por improvisados, que brillan por su ignorancia y que le están haciendo tanto daño a México y a los mexicanos.
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