MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La carga tributaria en México: ¿Quién paga y quién se beneficia?

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Especialistas en la materia manifiestan que la recaudación de impuestos en México es insuficiente, lo cual deriva en la urgente necesidad de recaudar más impuestos de quienes generan mayor riqueza, los grandes capitales, hoy por hoy grandes corporativos nacionales e internacionales.

Ello servirá para sostener el desarrollo del país y sus treinta y dos entidades, ya que lo que han hecho hasta ahora los gobiernos morenistas es hacer recortes y pedir prestado, porque de lo incautado, ahí donde había corrupción, se esfumó, nada de nada.

Es justo y necesario que se pongan la camiseta del pueblo, que dejen de fingir y engañar al pueblo trabajador y busquen la manera de repartir esa riqueza que se concentra día con día en unas cuantas manos.

Mientras, el pueblo que se apriete más el cinturón y las deudas al fin y al cabo el pueblo paga, ¿o acaso Andrés Manuel López Obrador regresará a pagar lo que pidió prestado a nombre de todos los mexicanos? Y no solo él sino cualquier otro gobernante antes y después de él, está claro que no.

Otro dato súper importante es que “la corrupción ya se acabó”, perdón, no ha terminado de acabarse, con todo y lo que digan nuestros actuales gobiernos, simplemente porque la corrupción es congénita al modelo económico que goza de cabal salud, por lo tanto, es imposible acabar con este mal dañino para los más desvalidos de todo México.

No existe un verdadero análisis socioeconómico para acabar con la desigualdad y en consecuencia los hechos van mostrando que la pobreza en México sigue cabalgando en caballo de hacienda, mientras los remedios caseros no alcanzan ni para aliviar un dolor de muelas. Mucho menos la conducción hacia el progreso de todos los mexicanos.

En el estado de progreso, Nuevo León, la desigualdad está a flor de piel, el gobierno federal no asiste con los recursos suficientes y con destinatario (el pueblo trabajador) al Estado y en consecuencia el Estado limita a los municipios y se concretan a decir que no hay recursos, pero ¿y entonces a dónde va a parar el recurso recaudado, que en su gran mayoría es del pueblo trabajador?

Principalmente las personas físicas que son asalariadas son las que pagan más impuestos y, de acuerdo con datos del Inegi, de 57 millones 440 mil 441 de personas ocupadas, solo 18 millones 302 mil 841 reciben un salario mínimo, es decir, son quienes pagan impuestos.

“Lo presupuestado para 2025, el PPEF 2025, la SHCP propone un Gasto Neto Total Devengado de nueve billones 302.0 Mmp, lo que implicaría un monto superior en 236.0 Mmp, al aprobado en 2024, aunque en términos reales, esto es equivalente a 1.6% menos. La diferencia entre el aprobado de 2024 y el sugerido para el ejercicio 2025, es resultado neto de que mientras en el Gasto Programable se sugiere un monto menor en 3.6% real para erogaciones. No Programables se estima un mayor gasto equivalente a 5.4% real”.(CEFP)

En sus análisis científicos Marx y Engels nos dicen “los impuestos se interpretan como una forma de apropiación de plusvalía y/o de disminución de los salarios; el gasto público como una vía para que se cumplan ciertas necesidades del capital, como la realización de la plusvalía o la asunción de costos de producción; la deuda pública como una forma de acumulación de capital, y de distribución del ingreso favorable al capital. 

Adicionalmente, se suelen resaltar los efectos legitimadores del sistema social vigente que tiene el sistema tributario y el gasto público”.

Y así se mantiene y alimenta el sistema capitalista, es claro pues que difícilmente los gobiernos emanados del modelo económico, gran productor de riquezas, pero al mismo tiempo acumulador obsesivo, querrán repartir la riqueza que se produce en gran medida por la fuerza de trabajo emanada de la clase proletaria, pues son hijos legítimos del sistema y congénitamente lo defenderán, lo llevan en sus genes.

Es necesario una fuerza nueva nacida de una educación sensible y humana a prueba de balas, que contra viento y marea luche por su prosperidad colectiva, no por transformaciones de quinta, sino por un modelo diametralmente opuesto, sí generador de la riqueza que necesite su gente, pero de forma ponderada, guardando o tratando de guardar las proporciones y vivir en armonía con su contexto natural y social, siempre en equilibrio donde se tenga lo indispensable para alimentar el cuerpo y el espíritu de todos nuestros hermanos.

En el modelo en el que actualmente nos desenvolvemos, que es un modelo devorador y depredador de todo ser viviente, literal, las cosas seguirán favoreciendo a los de por sí ya son favorecidos, lo cual nos lleva a luchar y pelear por lo que nos toca por derecho, y es así que le decimos a nuestros gobernantes que es justo y necesario que se pongan la camiseta del pueblo, que dejen de fingir y engañar al pueblo trabajador y busquen la manera de repartir esa riqueza que se concentra día con día en unas cuantas manos.

En este sentido los impuestos son contribuciones que deben hacer las personas y las empresas obligados por la ley, para que el Estado tenga los recursos suficientes para brindar los bienes y servicios públicos que necesita la población en general.

Los impuestos son de suma importancia para que el Estado obtenga los recursos suficientes y deje de endeudarse y de este modo poder brindar educación, salud, seguridad social, justicia, obras públicas, combate a la pobreza y de paso a la corrupción, además de impulsar a los sectores económicos que son fundamentales para la generación de empleos y el crecimiento de la economía del país.

Es deber del Estado buscar la igualdad de oportunidades y así contribuir con el bienestar de todos, que es una forma elemental de participar en los asuntos de las distintas y variadas comunidades de nuestro país; importante hacer notar que toda la población se beneficia en alguna medida de las obras y acciones que hace el Estado con la recaudación de impuestos y cambiar la forma de sentir y pensar, donde a nadie le gusta pagar contribuciones a falta de resultados constantes y sonantes.

Tan solo a 2000 años “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, disponer que, a pesar de todo, hay que ser justo y equitativos, además dentro del colectivo reconocer a cada uno sus méritos.

El pago tributario es ancestral y se castiga a quien no, falta y urge la mano firme y clara del pueblo unido, educado y organizado para llevar a cabo la gran proeza, está pendiente tarea y así solo así el pueblo empiece a recibir lo que merece.

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