Permítame narrarle esta corta historia: Eran las 8 de la noche y el joven Ramiro pidió permiso a su mamá para ir una fiesta nocturna. “Anda, te doy permiso hasta las 2 de la mañana”, le contestó ella. Ramiro siempre se había portado con su propia madre como un joven déspota, tirano, tratando de imponerle sus caprichos y violando a cada momento sus obligaciones en casa y en la escuela.
Ya en la fiesta, a las 11 de la noche Ramiro llamó por teléfono a la madre y le dijo. “Mamá, ¿me confirmas el permiso hasta las dos de la mañana?” Extrañada por la inusual pregunta sobre algo que ya estaba decidido, la madre contestó: “¡Ya te di el permiso, no necesitas volver a pedirlo ni necesito volver a dártelo ni confirmar nada!”
No contento con eso, Ramiro pidió luego a tres amigos que llamaran por teléfono a su mamá cada uno por separado y le pidieran que le confirmara a Ramiro su permiso de asistir a la fiesta. “¡No insistan —les contestaba, enfada, a cada uno— ya le di permiso! ¡No tiene caso volver a dárselo!”. Pero Ramiro insistió aún más, estuvo insistiendo toda la noche y no dejó dormir a su mamá.
En realidad, Ramiro sabía lo que hacía: buscaba imponer siempre su voluntad sin que su madre opusiera resistencia, intentaba dominarla totalmente, y para ello no dudaba en presionarla inmoralmente con la complicidad de sus amigos con el objetivo de que cuando pidiera o hiciera algo, se le concediera o no tuviera reclamos de ningún tipo: era sólo una estratagema para hacer y deshacer a voluntad. Hasta aquí la historia.
Ciudadano: la lección está clara: No necesitas salir a votar este domingo. La soberanía de tu voto se expresó hace tres años: hazla valer y no te dejes presionar. Lo que buscan Morena y AMLO es justificar, con un supuesto apoyo popular, más violaciones a nuestro estado de derecho de las que ya han hecho y que tienen en mente llevar a cabo. Con esta consulta innecesaria y tramposa, buscan legitimar al presidente y al gobierno de la 4T, quieren fortalecer a su líder, como a Ramiro sus cómplices, para que siga gobernando en la forma despótica, arbitraria y equivocada en que lo ha hecho hasta hoy. No caigas en el engaño.
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