Las redes sociales no son benditas, no son un ágora popular, y no son ni de cerca la realidad, nos constaba a muchos, y hoy le consta también al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde el tribunal de la “gansa inquisición” (como han bautizado a su “quién es quién”), ha calificado a la conversación en redes sociales como “irrelevante”.
Las redes sociales no son un escenario llano donde haya cabida para todas las conversaciones necesarias para la sociedad en los ámbitos locales, nacionales o mundiales. No. Sería absurdo creer que así lo es, las características más elementales de las redes no permiten un diálogo justo, la “naturaleza” de las redes no es reflexiva, sino emocional. En 280 caracteres es muy difícil narrar una situación personal y, sobre todo, es imposible retratar la compleja situación de un país. El destino de un pueblo no puede conducirse solo con redes sociales, la política bien entendida no cabe solo en un HT.
Las redes sociales, muy contrario a lo que nos hicieron creer de ellas, son un terreno fértil para el engaño y la manipulación. Es en estas plataformas donde la consigna del ideólogo fascista, Joseph Goebbels, cobra vigencia todos los días: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Bueno, digámoslo en términos más propios, muy frecuentemente, en las redes, una mentira repetida mil veces se convierte en tendencia. Al final del día lo que importa a los exponentes de las campañas de mentiras y manipulación en medios no es relatar un hecho a profundidad, sino crear una percepción.
Hace unos días comenzó en Cuba una repentina campaña en redes sociales bajo el HT de #PatriaYVida, impulsada por famosos externos a la isla dedicados a difundir noticias fuera de contexto, e información en contra del régimen que impera en Cuba, a ello posteriormente llegaron movilizaciones que los medios replicaron como si se tratara de concentraciones más grandes de lo que eran en la realidad, e incluso ilustradas con imágenes de otros países. Al pronunciamiento del presidente Díaz-Canel, como una evidente línea editorial le decidieron sacar de contexto para insinuar que llamaba a los cubanos a una guerra civil, nada cerca a la realidad, poca cobertura se dio en torno a las concentraciones en defensa del gobierno cubano. Estas ideas son apenas un resumen de lo ocurrido en la conversación.
Este jueves, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que las sanciones impuestas este jueves por su gobierno contra las autoridades de Cuba son apenas el inicio de la nueva embestida del imperio contra el régimen de la isla, no nos debe sorprender que, desde luego, el acecho mediático tenga la misma línea y se perfile apenas a iniciar su nueva función.
La moneda ya está echada, y poco nos debería de sorprender la postura que tomarán los medios de comunicación masiva, pues no será muy distinta a la que ya hemos visto en días anteriores, concentrándose desde luego en crear un ambiente de “inconformidad” contra el régimen político, pero no en las causas medulares de la inconformidad de los cubanos, o sea el bloque económico de Estados Unidos contra Cuba, que no es un embargo, es un bloqueo criminal al que muchos países no hubieran podido resistir los 60 años que Cuba ya lleva. En cosas como éstas, escribir superficialmente es escribir criminalmente, decía Fidel Castro, y creo que es verdad.
La conversación en redes sociales no pertenece a la gente, y nunca le perteneció, es falso creer que las redes obedecen a la voluntad del pueblo, no, dedos enormes tuitean la línea de las conversaciones en que participamos día a día, las redes sociales desde donde hoy muchos influencers sin una embarrada de política o historia toman una posición respecto a Cuba, y piden “libertad” no tienen ni la más mínima idea de que ni en las plataformas desde donde lanzan sus mensajes tienen libertad.
Veamos el panorama completo, ¿Por qué Cuba?, vamos a nuestro mismo continente, ¿qué acaso Colombia no tiene la misma urgencia de ayuda humanitaria que la isla?, ¿acaso los reclamos de ese pueblo no merecen ser escuchados?, ¿no conviene también hablar de Sudáfrica y la dolorosa movilización provocada por el hambre en ese país?, ¿no nos conviene cuestionarnos por qué el algoritmo imperialista solo nos centra en este tema?
Desde luego que las redes tienen un modelo, una regla, un algoritmo, no por eso nos conviene renunciar a participar en la conversación, callarnos no es la opción, morir y ser cómplices del silencio no es ni de cerca una alternativa, conviene decir, nos urge pensar, tomar un rol activo y de conciencia.
Cito otra vez a Fidel en la conclusión de su escrito “¡Basta ya de mentiras!”, mismo que redactó desde el interior de su celda: el movimiento 26 de Julio, que conserva intactas todas sus fuerzas, su espíritu de lucha, proclama la necesidad de unir todos los hombres, todas las armas y todos los recursos, frente a la tiranía, que nos divide, nos persigue y nos asesina por separado. “La dispersión de las fuerzas es la muerte de la revolución; la unión de todos los revolucionarios es la muerte de la dictadura”.
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