MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La lucha de la vanguardia estudiantil

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Las consecuencias de la política económica fallida del gobierno federal y el agravamiento por la pandemia del coronavirus, asestaron un fuerte golpe a la educación del pueblo mexicano y lo han llevado a la deserción y a un rezago, dicen organismos como el  Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), equivalente a dos años de escolaridad. Vivimos momentos críticos para la educación, pues se le ha dado prioridad a programas de becas destinados a la cooptación de votantes y no al fortalecimiento del aprendizaje de la comunidad estudiantil.

La realidad contrasta con el discurso oficial y evidencia la tragedia que, si bien se agravó por la pandemia, se ha venido alimentando del fracaso de la política económica y social del gobierno de la mal llamada 4T, tanto para la educación como para el bienestar social de la clase trabajadora.

En los poco más de tres años de administración del morenista Andrés Manuel López Obrador se han reducido los recursos para elevar la calidad educativa; de acuerdo con la organización civil Mexicanos Primero, “han desaparecido nueve programas, de los cuales cinco significaron una reducción de 21,982 millones de pesos durante 2021 que afecta a 37,570 escuelas y 4.3 millones de niños, niñas y jóvenes… Advirtió que hay desaparición de programas que podrían atender el rezago educativo que ha dejado la pandemia” (politica.expansion.mx, noviembre de 2021). 

Los recursos se han focalizado en la entrega de becas, pero los resultados no son buenos: según datos de la SEP, el programa Becas para el Bienestar Benito Juárez alcanzó una cobertura de más de nueve millones de alumnos, con una inversión de 71 mil millones de pesos durante 2021, sin embargo, indicadores de esta misma dependencia revelaron que solo en el caso de los estudiantes de preparatoria y bachillerato, más de 563 mil abandonaron sus estudios en el ciclo escolar 2021-2022 (elpopular.mx, enero 2022). La Encuesta para la Medición del Impacto covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, publicada por el Inegi en marzo del año pasado, dio a conocer que 2.3 millones de personas entre tres y 29 años no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por motivos asociados a la pandemia y 2.9 millones, por falta de dinero o recursos. 

La política clientelar que impulsa el gobierno morenista ha hecho a un lado la elevación de la calidad académica y  el impulso al desarrollo de la ciencia, la tecnología, la investigación e innovación, y es más una herramienta político-electorera que ha implementado acciones no sólo para mantener a niños y jóvenes en la ignorancia, sino para adoctrinarlos de acuerdo a los intereses del partido en el poder; prueba fehaciente es la edición realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), del libro “México. Grandeza y diversidad”, que dedica en su último capítulo una loa al triunfo del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador llamándolo mesías, así como la propuesta de una  nueva estrategia para la revisión de los planes de estudio de nivel básico y medio superior en un tiempo corto y supuestamente para “eliminar todas las palabras neoliberales”. 

Frente a este panorama de oscuridad y caos, en el horizonte se encuentra la vanguardia estudiantil que, a pesar de las grandes dificultades, se ha dado a la tarea de dar la lucha por defender la educación del pueblo mexicano y evitar que se ponga en riesgo el futuro del país. Hablo de miles de estudiantes organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), quienes preocupados por la situación actual, se han manifestado contra de la política clientelar y de adoctrinamiento de la 4T y están dando la lucha por mejores condiciones de infraestructura y la elevación de la calidad en la educación para todos los estudiante del país, principalmente de las zonas marginadas. 

Aunque en esta labor han encontrado represión y falta de sensibilidad en los gobiernos para atender las necesidades; como ocurrió con la lucha que sostienen en el municipio de Amozoc, Puebla, donde los jóvenes solicitan la adquisición de un terreno para la construcción de su escuela, a cambio, la respuesta del gobierno municipal encabezado por Mario de la Rosa ha sido de represión y oídos sordos, incluso la del gobierno del estado, pues fue la misma comisionada de la dirección general de Gobernación Brenda León Gómez, encargada de atender el asunto, quien lanzó la amenaza antes que una solución: “Al gobierno del estado no le temblará la mano y toda acción tiene una reacción”. Hasta la fecha no hay respuesta. También los fenerianos se han manifestado, conforme a derecho y a través de los diferentes medios de comunicación y redes sociales, en contra de las modificaciones a los planes de estudio, porque no es una estrategia que impulse el pensamiento crítico y análitico, así como una formación integral, sino que busca generar adeptos a fines al partido en el poder. 

La lucha de los jóvenes de la FNERRR es justa, pues las exigencias no atentan contra nadie y se han manifestado dentro de la legalidad; responde a la necesidad de fomentar las políticas en el ámbito económico y educativo, que impulsen el desarrollo académico de calidad, científico, popular y no que siembren ideas o pensamientos afines al gobierno. Apoyemos la lucha de los estudiantes, sumémonos, porque es justa y porque tienen derecho a una educación científica, con la que puedan conocer la realidad y, en consecuencia, trabajar en la transformación de la sociedad, por una con mayor bienestar. Eso es lo que urge nuestro país.

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