El pasado 19 de julio, el presidente de Nicaragua, el comandante Daniel Ortega y Rosario Murillo celebraron el 45 aniversario de la revolución sandinista en la Plaza de la Fe en Managua, después de que desde la pandemia de covid-19, en 2020, comenzaron a hacerlo en plazoletas más pequeñas.
Esta vez, sin embargo, la celebración fue más nutrida, siendo la fiesta culmen del sandinismo celebrada desde 1979, cuando la guerrilla derrocó a la dictadura somocista.
En este 45 aniversario de la revolución sandinista, una representación del Movimiento Antorchista encabezada por su vocero nacional, Homero Aguirre, acudió a la república de Nicaragua a los eventos conmemorativos.
Haciendo historia, la revolución sandinista fue el proceso ocurrido en Nicaragua entre julio de 1979 hasta febrero de 1990, protagonizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que puso fin a la dictadura de la familia Somoza, derrocando al tercero de los Somoza, Anastasio Somoza Debayle, sustituyéndola por un gobierno de perfil progresista de izquierda.
La lucha contra la dictadura de los Somoza, que ya había comenzado a finales de los años 1950, se intensificó significativamente en 1978 a raíz del asesinato del director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro.
En marzo de 1979 se firmó el acuerdo de unidad por parte de los representantes de las facciones sandinistas y se decidió impulsar la lucha. En junio se hizo el llamamiento a la “Ofensiva Final” y a la huelga general, y el 20 de julio de 1979 las columnas guerrilleras del FSLN entraron en Managua con un amplio respaldo popular, consumando la derrota de Anastasio Somoza Debayle.
En marzo de 1959 se creó la Juventud Democrática Nicaragüense (JDN), en su constitución participaron, entre otros, Carlos Fonseca y Silvio Mayorga. Esta organización tenía la finalidad de llegar a la juventud no estudiantil urbana.
En el año 1960, la Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN) realizó una serie de movilizaciones en diferentes ciudades de Nicaragua: Managua, Matagalpa y Carazo.
Estas protestas se debieron a la represión de estudiantes que se habían saldado con la muerte de varios de ellos y como apoyo al nuevo gobierno cubano que encontraba dificultades con el Gobierno somocista.
Cabe destacar que en este 45 aniversario de la revolución sandinista, una representación del Movimiento Antorchista encabezada por su vocero nacional, Homero Aguirre Enríquez, y por el doctor en Economía, Abel Pérez Zamorano, acudió a la república de Nicaragua a los eventos conmemorativos de la acción con que el pueblo nicaragüense, a través de un largo recorrido de lucha encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional y Carlos Fonseca Amador, removió del poder a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, y ha promovido desde entonces un Gobierno popular e independiente de los intereses del imperialismo norteamericano.
Como ha reconocido su presidente, el comandante Daniel Ortega Saavedra: “esto es una victoria del pueblo que quiere y defiende la paz; si la queremos para Nicaragua, la queremos para el mundo”.
Ante tan importante acto conmemorativo, Aguirre Enríquez mencionó que el Movimiento Antorchista comparte los objetivos de independencia, prosperidad y solidaridad internacional de los nicaragüenses, quienes se han convertido en un ejemplo nacional de lucha y perseverancia. “Miles de antorchistas también queremos que México sea una nación independiente, libre y soberana, que decida su política interna y exterior sin tener que solicitar el beneplácito de nadie”, al mismo tiempo que mostró plena confianza, firmeza y claridad sobre el rumbo de la nación. “Creemos que Nicaragua es un ejemplo de ello”, dijo.
Además de agradecer la invitación de Juan Carlos Gutiérrez Madrigal, añadió que la solidaridad entre los pueblos es un eje fundamental para el desarrollo de México y del mundo, pero con una perspectiva multipolar, en la cual no exista una sola nación todopoderosa, sino que todas se puedan ver como iguales y trabajen por un futuro mejor.
En este sentido, señaló que todos los pueblos del mundo deben pugnar y luchar por conquistar una sociedad en donde trabajemos todos para el bien de todos, incluidos la empresa y el capital privado en la medida en que se adapten y sirvan al interés común.
La solidaridad y el humanismo que hoy despliegan países como Nicaragua, China o Rusia, es la prueba irrecusable de que este puede ser el futuro de la humanidad. Un gran logro de Nicaragua es que ha reducido el analfabetismo de un 60 % a un 12 %.
Al agradecer la presencia de las delegaciones, concluyó diciendo: “En el mundo no hay pueblos, no hay juventud o campesinos que se rindan. En el planeta no se rinden los pueblos, y continuarán haciendo camino al andar, hasta que la tierra sea un mundo de paz”.
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