Dos hechos importantes se han colocado en la discusión pública a nivel nacional, ambos tienen que ver con el proyecto de concentración del poder por parte del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. El primero esrelativo al pronunciamiento por parte del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, pidiendo que todos los mexicanos respalden el proyecto de la 4T. El segundo tiene que ver con el decreto presidencial en el que se declaran asunto de seguridad nacional los proyectos de infraestructura que el presidente considere necesarios, dentro de ellas se encuentran obras en las que el organismo responsable de su realización es la Sedena.
No fueron pocos los que advirtieron sobre los peligros de estas decisiones. El papel de las fuerzas armadas en la vida política de México no tiene mucho de positivo para la democracia. Durante el periodo de dominio priista, fueron ellos los encargados de llevar a cabo la política de terror en contra de opositores. La guerra sucia, los vuelos de la muerte y las decenas de desapariciones y torturas en el campo militar número 1 son parte del historial de cuando un ejército de pliega a las necesidades políticas de un partido. Ni la salida del PRI logró que los militares disminuyeran su protagonismo, pues Felipe Calderón los colocó como eje fundamental en su estrategia de seguridad, la llamada guerra contra el narco. Las consecuencias de dicha guerra aún se siguen pagando, un aumento exponencial de la fuerza delcrimen organizado y decenas de muertes por parte de inocentes, catalogados como daños colaterales. Todo esto fue criticado duramente por AMLO en sus campañas electorales, tanto que fue una de sus promesas clave para ganar las elecciones en 2018. Hoy, todas esas promesas quedaron en el olvido.
El otro aspecto tiene que ver con la opacidad en la utilización de recursos públicos, un problema que históricamente ha degradado la vida política. Con el decreto presidencial, se cierran las puertas para saber de qué forma se utilizan los recursos que recauda el estado y que pertenecen al pueblo. La corta memoria de la 4T ya olvidó que AMLO hacía propaganda política exigiendo la transparencia, pero hoy, es el primero en ocultar lo que hace su gobierno.
A medio sexenio es claro que la 4T quiere hacer todo lo posible por conservar el poder en 2024, para esto se está valiendo de todos los métodos posibles, tanto legales como ilegales. La tendencia autoritaria de AMLO y la escasez de memoria de sus seguidores hacen necesaria la existencia de una verdadera oposición, si se quiere evitar un retroceso histórico. Lamentablemente, los partidos políticos no han sabido reaccionar.
El PRI, PAN, PRD, etc., se limitan a discutir las cosas que el presidente mismo pone en la mesa, pareciera que es él quién les dicta lo que deben o no hacer. No son capaces de articular una propuesta de alternativa para los mexicanos, incluso, se puede observar en ellos un miedo a las masas. Hacen todo lo posible por mantenerlas al margen de la vida política del país. Por tanto, mientras la 4T siga afianzándose en las fuerzas armadas y concentrando el poder, y los partidos no logren articularse con la sociedad civil, es a las masas organizadas a quienes les toca proponer un proyecto de nación alternativo y competir por la toma de decisiones políticas en el 2024, no hay de otra.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario