MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los jóvenes y la cultura

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En el Movimiento Antorchista Nacional consideramos fundamental trabajar las bellas artes de la mano de los jóvenes. Entendemos por bellas artes toda actividad humana capaz de crear belleza, y las clasificamos en dos grupos: artes plásticas, las susceptibles de ser vistas y tocadas -arquitectura, pintura, escultura-; y las del oído -música y literatura, en prosa o en verso-. La danza, el baile folklórico y el cine también debieran ser considerados como tal; escribir un artículo de opinión con estructura gramatical, teniendo como aliado nuestro un lenguaje bello, artizado, también es arte literario.

Educar a los jóvenes a través de la poesía; que conozcan la obra de los grandes poetas mexicanos -Gregorio de Gante, Enrique González Martínez, Amado Nervo, Alfonso Reyes, Manuel J. Othón, Ramón López Velarde, Salvador Díaz Mirón, etc.- y latinoamericanos: Pablo Neruda, Rubén Darío, José Martí, Andrés Eloy Blanco, José Santos Chocano, Mario Benedetti, José Ángel Buesa, etc.-; que comprendan el lenguaje fino, bello, pulcro del autor; que entiendan el mensaje de sus letras y que le den vida, a través de la declamación. 

Los jóvenes después que logran hilvanar un buen discurso y que se han convertido en buenos oradores, ya externan ideales que los elevan de su contexto económico y social, y conmueven las fibras más sensibles de otros jóvenes. Logran conocer así a profundidad la vida, el respeto y el amor a sus semejantes, comprende lo doloroso que son las guerras, el hambre, las más crueles consecuencias que engendra el modo de producción capitalista de explotación; de manera bella se conmuevan, se sientan vivos, aunque lo que escuchen no sea lo que ellos querían oír desde su posición cómoda, egoísta, atrasada y, no por culpa de ellos, sino porque así los prefieren los representantes de la clase social en el poder, que sean jóvenes ignorantes, sin cuestionar su entorno económico y político, sumidos muchas veces en su propia destrucción, por las drogas y el alcohol.

Si atendemos la siguiente frase: “en esencia, educar significa dar al hombre una filosofía. El hombre que no posee una, no está educado, sino predispuesto al espíritu y actividad servil, incapaz de tomar en sus manos su propio destino, mucho menos para luchar por las mejores causas de su pueblo”, del ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista Nacional, entenderemos el papel revolucionario de las bellas artes, capaces de transformar conciencias y de forjar el orgullo nacionalista en jóvenes, transformarlos en hombres seguros de sí mismos y de sus capacidades, con iniciativas, capaces de cuestionar su entorno y de buscar respuestas profundas a conflictos económicos, políticos, sociales y culturales. 

Actuemos en consecuencia, trabajemos en la creación de grupos artísticos de danza y baile, de música, de declamación, teatro, pintura, escultura, arquitectura; formemos grupos de lectura de poesía y literatura poniendo toda nuestra capacidad, entusiasmo y abnegación, seguros que, al educar, nos educamos nosotros mismos. México requiere desarrollarse, recuperar su soberanía económica y política, favorecer la investigación científica, atender la educación en forma integral de sus jóvenes con la cultura y el deporte. Solamente educados y conscientes de lo que requiere nuestro país, podemos actuar en consecuencia para construir una fuerza social organizada y decidida, y así lograr la conquista, el poder político por la vía democrática y, desde allí, construir un modelo económico más justo y equitativo para todos. Vale la pena.

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