La presencia de mil 500 migrantes en El Chaparral -entre quienes hay 300 niñas y niños, 50 bebés de 0 a 3 años y 10 embarazadas- evidencian una crisis humanitaria provocada por las políticas mexicanas y estadunidenses en la aplicación de medidas para disuadir a las personas que buscan asilo en Estados Unidos, contener las migraciones desde una perspectiva de seguridad, cada vez más militarizada, y orillar a las personas a mantenerse en la irregularidad.
La mayoría de las personas que se encuentran en el campamento -instalado desde el 18 de febrero pasado- tiene apenas un año de haber llegado a esta frontera. Son de origen centroamericano y haitiano, pero también mexicano, y no califican en el esquema de seguimiento a casos pendientes de asilo, por lo que se han quedado atrapadas en un limbo sin garantías jurídicas, situación que se agudiza por las graves omisiones del gobierno mexicano para las personas con necesidades de protección internacional.
En este campamento, se aglutinan miles de historias que han dejado marcada la vida de las y los migrantes, desde aquellos que salieron por algún conflicto con alguna pandilla, hasta aquellos que recorrieron más de dos países, por salir de la pobreza, en ésta última se reúnen la mayoría de ellas, y son quienes aseguran que sus gobiernos no dieron las condiciones para brindarles un mejor futuro, ya sea trabajo bien remunerado, servicios o algún otro apoyo.
Las estadísticas no los contemplan en su mayoría, todo ellos esperan una respuesta por parte del gobierno americano, pues aseguran, han solicitado ya la carta de residencia, y con las nuevas políticas del gobierno de Joe Biden, es posible acceder a ella.
Para nadie es un secreto, que las políticas del gobierno norteamericano han sido desde siempre, de rechazo a los migrantes, aunque algunos de ellos se muestren tolerantes, sigue existiendo ese síntoma desprecio a los migrantes, a los que tienen menos que ellos, o el simple racismo.
Por un lado, Integrantes de las organizaciones Al Otro Lado; American Friends Service Committee-Latin American and the Caribbean Region and the US-Mexico; Border Program; Espacio Migrante; Felix A. Banegas; Haitian Bridge Alliance; Immigrant Defenders Law Center; Innovation Law Lab; Programa de Asuntos Migratorios, Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana, y Pueblo Sin Fronteras que realizaron el monitoreo demandaron que las diferentes instancias de ambos gobiernos atiendan la situación.
Señalaron que ante la nula presencia y el déficit de información oficial por parte de autoridades y de agencias internacionales, además de la falta de atención y que las mil 500 personas, en su mayoría familias, hayan sido abandonadas a su suerte, "una vez más hemos sido las organizaciones de sociedad civil quienes hemos hecho frente a la labor informativa y humanitaria".
El documento que exponen las organizaciones, marcan los puntos rojos en este sector, sin embargo, todavía no se hace nada para resolver el problema; por una parte, el gobierno mexicano los olvida y les rechaza y por otro, el norteamericano los sigue ignorando; ¿es justo y necesario luchar por el sueño americano? Esto es algo que responderemos en los prósperos días, pero por ahora, solo le queda al gobierno, brindar el apoyo necesario y a sus habitantes, dar las condiciones necesarias.
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