MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más engaño y más promesas de la 4T a los mineros

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Sucedió lo mismo de siempre, mientras las familias mineras de Coahuila sufren lo indecible, surge la mentira y la promesa del Gobierno federal mal llamado de la Cuarta Transformación, que encabeza Andrés Manuel López Obrador. 

López obrador llegó a la Región Carbonífera para decir que serían desenterrados los mineros caídos en Pasta de Conchos, ahora -en el umbral de una nueva contienda electoral- persiste en hacerle creer a la gente que entregará los cuerpos de los diez trabajadores que se quedaron enterrados en El Pinabete, en el municipio de Sabinas, después de varias semanas en que se registró el colapso de una mina.

Jugar de esa manera con el dolor ajeno es reprobable, sobre todo cuando el presidente de México acudió al lugar de la tragedia una sola vez, de pasadita y sin escuchar los reclamos y peticiones de los familiares de esos mineros enterrados que proponían medidas más efectivas para poder llegar a encontrar a sus seres amados.

La respuesta del gobierno emanado de las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fue en el sentido de que se haría todo para rescatar a los mineros. “Aquí no pasará lo de Pasta de Conchos”, dijo López Obrador.

Sin embargo, han pasado semanas enteras y el resultado no se ha dado, las versiones por parte del Gobierno federal ya han cambiado, prometió la apertura de un tajo abierto en el lugar que permita encontrar a los 10 mineros, a la vez que la titular de Protección Civil Laura Velázquez Alzúa, comentó que no hay condiciones para bajar, ya que el riesgo es altísimo y se tienen sobrados problemas porque ya no serán 11 meses, sino 24 en que se bombeará el agua de El Pinabete.

Dos años serán entonces los que se llevarán para la extracción del agua en las profundidades de ese pozo de carbón. “No están dadas las condiciones y no pondremos en riesgo a nadie más porque no sabemos que pueda pasar por lo que se hace la propuesta de excavación”, expresó la funcionaria federal.

Abrir la misma tierra para bajar los 60 metros donde se encuentran los cuerpos de los mineros se llevaría casi un año, propuesta que ha sido aceptada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la empresa Mimosa.

Sin duda que se trata de propuestas tardías, tras el suceso ocurrido el pasado 3 de agosto, a la vez que la promesa de López Obrador de encontrar a los trabajadores aún con vida o los cuerpos de los mismos, se van diluyendo.

Frente a esa situación de alto riesgo, es evidente que volverá a suceder lo mismo que en Pasta de Conchos, cuando, en el año 2006, quedaron atrapadas 65 personas, a la vez que los familiares en El Pinabete exigen que la Coordinadora Nacional de Protección Civil sea destituida por la nula transparencia en dar informes de la búsqueda, rechazando, además, cualquier compensación económica a cambio de frenar las acciones de rescate prometidas en principio por el presidente.

La impotencia y el coraje de los familiares es evidente en la medida en que el Gobierno federal lanza sus propuestas tardadas, presienten que no tardarán en abandonar las acciones de rescate, que la promesa para dar con los mineros, se han convertido en un artero engaño.

Tampoco se ha dicho nada de los responsables, desde aquella ocasión en que elementos de la agencia de Investigación Criminal y peritos de la Fiscalía General de la República (FGR), aseguraran y catearan las oficinas de dicha compañía minera ubicada en el Libramiento Cuauhtémoc, muy cerca del Tecnológico de la Región Carbonífera.

La carpeta de investigación sigue abierta por el delito de lesiones y a pesar de que se han dado varios nombres de los responsables directos, al momento no hay un solo detenido, lo que hace pensar a los familiares de los mineros que puede existir complicidad o impunidad.

La naturaleza se encargó de desmentir la versión del presidente de México al registrarse lluvias en ese lugar, mismo que debió decir en una de sus acostumbradas “mañaneras” que no se había podido rescatar a los 10 mineros porque se había vuelto a inundar la mina de carbón La Agujita, donde insistió en que ya se iba avanzando, cosa que tampoco es verdad.

En esta región de Coahuila volverá a pasar lo mismo de siempre, los mineros continuarán con la herencia de extraer el carbón con las manos desnudas de los llamados pocitos para después ser víctimas de los llamados coyotes que les pagan precios ridículos por el mineral, recursos con los que logran alimentarse y subsistir diariamente con sus familias.

La mejor indemnización que se puede brindar a las familias de todos esos mineros que han perdido la vida, por parte del gobierno federal, no es en darles simplemente dinero, sino diversificando la economía de la región carbonífera, creando empleos, escuelas, viviendas y demás, porque ya basta de que únicamente se les voltee a mirar cuando hay tragedias para después volverlos a abandonar a su suerte, inmersos en la miseria y la inseguridad.

 

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