México es un país enfermo, su principal problema la pobreza de su pueblo, el enorme rezago cultural y con un gran número de analfabetas. La pobreza hace que los hombres sean presa de cualquier enfermedad, su mala alimentación, el exceso de trabajo provoca que la clase trabajadora esté cada día más débil y con pocas posibilidades de competir en contra de los ricos que viven parasitando, chupando sangre al pueblo trabajador, aunado al problema de inseguridad que provoca que estemos perdiendo nuestros mejores hombres, como consecuencia de una mala administración orientada a beneficiar a los grandes empresarios que concentran a la mayoría del capital.
No cabe duda, que uno de los síntomas de descomposición del sistema neoliberal, es la pobreza, la falta de servicios y de empleo bien pagado, otro problema que se ha vuelto un cáncer para nuestra sociedad es la falta de vivienda que está provocando serias dificultades en la población como: enfermedades de salud mental, estrés y depresión.
El articulo IV constitucional establece que “toda persona tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa, la ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objeto”, pero esto no sucede en la realidad.
La ONU sostiene que por lo menos el 38.4 por ciento de la población mexicana vive en domicilios no adecuados, cuatro de cada 10 viven acinados, “igual dice qué el estado mexicano dejó de construir vivienda y se convirtió en administrador de crédito para el beneficio de las grandes inmobiliarias”, que por la ganancia se dedicaron a construir viviendas palomares con materiales no adecuados, con predios alejados donde es casi imposible adquirir los servicios.
En el sexenio pasado, Aguascalientes generó una perdida estimada de 1464 millones de pesos y que la entidad ocupara el último lugar en colocación de créditos a nivel nacional al alcanzar un
crecimiento de apenas del tercer y luego que los bancos dejaron de financiar a la rama hipotecaria por la desconfianza al gobierno del estado.
La gente que no tiene donde vivir ni los que esperaban vender sus predios para enfrentar los estragos de la pandemia del covid-19, pudieron ayudarse debido a los largos trámites para poder vender y como consecuencia, no hubo que ofrecer a la gente, así que ocupamos el ultimo lugar nacional.
Así que vivienda, salud, educación y seguridad son las enfermedades que hoy estamos padeciendo. El hacinamiento es un problema porque en una vivienda viven hasta 20 personas bajo el mismo techo, además con casas que son verdaderas ergástulas construidas con materiales malos, provocando problemas de violencia, ataques sexuales, pobreza, todos íntimamente relacionados con la falta de espacios dignos para vivir.
Son muchos los que necesitan donde vivir, no se puede creer que tan sólo en Aguascalientes existan miles de casas abandonadas, otras vandalizadas; el problema es que los créditos se vuelven impagables, aunque se puede comprar una casa en 180 mil pesos, terminan pagando hasta un millón.
Según información oficial en el estado existen al parecer miles de casas abandonadas, en los cuatro años de la 4T, la inversión del sector ha ido en picada. En 2018 se etiquetaron 2792 millones de pesos para invertirse en programas de vivienda.
En el PEF 2019 se etiquetaron solamente mil 726 millones de pesos a programas de esta naturaleza y en 2020 fueron mil 483 millones de pesos.
Según la Secretaría de Desarrollo Urbano Municipal (SEDUM) de Aguascalientes, existen 10 mil viviendas abandonadas, de estas el 15 por ciento estarían ocupadas por paracaidistas personas sin hogar que, al ver una casa sola la ocupan.
Las razones por la que abandonan las casas son varias: falta de servicios, lejanía de los centros urbanos, inseguridad y la imposibilidad de pagar los créditos, falta de transporte, falta de escuelas y centros de trabajo.
Desgraciadamente, la vivienda no se está desarrollando para los sectores más bajos, así lo reconoció el presidente de la Canadevi, la tierra subió mucho de precio, ahora se suma el problema de la inflación qué está alcanzando a toda la población, provocando que los obreros que construyen los mejores edificios y, lamentablemente, ellos no tienen dónde vivir.
Al pueblo pobre sólo le queda un camino, organizarse y luchar por un patrimonio para su familia, por eso el Movimiento Antorchista de Aguascalientes está convencido que ahora más que antes es necesario la unión del pueblo trabajador y de toda la gente más consciente que ha sido víctima de la mala administración del Gobierno federal, que ha cortado todo tipo de apoyo al pueblo trabajador.
México es un país enfermo y sin un lugar para vivir.
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