Debido a la ubicación geográfica y a la cercanía con Estados Unidos (EE. UU.), México es paso obligado de ciudadanos de origen centroamericano y del sur de nuestro continente que pretenden llegar a este país, por su nivel económico emplea todo tipo de mano de obra. Es una de las razones por la cual, nuestra frontera con Estados Unidos es la más transitada del mundo.
Pero en el caso de nuestros compatriotas, los mexicanos constituyen el grupo de extranjeros más numeroso que desempeñan un papel importante en el Producto Interno Bruto de esa nación, que en 2021 tenía 44.5 millones de inmigrantes de los cuales, el 25 por ciento son mexicanos, que significan 11.7 millones. empleados que desempeñan un lugar importante en los sectores productivos, por ejemplo, son mexicanos el 30 por ciento de todos los trabajadores de la industria agrícola; de igual manera, el 19.5 por ciento de los trabajadores de la construcción; el 14.5 por ciento de trabajadores en hotelería y recreación; el 6.3 por ciento de trabajadores en la minería y el 5.6 por ciento de los empleados en la industria de servicios personales como talleres de reparación de automóviles, salones de belleza y mantenimiento. Al hablar de los casi 12 millones de mexicanos radicados en Estados Unidos, me refiero solo a los que se encuentran de manera ilegal, o con permisos temporales, lo curioso es que esta cifra es superior a la población de cada uno de 44 estados de ese país, cada uno tiene una población menor de 12 millones.
La migración en nuestro país está originada por una serie de factores, el principal es la situación económica, debido a la pobreza extrema, la falta de empleos y la remota posibilidad de mejorar las condiciones de vida. Por lo tanto, la búsqueda de trabajo para mejorar su precaria situación económica se ven obligados a arriesgar todo, hasta la misma vida. La situación país, originada por políticas inadecuadas del gobierno, no garantiza un desarrollo económico y por consiguiente no hay generación de empleos seguros, estables y bien pagados, por el contrario, crece el desempleo, de ahí que el dinero que reciben los familiares de los indocumentados es destinado para la compra de comida y vestido el 52.9 por ciento y 66.4 por ciento respectivamente, un 41.1 por ciento lo emplean para pagar deudas y 15 por ciento a salud.
Algo que muchos desconocen y es precisamente lo contradictorio de la política del Gobierno actual de nuestro país, es el papel importante que desempeñan las remesas, producto del trabajo de nuestros paisanos.
Las remesas impulsan la economía, es la fuente más grande de divisas, en cambio el gobierno de la 4T ha desaparecido todo tipo de apoyos para los paisanos que retornan al país, después de una larga estancia de sufrimientos y penurias para ganar el dinero que necesitan sus familiares.
Por ejemplo, en junio el Banco de México público que, en el primer cuatrimestre de este año, la economía mexicana recibió 17 mil 240 millones de dólares de los residentes en el extranjero. Tan solo en el mes de abril el monto fue de 4,718 millones de dólares.
Este dinero representa para México la segunda fuente de remesas, después del generado por la exportación de automóviles. Es decir las remesas que se convierten en divisas para nuestro país es una contribución importante que nuestros paisanos hacen para la economía de México, pero los gobiernos, tanto el nuestro como el de Estados Unidos hacen muy poco para garantizar la seguridad de estos trabajadores, no se diga en los lugares donde se emplean, sino que también se les desprotege en su intento por llegar al vecino país, dejándolos en manos de los delincuentes, que después de quitarles hasta el último peso, los abandonan a su suerte, sucediendo desgracias como el ocurrido en San Antonio Texas, donde murieron 52 indocumentados abandonados en la caja de un tráiler, de los cuales 22 eran mexicanos; la falta de controles, la corrupción y la complicidad de las autoridades aduaneras de ambos países acaba con las ilusiones, las esperanzas y la vida de miles de seres humanos. Ambos países no hacen nada por cambiar su política hacia los migrantes; en el caso del nuestro, a los morenistas, en estos momentos, les preocupa la sucesión presidencial, y no el problema de la migración, por su parte, Estados Unidos la ley de migración no ha sufrido ninguna reforma desde 1986, cuando los tiempos y las condiciones han cambiado, pero así les conviene a esta nación, ya que los migrantes le aportan mano de obra barata.
El Gobierno mexicano asume el humillante papel de contener la ola de indocumentados que pasan por nuestro territorio, presionado por los estados unidos, empleado para ello a la guardia nacional, desempeñando el nada honroso papel de la policía migratoria de Estados Unidos en nuestro propio territorio. En cambio, no mueve un dedo para cambiar las condiciones que obligan a nuestros hermanos a dejar su país, pero eso sí, festeja las llegadas de remesas como si se tratara de un logro del gobierno de la 4T, cayendo en el cinismo y la mentira.
Los mexicanos debemos rechazar esa actitud servilista del Gobierno mexicano y obligarlo a que cambie, de manera efectiva la política al fenómeno de la migración, y que emprenda acciones que combatan la desigualdad social. Para elle es necesario que nos organicemos todos los pobres de esta patria y luchemos por un mejor país, cambiando el modelo económico causante de las grandes desigualdades sociales
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