El colapso que tiene el sistema sanitario de la CDMX donde ha gobernado el "morenismo” durante décadas (los morenistas, gobernaron como PRD antes de su salida de ese instituto político, desde los años 90 cuando estuvo de jefe de la CDMX, Cuauhtémoc Cárdenas), en cuanto a capacidad para atender a los miles de contagiados en los hospitales se debe a que el gobierno de Morena no ha invertido ni el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de todo el país en la contención de la pandemia. Con el pretexto de la austeridad y de la "lucha contra la corrupción&rdquo, el morenismo gobernante no ha podido mitigar los muy perjudiciales efectos económicos que han hecho decrecer la economía del país en 2020 en cerca del 10 por ciento. Los números no mienten, México y Uganda (uno de los países más pobres de áfrica) son los dos países que menos han destinado recursos a nivel mundial para enfrentar a la pandemia y sus nocivos efectos en la economía y en el empleo de decenas de millones de trabajadores; Uganda invirtió apenas el 0.9 por ciento de su PIB y México el 1 por ciento. Hasta países más chicos y pobres le han destinado más recursos del PIB, como Honduras que le destinó el 5 por ciento, Colombia el 6 por ciento, Argentina el 7, Chile el 17 y Brasil más del 20 por ciento.

¿Por qué es necesario aplicar buena parte de la riqueza nacional de cualquier país en los momentos en que cae drásticamente la economía? Porque la experiencia de décadas en todo el mundo ha demostrado que se deben aplicar medidas "contra cíclicas&rdquo, medidas que consisten en mantener los ingresos de millones de trabajadores y de pequeñas y medianas empresas (en México más del 80 por ciento del empleo lo generan las pequeñas y medianas empresas), dado que sólo de esta forma se evita la profundización de la crisis; se evita la caída del poder adquisitivo de la mayoría de habitantes y se evita el deterioro del mercado interno. Por esa razón las naciones que tienen gobernantes con una adecuada preparación económica y científica, sin taxativas y posiciones "radicales” han aplicado esas medidas. Ahí están Reino Unido que invirtió el 25 por ciento de su PIB, Italia que invirtió el 37 por ciento y sobre todo Alemania, la cual destinó casi el 40 por ciento de su PIB para enfrentar a la pandemia y los efectos destructivos del confinamiento de millones de trabajadores.

Sin embargo, el ejemplo más ilustrativo y que es más digno de mencionar por las enseñanzas para cualquier país, es el de China. El gigante asiático antes de la pandemia crecía su PIB al 6 por ciento anual. Con la llegada de la pandemia, su economía se contrajo un 6.8 por ciento en el primer trimestre de 2020; sin embargo, los dirigentes del gobierno chino aplicaron dos medidas fundamentales para lograr vencer el fantasma de la recesión y de la caída brutal de su economía: 1) primero atacaron con mucha energía –aprovechando las características del Estado chino que es dirigido por el Partido Comunista, un Estado que se guía por la concepción materialista-dialéctica- a la pandemia; aplicaron millones de pruebas, aislaron a los enfermos de coronavirus, domando a la enfermedad prácticamente desde los primeros meses (fue un ejemplo de decisión y de humanismo la construcción de un hospital para miles de enfermos de covid-19 en 10 días). Esta política sanitaria dio como resultado que China ha tenido menos de 5 mil fallecidos por la pandemia. No escatimaron ni dinero ni recursos humanos y logísticos para ese propósito. 2) Se instrumentó una política de medidas "contra cíclicas&rdquo, inyectando grandes recursos económicos para apoyar a las empresas pequeñas, medianas y grandes; nunca se dejó caer el empleo. Buscaron seguir fortaleciendo su mercado interno, sin descuidar el mercado externo; sus escuelas no dejaron de funcionar presencialmente; el turismo siguió funcionando con las medidas restrictivas necesarias, etc. El resultado ha sido un crecimiento de más del 2 por ciento de su PIB en 2020 y la proyección de crecimiento de la economía china para el 2021 es de más del 8 por ciento. La única economía que crecerá a ese ritmo a nivel global (Estados Unidos decreció en 4.3 y La Unión Europea 8.3 en su PIB en 2020 y no se prevé en ambos casos, ni siquiera llegar en 2021 a los niveles de 2019).

Mientras tanto, en nuestro país a la nueva "cleptocracia” se le suma la "ineptocracia&rdquo, que es incapaz de parar la pandemia, que ha hundido al país en una crisis sanitaria muy pronunciada y en la que ya los pronósticos más conservadores indican que el número de muertos llegará a más de 250 mil (medio millón en realidad, sin el consabido ocultamiento de las cifras) para junio. La campaña de vacunación nos muestra las prioridades del Gobierno de Morena, pues están vacunando a los "servidores de la nación” (miembros de la estructura partidaria de Morena -pagada con recursos públicos- para aplicar los programas electoreros de López Obrador. La "ineptocracia” nos está dando ejemplos muy claros de su política ineficaz y muy perjudicial con lo ocurrido en el Metro de la CDMX, que por falta de mantenimiento en sus instalaciones provocó el incendio en su principal central de control, lo que produjo la interrupción de seis líneas de ese medio de transporte, dejando a millones de personas paralizadas. No cabe duda, amable lector, que, en las elecciones del próximo 6 de junio, el pueblo debe rechazar en las urnas a Morena, "la desgracia de México”.