En primera instancia, sabemos que el hombre es un ser social por naturaleza. Necesitamos estar rodeados de otras personas para poder convivir, compartir, comunicarnos y, ¿por qué no?, existir.
A lo largo de la historia y para dar cabida a una mejor estructura social, hemos creado formas de organización que al igual que nosotros, han ido evolucionando con el paso del tiempo. Dice la historia que las primeras apariciones de las organizaciones sociales en nuestra civilización se presentan desde la prehistoria, donde grupos de personas nómadas, denominados hordas, se dividían los trabajos y deberes para encontrar alimento suficiente para todos, así como satisfacer todas aquellas necesidades grupales que surgían, pero ¿cómo sabemos que eran las primeras organizaciones sociales? Pues bien, tenemos que definir qué es una organización. Una organización es una formación social diseñada para lograr metas y objetivos en común.
Con el paso de los años, comienzan a surgir nuevas necesidades que necesitan ser cubiertas; necesidades económicas, políticas, recreativas, educativas y religiosas que dan lugar a nuevas organizaciones dispuestas a mantener el equilibrio social.
Ahora, sabemos que las organizaciones han estado presentes en nuestra historia como especie, las creamos con la finalidad de tener una mejor estructura social y con el paso del tiempo se volvieron necesarias en nuestra civilización para el desarrollo y crecimiento de ésta. A pesar de que los intereses de las organizaciones actuales han cambiado y que, obviamente, ya no son los mismos que los de antes, la idea y el fundamento del concepto de organización sigue siendo el mismo, «un grupo de personas unidas con un fin en común».
En este sentido, cobra su importancia recordar que en esta sociedad actualmente contamos con un derecho importante que permite la libre organización. Estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo nuevo dice claramente que el pueblo mexicano tiene permitido asociarse y reunirse pacíficamente con cualquier objeto licito para tomar en parte los asuntos políticos del país, y es aquí donde nuestra organización, el Movimiento Antorchista Nacional, tiene particular importancia.
Desde hace más de 45 años un grupo compuesto por profesionistas y campesinos, diseñaron un programa integral, nacionalista en favor de los desprotegidos de esta patria, con objetivos concretos: desarrollar al país, mejorar la situación del pueblo y conquistar el poder político de la nación para ponerlo en manos de la clase trabajadora. Organizar y educar a las masas, ha sido la tarea plena de Antorcha.
Antorcha también ha señalado los males que aquejan a México, ha dicho que hay hambre, miseria, falta de empleo, salarios bajos, un modelo educativo con muchas deficiencias, un sistema de salud en agonía, falta de cultura, falta de deporte, delincuencia, inseguridad, entre otros, que lo único que demuestran es que el sistema capitalista económico donde impera la propiedad privada ya no le ofrece nada a la humanidad entera.
Entonces podemos concluir que si históricamente se ha comprobado que la organización social es la única que ha hecho posible el desarrollo de la sociedad, entonces es inevitable la organización de la gran masa, pero ahora para poder efectuar un cambio. Y ese cambio debe ser en favor por supuesto, de la gente humilde y trabajadora que padece esa hambre y miseria que señalé renglones atrás; nadie puede ponerle puertas al viento, nadie puede impedir la organización de la gente que se ha dado cuenta de la miseria en que vive, el vestido y el techo que le falta, que se ha dado cuenta lo injusta que es la sociedad en le tocó vivir, nadie puede impedir que antorcha siga reclamando una sociedad más justa para todos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario