A simple vista, pareciera que la pandemia es la causante de la crisis económica por la que está pasando nuestro país, pero si analizamos más de cerca, el fenómeno, esa crisis ya existía, lo único que hizo la pandemia fue agudizarla. México es uno de los países más rezagados teniendo los salarios más bajos, tal como lo publica el diario “El Economista”, quien dice que, “en promedio, en la manufactura, los mexicanos perciben 2.8 dólares por hora, mientras que los estadounidenses, 23.8 dólares... El promedio por hora de los alemanes es de 22 euros, equivalentes a 514 pesos mexicanos; mientras que en México, el sueldo promedio de un trabajador es de 6 mil 250 pesos mensuales”. Es decir, en 12 horas, un alemán alcanza los ingresos mensuales de un trabajador mexicano. Para Oaxaca, la situación es peor, ya que el trabajador oaxaqueño no gana ni el promedio nacional, ya que en las zonas rurales solo ganan una cuarta parte.
Si a esta situación le sumamos la pandemia de la Covid-19, las cosas se tornan peor, toda vez que ésta ha provocado alrededor de 60 mil despidos en Oaxaca, sin duda, una crisis económica en los hogares oaxaqueños. Así vemos cómo el sector como la construcción, perdió más de 7 mil empleos, el campo se redujo de 147 mil a 139 el número de trabajadores, se perdieron también 4,600 empleos de la industria manufacturera, el sector transporte y comunicaciones perdió casi 23 mil empleos, y ni hablar de los más de 3,600 empleos perdidos del sector salud. Y se pudiera pensar que el año más crítico fue el 2020, sin embargo, tan solo en el último semestre se han perdido en el estado, 19 mil empleos. Otro problema que afecta gravemente la economía es el trabajo informal, pues, aunque datos indican una recuperación en los empleos, gran parte de éstos se encuentran dentro de la economía informal, es decir, no cuentan con servicios de seguridad social, prestaciones de ley, bonos, etc. El problema es tan grave que, actualmente en Oaxaca, el 80% de los trabajadores se encuentra dentro de la informalidad.
Para los trabajadores de Oaxaca, las cosas no están fáciles, vivimos en una crisis aunque el gobierno federal y estatal digan lo contrario, porque estamos con salarios raquíticos y muchos sin empleos, con una ciudad hecha pedazos, obras inconclusas, pero eso sí, con un gobierno que dice a los 4 vientos que “estamos bien”, que Oaxaca está “mejor que nunca”, a pesar de que la entidad sufre manifestaciones que están al orden del día, porque los ciudadanos no son escuchados y mucho menos, atendidos por quienes hoy gobiernan.
Por eso debemos tener en cuenta estas próximas elecciones para gobernador, saber bien por quién debemos dejar nuestra confianza, para que nos dirija los próximos 6 años, y no dejarnos llevar solo por los colores porque Oaxaca ya no está para improvisar o dejar alguien se haga del poder, solo por el color del partido. Pero sobre todo, porque los más desprotegidos de Oaxaca debemos tener en cuenta que nadie, nadie, nos va a venir a salvar, eso lo debemos hacer nosotros, unirnos y formar hombres y mujeres que salgan de las entrañas del pueblo y educarlos con cultura, deporte, con una educación para que sean capaces de gobernar este estado y el país. Como dijo, Mario Berenetti;
“¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar”.
Es pues, a los que todos los días cargamos con los males que aquejan a nuestro país, los que debemos tomar las riendas y sacar a nuestro pueblo adelante. A eso nos llama el Movimiento Antorchista, a decidirnos y educarnos para un mejor futuro, porque ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.
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