Los ideólogos del régimen político definen la democracia electoral como la soberanía del pueblo y su derecho a elegir a través del voto directo y secreto en elecciones periódicas a sus futuros gobernantes. El voto es, como lo afirma José Luis Gutiérrez Espindola, maestro en Derechos Humanos, Estado de Derecho y Democracia por la Universidad de Alcalá, España, “una forma de expresar libremente la voluntad de las personas para decidir de manera colectiva el futuro de sus pueblos”.
En ese sentido, los antorchistas y los pobladores de Ocoyucan y Huitzilan de Serdán participamos en la contienda electoral del pasado 6 de junio, sabedores de la importancia de los procesos democráticos como única vía legal para mejorar las condiciones nuestros municipios.
Así fue como varios candidatos emanados del antorchismo participaron en la dura, pero necesaria lucha por la conquista de la simpatía electoral. Está documentado de sobra que las campañas de los candidatos antorchistas fueron de propuestas y apegadas a la legalidad, respetando los tiempos y topes de campaña, sin embargo, no faltaron los ataques de los enemigos del progreso, quienes se valieron de amenazas, de mentiras, e incluso recurrieron a la violencia para intimidar y detener la gran simpatía de nuestros compañeros; y ni así les resultó.
Sobra decir que en algunos municipios y distritos los resultados no nos favorecieron, aunque difícil, asumimos y respetamos los resultados, ingenuamente esperábamos lo mismo de los contrincantes perdedores en Huitzilan de Serdán y en Ocoyucan, donde los resultados fueron apabullantes, los datos están a la vista de todos, aquí la gente decidió votar por los candidatos antorchistas.
Sin elementos fundamentados y fuera de los tiempos estipulados por la ley, los grupos de poder a través de sus representantes más recalcitrantes, como Genoveva Huerta, impugnaron los comicios con artimañas ilegales e inverosímiles, pero avaladas desde los altos tribunales electorales y oficinas gubernamentales, acuerdos previamente pactados.
Estas fuerzas obscuras y retrogradas que campean en Casa Aguayo han puesto en peligro la estabilidad social de Puebla al intentar arrebatarle el triunfo al pueblo de Huitzilan y de Ocoyucan.
Su irresponsabilidad política reside en hacer eco a argucias claramente planeadas para detener el avance y desarrollo de nuestra organización, no hay otro motivo más que ese. Por lo tanto, deben saber que el antorchismo defenderá desde todas las trincheras el triunfo de nuestros presidentes, no permitiremos que en estos municipios se impongan consejos municipales que solo saquearan las arcas municipales, como ya ocurrió en el pasado reciente de Ocoyucan, mucho menos que se realicen elecciones extraordinarias. La gente de estos dos municipios ya decidió, y decidió bien.
Ante estos graves acontecimientos, los integrantes del antorchismo nos dispondremos a movilizarnos con todas nuestras fuerzas para denunciar y exigir que se respete la voluntad del pueblo. Hacemos un llamado al gobernador Miguel Barbosa, al IEE y al Tribunal Electoral del Estado de Puebla a que desechen su plan maquiavélico de orquestar un golpe de Estado en estos municipios, so pena de ser juzgados por la historia. Tienen la última palabra.
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