San Juan Guichicovi es un municipio que se encuentra ubicado en la parte sureste de la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y cuenta con una extensión territorial de 738.45 kilómetros cuadrados. En el año 2020, su población fue de 29,802 habitantes (46.8 % hombres y 53.2 % mujeres).
En comparación con 2010, la población en San Juan Guichicovi creció un 5.9 %, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los antorchistas de Oaxaca y del Istmo hacemos un llamado a todos nuestros paisanos a tomar conciencia y valor para enfrentar grandes retos; a dejar a un lado las ambiciones políticas particulares.
Nuestro municipio se caracteriza por ser una zona indígena en la que la mayoría de sus habitantes hablan la lengua materna “Mixe”. Esto lo confirman los datos estadísticos del Inegi que indican que 19 mil 312 habitantes hablan dialecto, lo que representa el 65.4 % del total de la población. Sin embargo, nuestro bello municipio es opacado por el rezago y la marginación. Veamos.
Para los que vivimos en Guichicovi, es indignante que desde hace más de 200 años se viva en la marginación y pobreza, porque eso ha traído como consecuencia que, durante todo este tiempo, el pueblo Ayuuk sea excluido en el aspecto social, cultural, político, económico, etcétera; culpa, sin ninguna equivocación, de los gobernantes municipales, que parecen tener una política diseñada así y nunca se han planteado como propósito luchar y erradicar dichos males sociales.
Lo que más enoja es que el rezago y la marginación no se deben, como dicen muchos, a que “la gente es pobre porque quiere” o “porque es floja”, pues está por demás decir que los Ayuuk son personas muy trabajadoras, ya sea en el campo o en la elaboración y confección de trajes típicos, principales fuentes de trabajo en el municipio.
La razón es que quienes han ostentado el cargo público o el poder local solo se han hecho pasar por “representantes del pueblo” y, lejos de ayudar a combatir los rezagos en educación, salud o vivienda, han provocado que San Juan Guichicovi siga sin desarrollarse. De trabajar para garantizar los derechos que tiene cada ser humano y que están estipulados en nuestra Constitución, mejor ni hablar.
Ejemplo de este abandono gubernamental es que en la cabecera municipal se carece de agua potable y no se cuenta con un hospital de segundo nivel que pueda atender a los enfermos. Nadie, ni siquiera un presidente municipal, se ha preocupado por construir o gestionar una universidad donde los jóvenes puedan seguir estudiando su carrera profesional, para que esos jóvenes, futuros abogados, maestros, etcétera, puedan auxiliar a los adultos mayores a salir adelante del analfabetismo y, así, los ciudadanos, una vez educados y preparados, puedan participar realmente en cuestiones electorales o políticas, conociendo la trayectoria de sus candidatos o candidatas y elijan o tomen sus propias decisiones.
No hay que olvidar que la cuestión política ha jugado un papel fundamental para tener a la población en esa situación de vulnerabilidad de la que no se ha podido liberar.
Ahora bien, en las 47 agencias que tiene el municipio, las carencias sociales se ven a la luz del día. Por ejemplo, en el caso de Plan de San Luis y José María Morelos y Pavón, que son agencias grandes, no cuentan con pavimentación de sus calles principales, lo que refleja que a las agencias no se les invierten recursos económicos para infraestructura social, como debería de ser.
Así, podríamos enumerar cientos o quizá miles de necesidades que existen y existirán en las comunidades mixes, mientras los campesinos, amas de casa, jóvenes y toda la población no se organicen y luchen, como lo ha venido proclamando hace 50 años el Movimiento Antorchista, y propongan políticos del seno de su pueblo, políticos que los representen y que garanticen que como gobernantes van a ayudar a desarrollar a sus pueblos.
Muestras de desarrollo y progreso, gracias a la unidad y lucha, sí las hay y se pueden apreciar en los pueblos de Santa Ana y Buena Vista, que hoy cuentan con pavimentaciones asfálticas gracias a la lucha organizada de sus pobladores y a la guía del antorchismo oaxaqueño.
En otras localidades también hay más ejemplos de obras sociales que son muestra de progreso logrado con base en la unidad y la lucha social.
Por todo lo anterior, los antorchistas de Oaxaca y del Istmo hacemos un llamado a todos nuestros paisanos a tomar conciencia y valor para enfrentar grandes retos; a dejar a un lado las ambiciones políticas particulares, porque eso, lejos de unirnos como hermanos, tíos, primos para hacer valer nuestros derechos y justicia, nos ha dividido y ha hecho que nuestro Tëgaam (San Juan Guichicovi) se encuentre, dentro de la lista a nivel nacional, con alto grado de pobreza extrema.
Para nosotros, que somos gente mixe y autóctona, donde los hombres y las mujeres se han destacado en la artesanía y otras actividades del campo, debe quedarnos claro que ha llegado la hora de que, unidos, alcemos la voz para exigir justicia y nos libremos así del cacicazgo.
Para esto, el antorchismo municipal está listo y preparado para encabezar este proyecto político-social que verdaderamente esté a favor de la clase pobre y trabajadora Ayudó.
Esa es la tarea, ese es el reto de un pueblo que ya no quiere división y control por parte del cacicazgo añejo y rancio que solo somete y mantiene en el atraso a los pueblos de Guichicovi. Unidos, organizados y con la guía de Antorcha, tarde o temprano triunfaremos. Que así sea.
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