A diario, 368 mil 464 habitantes de Hidalgo salen a trabajar desde temprano, durante largas jornadas de hasta 18 horas en Estados Unidos (EE. UU.), según datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso). Esta cifra, que corresponde al número de migrantes originarios de nuestro estado que radican en el país vecino, es mayor a la población de Pachuca, la ciudad capital de Hidalgo, que corresponde a la cantidad de 314, 331 habitantes. Y esto no es cosa del pasado sino es problema en aumento. 

En los primeros siete meses del presente año, EE. UU. repatrió a tres mil 992 migrantes a Hidalgo, cifra que incrementó en comparación con los más de tres mil 700 hidalguenses deportados en el mismo periodo de 2021.

Ante estos datos reveladores, es necesario preguntarnos cuál es la causa de que miles de hidalguenses se vean obligados a dejar sus hogares, a arriesgar incluso su vida para tratar de cruzar la frontera en busca de un decadente sueño americano.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), para 2022, el sueldo mínimo diario en Hidalgo es de 172.87 pesos; es decir, cinco mil 185.10 pesos mensuales.

Además, el Inegi refiere que durante el segundo trimestre de este año, de una población ocupada de un millón 386 mil 75 personas, 597 mil 216 ganaron al día hasta un salario mínimo; es decir el 43 por ciento de los hidalguenses gana 172.87 pesos al día o menos que a la semana supondría $1,209.75 cantidad que apenas lograr cubrir el costo de la canasta básica que según la Profeco en la Zona Centro de país se adquiere por un máximo de $1,116.50 pesos y un mínimo de $964.50 pesos. Es decir, el salario de los hidalguenses no alcanza para cubrir las necesidades de una familia, pues falta calcular los gastos de salud, educación, transporte, renta, y muchos más. 

Hidalgo es una de las cinco entidades del país con mayor cantidad de trabajadores en la informalidad laboral, con el 72.7 por cierto. Es decir, un millón siete mil 644 trabajadores laboran en el sector informal o en empresas formales, pero sin contrato y no perciben prestaciones que marca la ley ni tienen seguridad social.

Otro factor para incluir es la marginación, índice que califica el grado de escolaridad de los pobladores y el porcentaje de analfabetas; de viviendas sin drenaje, sin excusado y con piso de tierra; de viviendas con alto nivel de hacinamiento y la población ocupada con ingresos menores a dos salarios mínimos. Según la Sedeso, Hidalgo es la quinta entidad con mayor incidencia migratoria, con 13 municipios en muy alta intensidad y 15 con alta intensidad, mismos que presentan grados de marginación medio, alto y muy alto; es decir la mayoría de estas poblaciones padece de carencias sociales. 

Las demarcaciones con muy alta intensidad migratoria son Tasquillo con un grado de marginación del 54.703 medio; Pacula 50.099 Alto; Huasca, Nicolás Flores, Jacala, La Misión, Pisaflores, Cardonal, Tecozautla, Zimapán, Tlahuiltepa, Acatlán y Atotonilco El Grande. 

Por su parte, Tenango de Doria, Alfajayucan, Eloxochitlán, Chilcuautla, Chapulhuacán, Ixmiquilpan, Santiago de Anaya, Metztitlán, Metzquititlán, Metepec, Tianguistenco y Singuilucan registran alta intensidad migratoria. 

Las olas de hidalguenses desamparados que abandonan sus hogares miserables para buscar refugio, ilegalmente, principalmente en Estados Unidos, tiene su causa en la pobreza, la falta de empleo y de oportunidades que se vive en el estado. Y sus causas más profundas en el sistema capitalista que con su desarrollo desplaza a cientos de trabajadores del mercado laboral, logrando que los pocos que consiguen trabajo se sometan a salarios de hambre por temor a perder sus empleos; además de la responsabilidad de los pésimos gobiernos en nuestro estado y nuestro país que no tienen un plan económico para salir de la crisis y lograr elevar la calidad de vida de sus gobernados. Es necesario un gobierno popular que con un plan de país con bases científicas logre erradicar la pobreza en el país y una vida digna para todos.