Si bien es entendible que en la elección de 2018 la mayoría de los votantes lo haya hecho por el candidato de un partido distinto de los que habían gobernado, por el hartazgo hacia los políticos tramposos, mentirosos y corruptos de siempre, es también cierto que la desesperación y la irreflexión no son buenas consejeras. En el intento por mejorar, fueron víctimas del engaño y la demagogia de los políticos de siempre con piel de corderos, pasando directamente de la sartén a las brasas, como lo demuestran los hechos.
Conviene que veamos sin apasionamientos ni prejuicios los resultados. El desastre inició desde antes de que López Obrador y Morena tomaran el poder de la República. Canceló uno de los proyectos de infraestructura más importantes de América Latina, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que prometía un trascendente impacto económico en el oriente de la Cuidad y el Estado de México, con una inversión inicial de 13 mil millones de dólares, de los cuales ya se habían invertido 6 mil millones, según datos oficiales. A partir de allí, ya en el poder, todo se vino abajo.
Eliminó programas del Presupuesto de Egresos de la Federación, que estaba comprobado por el Coneval, sí contribuyeron a reducir la pobreza, como el ramo 23 que contemplaba recursos para los fondos regional, metropolitano, para la accesibilidad de personas con discapacidad, proyectos de desarrollo regional para obras de infraestructura básica, apoyo a la vivienda, atención a jornaleros agrícolas, empleo temporal, comedores comunitarios, apoyo a la comercialización, d salud, de consolidación de reservas urbanas, etcétera.
Prometió acabar con el huachicol de las gasolinas pero por su ignorancia provocó semanas de desabasto y la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, con más de 137 familias que aun lloran a sus muertos; los puntos de ordeña se redujeron apenas 21 por ciento, al pasar de 11 mil 416 de enero a octubre de 2019 a 8 mil 919 en el mismo período de 2020, pero se incrementó el robo a gasoductos, que según información oficial, de enero a octubre de 2020 se registraron mil 696 en 2020 en contraste con mil 119 de 2019.
Prometió regresar al ejército a los cuarteles y quitarles la responsabilidad de la seguridad pública, pero por el contrario, construyen el aeropuerto de Santa Lucía, el Parque Ecológico Lago de Texcoco, un aeropuerto en Tulum, construyen 2,700 sucursales del Banco Bienestar y construyen y administran el Tren Maya. Prometió acabar con la inseguridad y el crimen organizado, pero se ha convertido en defensor de los narcos, se han disparado los feminicidios, las masacres y emboscadas a policías y miembros del ejército.
Por irresponsabilidad, México es calificado el cuarto peor país del mundo en el manejo de la pandemia por covid-19, con más de 46 millones de contagios y 250 mil muertos, entre ellos los trabajadores de la salud a quienes les negaron insumos y equipos para trabajar. Dejó a los más pobres en el confinamiento, con la recomendación de “Quédate en casa”, pero sin alimentos y sin programas de apoyo. Desapareció el seguro popular para crear el Insabi que no funciona; dejó sin medicinas a personas con VIH y niños con cáncer, cuyos padres tuvieron que interponer demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para ser escuchados.
La economía se derrumbó desde el primer día que los corruptos y neoliberales le entregaron el poder desde antes de la pandemia, 2019 y primer trimestre de 2020. Ya con pandemia se perdieron 747 mil empleos formales y 900 mil empleos sólo durante el pasado mes de enero. Los precios de los productos de la canasta básica se han disparado y como consecuencia tenemos 10 millones de nuevos pobres. Se gastaron los recursos de fondos y fideicomisos por más de 68,400 millones de pesos destinados a la atención a desastres naturales, para el desarrollo de la ciencia y la tecnología y ya iban encarrerados sobre el dinero de las afores seguramente para las campañas de sus candidatos.
La justificación de este desastre como del desplome del metro fue recortar recursos por la austeridad y combate a la corrupción, pero ésta se ha incrementado como demuestran con los casos de Pio López Obrador, Irma Eréndira Sandoval, Manuel Bartlett, Ana Guevara, Félix Salgado y David Monreal. La venta o rifa del avión y el caso Lozoya son apenas detalles. Por todo esto y mucho más, los mexicanos no debemos votar por los candidatos de Morena.
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