Antes de que Morena llegara al poder eran reiteradas las quejas del mal servicio que daban algunas instituciones como el Seguro Popular, el IMSS o ISSSTE; los testimonios de sus afiliados eran: “me toca consulta y seguramente voy a perder todo el día”, “me tocó la enfermera corajuda”, “otra vez me dieron un altero de medicina”, “me atendió un nuevo especialista y ya me mandó hacer otros estudios”.
Así era como el pueblo se quejaba y evidentemente eran señalamientos ciertos, además había que esperar horas y horas para ser atendido; ya sabías que si tu cita era a las 12 del día pasarías con el especialista a las dos de la tarde; tenías que aguantar sin chistar los regaños a tu persona o a otros pacientes por parte de alguna enfermera de pocas pulgas para, finalmente, salir atormentado por la situación y con una buena dotación de medicamentos para que te alcanzaran para dos o tres meses, según lo prolongado de tu siguiente cita.
Hoy en día, las cosas son peores. El Hospital Regional de Fresnillo, que antes recibía a cientos de pacientes no solo de Zacatecas, sino que acudían los más pobres de los estados vecinos como Jalisco, Nayarit o Durango, donde los menesterosos eran atendidos con un cobro simbólico, por lo que, a pesar de todo, esta institución tenía buena fama.
En la actualidad, los campesinos, obreros, amas de casa y la gente de menor ingreso añoran el retorno del servicio, aunque sea, dicen, al nivel que antes mantenía. Estos estratos de la sociedad afirman que es un completo desastre el sector salud y la culpa es de la Cuarta Transformación y solo podrá superarse con un equipo distinto, con una política sanitaria efectiva y con recursos suficientes.
La molestia en el pueblo que no se puede curar va en aumento y, por si fuera poco, son ya varios días del plantón en el Hospital de la Mujer en este municipio, donde el Sindicato del IMSS y del Sector Salud están peleando, pero no crea amigo lector que es para traer a Fresnillo una mejor calidad de servicio con mejores médicos o para garantizar el abasto de medicamentos, el arribo de especialistas o ya, de plano, para exigir al Gobierno federal la entrega de los 20 millones que le tocó al nosocomio como producto de la rifa del avión que hasta la fecha no se entrega.
¡Nada de eso!, la pelea de los sindicatos es por el control del centro hospitalario, aunque dicen que no hay vuelta de hoja, pues ya pasó a ser parte del nuevo sistema del IMSS-Bienestar y seguramente los dos grupos quieren meter a su personal, por lo que mantienen tomadas las instalaciones dando un servicio pésimo a la ciudadanía.
Por lo pronto el conflicto va para largo porque campean los intereses de los gremios en disputa olvidando por completo la salud del pueblo de Fresnillo, por tanto es necesario registrar estos acontecimientos porque en septiembre próximo se cumplirán 4 años de gobierno de la 4T y no se cumple una sola de sus promesas; al contrario, la Secretaria de Salud sufrió un severo recorte presupuestal con la política que había comenzado en los últimos años del gobierno anterior y se agravó la situación al desaparecer el Seguro Popular y crearse el Insabi.
A nivel nacional, en vez de reforzar el sistema de salud con más recursos, se hizo todo lo contrario: en los dos primeros años de gobierno morenista disminuyó el número de afiliados a las instituciones de salud pública con el aumento natural del número de pacientes atendidos por la medicina privada.
El estrato de menores ingresos fue el más afectado con estas medidas reduciendo a los afiliados de siete a cuatro de cada 10; por último el número de muertes incrementó en varios millones debido a una deficiente política de salud que dejó de atender no solamente la pandemia de Covid-19, sino todo tipo de enfermedades. Es imposible dejar de relacionar el aumento de la mortalidad en México con la política de salud implantada desde el inicio del gobierno actual.
Por lo pronto en Fresnillo están felices los directivos de la medicina privada como Medica Norte, San Vicente y Real de Minas, quienes día tras día engordan sus bolsillos al incrementarse el número de pacientes que acuden como último recurso a sus hospitales a dejar su última gota de sangre.
Para estos magnates de la salud son favorables los problemas entre Norma Castorena y Oswaldo Pinedo, así como el fracaso del sector salud del país y de Zacatecas, y de seguro han de dar gracias a López Obrador por su acertada política en beneficio de ellos al arrojar a la gente a curarse en sus hospitales, lo que va en detrimento de la inmensa mayoría. Pero que no se confíen, porque el pueblo está cobrando conciencia de la situación y exigirá mejores condiciones de salud, de no lograrlo impondrá un gobierno popular que aplique una política a favor de este. ¡Al tiempo!
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