Al inicio de campaña del actual gobierno de la república, vimos, escuchamos y seguimos haciendo lo mismo, hasta el hartazgo respecto a las “mañaneras” del presidente Andrés Manuel López Obrador quien repite de manera machacona que su gobierno es del “pueblo y para el pueblo”, “que el pueblo es bueno y sabio”, que “primero los pobres”, que su gobierno es distinto, que va acabar con la corrupción; mientras, por otro lado, vemos también de manera alarmante el incremento de la pobreza en el país.
De acuerdo con el INEGI, en su censo de población y vivienda de 2020, el país cuenta con 126 millones 014 mil 24 mexicanos; por otra parte El CONEVAL, en su informe sobre Medición multidimensional de la pobreza en México informa que existen un total de 57.8 millones de mexicanos con algún tipo de pobreza, y de esta cantidad, 47 millones son pobres y 10.8 millones de mexicanos viven en pobreza extrema; eso quiere decir que no tienen empleo, que no saben si van a comer mañana, que no tienen donde vivir, que no tienen seguro social.
El gobierno de la 4T, con la intención de asegurar votos y comprar conciencias, ha desarrollado toda una batería de programas sociales con un claro objetivo que es agarrarse, con uñas y dientes, al poder cueste lo que cueste para las próximas elecciones presidenciales y de gubernaturas en los estados de la república.
Para eso ha creado, o más bien maquillado e inyectado, inmensas cantidades de dinero público a programas sociales monetarios como Sembrando vida, Jóvenes escribiendo el futuro, Jóvenes construyendo el futuro, las Becas Benito Juárez, becas para personas con discapacidad, becas para adultos mayores, entre otras. Para operar esos programas se hacen recortes a los presupuestos de obras y servicios para pueblos y colonias, como el de agua potable, drenaje, pavimentaciones, introducción de energía eléctrica, alumbrado público, construcción de escuelas y las que existen dotarlas de todo lo necesario para operar dignamente, construcción de hospitales y que los que ya existen sean equipados a la altura de la misma calidad como lo dijo López Obrador de los países de Noruega y Dinamarca.
Los programas no van a acabar con la pobreza, se van a construir viviendas, carreteras, se va a introducir el agua, el drenaje y la luz. Los programas no son para todos los mexicanos, esa es la verdad; las brigadas “correcaminos” que no son otra cosa que promotores del voto del actual gobierno; son solo para gente cercana o anotan a los que ellos quieren.
Urge que los mexicanos nos quitemos las vendas de los ojos y nos demos cuenta de que los programas sociales sí nos sirven para quitarnos el hambre unos días, pero, no acaban con la pobreza que cada día lacera más a la gente pobre y trabajadora del país.
Hacernos creer que entregando dinero a la gente se combate la pobreza, es tratar de convencernos que con eso podemos vivir sin agua, sin drenaje, sin electrificaciones, sin escuelas y hospitales y que en las próximas elecciones votemos por ellos por el simple hecho de que nos dan dinero y por esa razón estar eternamente agradecidos.
El Movimiento Antorchista Nacional propone, desde hace mucho tiempo, cuatro ejes que ayudarían a disminuir la pobreza en el país, que son las siguientes: 1. Empleo para todos, 2. Incremento de los salarios, 3. Justa repartición del gasto social, y 4. Impuestos progresivos. Organízate y lucha con Antorcha.
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