Los estudiantes somos el futuro de México, pero con la pobreza somos pocos los jóvenes que pretendemos culminar una licenciatura a raíz de la mala distribución de las riquezas.
El Coneval señala que, “de acuerdo con el artículo 3 de la Constitución […] el 2 y 3 de la Ley General de Educación, toda persona tiene derecho a la educación y el Estado deberá prestar servicios educativos de calidad, para que la población pueda cursar la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior”. Pero la realidad es otra.
El gobierno de la 4T se niega a atender las necesidades de los estudiantes y maestros para la mejora de sus planteles, para apoyar los albergues estudiantiles, becas o pagos de salarios (incluso arremeten con la policía contra los peticionarios); violan la ley, cometen un delito y quedan impunes.
Desde que Morena tomó el poder político de nuestro país, nuestra educación cada día es más escasa. “En México, más de 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a las escuelas, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por distintos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. En 2018 había 23.5 millones con rezago educativo, y para el 2020 sumaban 24.4 millones”. (Coneval, en “Nota técnica sobre el rezago educativo, 2018-2020”, 5 de agosto de 2021).
Es lamentable saber que no solo en Puebla, sino en toda la república se carece de maestros, aulas, infraestructura y de los servicios básicos como es el agua potable, la luz eléctrica, drenaje y otras.
Ahora bien, la nueva política de nuestro país cree que una de las soluciones al problema de la educación es el reparto de pagos directos a los estudiantes, como son las becas Benito Juárez, pero desprotegiendo al otro lado del pueblo. Las becas no han resuelto el problema de raíz, cada vez empeora todo y sometiendo a qué padres de familia y los jóvenes que ya son mayores de edad voten obligatoriamente por los políticos que dirigen el país.
¿Qué pretende este gobierno con la juventud de ahora? Que seamos menos los profesionistas y tenernos como viles esclavos de las grandes industrias capitalistas y enriquecer los bolsillos de unos cuantos, mientras que al pueblo solo le reparten las migajas del bolillo, buscan embrutecer a la juventud con conciertos de los artistas de moda, con becas que es una obligación del gobierno dar, o qué la juventud de hoy sean padres o madres a temprana edad, que seamos más las víctimas de la delincuencia organizada o que sean más los jóvenes vagabundeando en las calles a causa de la drogadicción y el alcohol. Este gobierno nos está pudriendo el cerebro.
Por eso, el Movimiento Antorchista, ante esta realidad, se ha dedicado a educar y organizar al pueblo trabajador, a las capas más marginadas de nuestro país. Y dentro de esta tarea de organizar y educar a las capas más pobres se encuentra también la liberación del espíritu, pues nuestro líder el maestro Aquiles Córdova Morán está convencido de que no sólo existe la esclavitud material, sino también la espiritual, y de que para liberarse de las cadenas que atan al hombre al trabajo esclavizado, primero debe liberarse de las cadenas que atan a su espíritu.
Siendo integrante de los Grupos Culturales Nacionales tengo duda de la gran tarea que nos encomienda la organización y de la responsabilidad que tenemos, puesto que el arte es el cultivo de la inteligencia y la sensibilidad, el arma que todo ser humano necesita para desprendernos de estas cadenas.
Los jóvenes tenemos que saber que somos el tesoro más grande del mundo, somos quienes tenemos que educar ahora a nuestros seres queridos y a nuestro pueblo. Pero no podremos si no nos educamos, si no estudiamos, si no nos unimos, si no luchamos. Tenemos que formar el partido político de los pobres y entender que nosotros somos el futuro que México necesita y que nos necesita ahora más que nunca.
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