En este país, yo quisiera preguntar: ¿qué partido, qué grupo político tiene un verdadero ideario? ¿Qué partido o qué grupo tiene principios sólidos, claros, precisos y coherentes? ¿Qué partido le habla al pueblo de los problemas y de las necesidades del pueblo mismo, como lo hace Antorcha?
La relación entre el gobierno y los magnates, facilitada por figuras como Altagracia Gómez, es un factor que perpetúa la desigualdad y beneficia exclusivamente a las élites económicas.
¿Qué partido o qué grupo se compromete con el pueblo como lo hace Antorcha y como lo hago yo? Yo pregunto, como dijo León Felipe: “Pregunto ¿no puedo yo preguntar?” Y pregunto: ¿a ver, díganme un partido que tenga principios? ¿Que tenga un programa claro en favor del pueblo, que se esté descarnando por el pueblo trabajador? Díganme cuál.
Este es un fragmento de un discurso del ingeniero Aquiles Córdova Morán, fundador y líder del Movimiento Antorchista Nacional, dirigido a representantes obreros y campesinos de toda la república, y debemos decir cuánta razón tenía y tiene.
La analista económica Valeria Moy predice que, para este 2025, en materia económica vamos a tener un crecimiento bajísimo que ronda el 1.1 %. Incluso tendremos algunos trimestres con crecimiento cero o incluso negativo, y a fin de año llegaremos a un crecimiento del 1 %.
Esta situación tan complicada y riesgosa se debe a que el gobierno morenista, con la construcción de sus obras faraónicas, no generó proyectos productivos, sino solo gasto, que no va a redituar ganancias económicas.
Una de las grandes deudas del gobierno federal que acaba de concluir es la falta de crecimiento. Sus defensores dicen que fue por la pandemia, pero esta afectó a todo el mundo; sin embargo, la recuperación fue muy lenta, pues no hubo apoyos fiscales del gobierno a las pequeñas empresas.
Para que tengamos un crecimiento aceptable y podamos hablar de prosperidad, se deben crear las condiciones para que se dé ese crecimiento económico. Es necesario desarrollar infraestructura en carreteras, transporte, servicios de salud, educación, vivienda, etcétera.
Los recortes que anuncia el gobierno federal para este 2025 no auguran nada bueno para los trabajadores y sus familias. Seguiremos viviendo historias de terror y angustia cuando nos enteramos de que los servicios de salud no cuentan ni con lo indispensable para una atención adecuada, y la saturación de los hospitales y centros de salud obliga a que los pasillos estén llenos de enfermos que esperan atención.
Pero el gobierno federal, ¿en manos de quién ha dejado la relación con los empresarios más poderosos de México? ¿Quién se reúne con los magnates del gran capital? El gobierno ha nombrado para este fin a una empresaria, Altagracia Gómez, que “sugiere” y “orienta” las inversiones públicas, es decir, los dineros de todos los mexicanos, para beneficio de esos magnates, facilitando el crecimiento de sus fortunas.
En términos de riqueza, la fortuna conjunta de los multimillonarios mexicanos pasó de 168 mil millones de dólares en 2023 a 199 mil 700 millones en 2024, es decir, un incremento de 18.2 %. A ellos no les importa que no crezca el país, ni les interesa la reducción de la pobreza ni la falta de servicios básicos.
Los poderosos se sienten cómodos con la “izquierda” en la presidencia de México. Ni la llegada de Donald Trump ni el impacto de la pandemia de covid-19 los han detenido en su afán de riqueza. Y si AMLO es el mejor presidente, lo es solo para la gran burguesía mexicana, que vivió en un verdadero paraíso, pues los gobiernos, durante décadas, han renunciado a regular su acumulación de poder e influencia, y todo apunta a otros seis años para seguir engordando sus capitales.
Oxfam sostiene que la relación política de Carlos Slim y Germán Larrea con el gobierno les facilitó incrementar sus fortunas en 70 % en los últimos cuatro años, hasta alcanzar un monto equivalente a seis de cada cien pesos de la fortuna privada en el país, cifra equiparable a la riqueza de la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe (cerca de 334 millones de personas).
El gobierno morenista ha estado marcado por la concentración de riqueza y poder entre los multimillonarios mexicanos, quienes han incrementado significativamente sus fortunas en los últimos años, en contraste con el estancamiento económico del país y la persistencia de la pobreza.
La relación entre el gobierno y los magnates, facilitada por figuras como Altagracia Gómez, es un factor que perpetúa la desigualdad y beneficia exclusivamente a las élites económicas.
Los resultados del gobierno representan la falta de un compromiso auténtico con el bienestar de la población. Por ello, es urgente la necesidad de un cambio estructural que priorice el desarrollo equitativo y el acceso a servicios básicos para todos los mexicanos.
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