La “lucha contra la corrupción” ha sido bandera de López Obrador, desde su campaña hasta ahora que gobierna. Y verse a mitad de su mandato puesto en un gran desprestigio por su propia consigna anticorrupción, debería ser vergonzoso para cualquier gobierno carente de cinismo y demagogia.
Hace una semana, el domingo 7 de noviembre, fue noticia de primera plana la detención por unas horas en un avión privado, el viernes 5 del mes, en el aeropuerto de Antigua Guatemala, de Paola Galico Félix Díaz, hoy exsecretaria de Turismo del gabinete de Claudia Sheinbaum. La captura fue por no registrar legalmente en dicho aeropuerto 35 mil dólares en efectivo de su maleta, es decir, 717 mil 150 pesos mexicanos (de acuerdo al tipo de cambio hoy). Otro motivo de escándalo es que el viaje era para asistir a la boda de Santiago Nieto Castillo, el afamado director de la Unidad de Inteligencia Financiera, la temida UIF, verdugo de los enemigos del presidente, pero que cargaba el lastre de tres años sin ningún resultado efectivo de su encargo anticorrupción. Nada menos que Santiago Nieto, quién pertenecía al círculo más cercano del presidente López Obrador, quien pregona aquí y en el mundo entero que su gobierno y funcionarios, desde los más altos puestos altos hasta el policía de la esquina, viven la más increíble austeridad, haciendo realidad la proeza de un gobierno que pregona la “austeridad republicana” blandida con otra famosa frase lopezobradoriana de que no puede existir en México “gobierno rico con pueblo pobre”.
Después de su corta detención en el aeropuerto guatemalteco, Paola Galico, exsecretaria de Turismo en la Ciudad de México compartió tranquila con otros 300 invitados mexicanos, entre políticos, empresarios y periodistas, la boda del hasta entonces por todos temido Santiago Nieto, jolgorio celebrado en el hotel de lujo en Antigua, famosa ciudad turística en Guatemala. Alguien de entre los invitados dio a conocer en los medios hasta el menú que sirvieron. Una boda de lujo que no tenía nada de austera, y a partir de ahí, como por encanto, la hasta entonces brillante estrella de Santiago Nieto empezó a languidecer hasta apagarse un día después de darse gusto. El lunes inmediato en la mañanera del presidente, a pregunta expresa de los periodistas a sueldo de su gobierno, el presidente despotricó hasta el cansancio condenando para siempre a su antes, destacado y ejemplar funcionario. Después de la regañina a Santiago Nieto Castillo no le quedó de otra sino optar por la renuncia, su jefe mayor ya lo había corrido.
Paola Galico, hoy exsecretaria de Turismo de Claudia Sheinbaum, se adelantó a la sanción y el mismo día de la boda presentó a Claudia Sheinbaum su renuncia al percatarse de las cruentas críticas que iban a caerle encima, por irse de fiesta fuera del país el mismo día en que se realizó el Gran Premio de México, espectáculo de turismo automovilístico que deja dinero a raudales a las arcas del gobierno de la capital, pero sobre todo por el escándalo de los 35 mil dólares en efectivo que llevaba en la maleta en ese viaje.
Dos funcionarios de primer orden de la cuarta transformación, miembros destacados del partido Morena se vieron obligados a renunciar, dejando al descubierto, la falta completa de austeridad, el derroche fastuoso de la boda en el extranjero de Santiago Nieto, la corrupción descarada de los 35 mil dólares en la bolsa de Paola Galico Félix. Así, una vez más, quedó de manifiesto la falta de austeridad y corrupción desbocada, males profundos de los cuales cojean muchos de los morenistas, incluidos altos funcionarios de la 4T.
La “lucha contra la corrupción” y la “predicada austeridad” han resultado ser solo cortinas de humo del régimen morenista, y los casos “Santiago Nieto” y “Paola Galica” son una muestra más de la demagogia de la 4T. Una demostración de lo que se ha repetido miles de veces, que el garrote de la UIF solo se ha utilizado en contra de los enemigos y críticos del presidente.
Los mexicanos tendremos elecciones en los próximos años, y será una oportunidad para acabar con un gobierno que está destruyendo nuestro país, desde el punto de vista que se le mire, sea corrupción o de cualquier otro problema. Ojalá el pueblo de México, abra los ojos, despierte y no deje pasar una oportunidad como esta.
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