MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Seguridad social, peor que hace tres años

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A casi tres años y medio del presente sexenio, ya es tiempo de que los mexicanos preguntemos qué ha pasado o cuando menos cómo va el compromiso hecho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no solo como mandatario federal, sino incluso como presidente electo para que en un plazo de dos años, México cuente con un sistema de salud como el que tienen en Canadá, el Reino Unido o en Dinamarca. Recordemos que en una de sus mañeras, AMLO pronosticó que el 01 de diciembre de 2020 nuestro país tendría un sistema de salud como el de los países del norte de Europa.

De acuerdo con algunas fuentes, la cobertura en México aumentó significativamente en el país luego de la introducción del Seguro Popular en 2004, pero estaba muy lejos de ser universal como en el caso de Reino Unido, Canadá o Dinamarca, utilizados como ejemplo por AMLO. Por lo que el acceso efectivo de todos los mexicanos a servicios de calidad era otro de los retos del Sistema Nacional de Protección Social en Salud que el actual mandatario prometió reformar durante su larga campaña presidencial y desde el inicio de su administración.

Pero, revisemos lo dado a conocer por las estadísticas oficiales respecto al tema. Con datos recientes, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) registra, la mitad de la población en Jalisco no tiene acceso a la seguridad social. De un total de 8.3 millones de habitantes en la Entidad, 4.1 millones no están afiliados en alguna institución de salud y con todas las prestaciones.

La organización México Evalúa señala que la garantía del derecho a la salud de las personas más pobres en México es peor ahora que hace tres años. Desde que se sustituyó al Seguro Popular por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el presupuesto gastado en atender a la población no deja de caer, al igual que las consultas médicas. Entre las Entidades que no firmaron un convenio de adhesión con el Insabi se encuentra Jalisco. Aunque se tiene coordinación con el Instituto federal, el Estado maneja los recursos de salud de forma directa. Sin embargo, con o sin adhesión, la pandemia empeoró la prestación de servicios de salud para la población.

En medio de la pandemia por la covid-19, en el país se incrementó la población con carencia por acceso a los servicios de salud. En su Nota técnica sobre la carencia por acceso a la seguridad social, 2018 – 2020 de fecha 5 de agosto del 2021, el organismo reporta que, entre 2018 y 2020, a nivel nacional se observó un aumento de la población con carencia por acceso a los servicios de salud, al pasar de 16.2% a 28.2%, lo cual representó un crecimiento de 20.1 a 35.7 millones de personas en este periodo. Significa que en dos años hubo un aumento de 15.6 millones de personas que reportaron no estar afiliadas, inscritas o tener derecho a recibir servicios de salud en una institución pública o privada. El aumento en el porcentaje de la población, sin acceso a servicios médicos se dio principalmente en la población de menores ingresos.

El Coneval destaca que en México, la emergencia sanitaria por covid-19 se desarrolló ante un Sistema Nacional de Salud caracterizado por tener una configuración fragmentada y desarticulada. A esto se le suman factores como la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, cáncer, hipertensión u obesidad en la población mexicana, que abona al aumento de la demanda de servicios de salud. A la evolución acelerada de la carencia de servicios de salud que se dio en el contexto de la emergencia sanitaria, se añade la creación del Insabi y la desaparición del Seguro Popular.

El anuncio del Gobierno federal de que el programa IMSS Bienestar atenderá a las personas sin seguridad social es una medida para encubrir que el Insabi es un fracaso rotundo y evitar rendir cuentas sobre lo que ha sucedido. Estamos viendo la extinción del Instituto de Salud para el Bienestar. El presupuesto como de atenciones reportadas a la baja por el Insabi en enero pasado, es la antesala del cierre del programa. En ese mes, el gasto total del Insabi fue de sólo 34 millones de pesos, frente a los 579 millones de pesos que se tuvieron en el mismo mes del año pasado, y muy por debajo de los tres mil 520 millones de pesos que se tuvieron en 2019, cuando todavía operaba el Seguro Popular. Con base a estos datos, organizaciones no gubernamentales, entre ellos México Evalúa señalan que la garantía del derecho a la salud de las personas más pobres en México es peor ahora que hace tres años.

Conviene dejar en claro que muchos mexicanos, sobre todo los medianamente informados, no hemos creído ninguna de las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador y mucho menos de que prácticamente de la noche a la mañana, disfrutaríamos de los servicios de un sistema de salud similar al de los países nórdicos. Los números no mienten y los aquí anotados dicen otra cosa. Se necesita dedicar cada vez más dinero al gasto en salud, para construir las escuelas de medicina necesarias, capacitar a maestros y para que concluyan sus estudios los médicos generales y especializados, todo esto llevaría muchos años.

La realidad mexicana es diferente al de aquellos países. Bastan algunas comparaciones: en cuanto a recaudación tributaria, México recauda por impuestos el 17.2% del PIB. Islandia: 36.7%, Suecia: 44.12%, Finlandia: 44.13%, Dinamarca: 45.94%. México invierte el 2.8% o menos de su PIB en salud, Finlandia: 6.7%, Islandia: 7%, Dinamarca: 8.6%, Suecia: 9.9%. Está tendencia no va a cambiar con el Gobierno de la 4T ni con Morena, AMLO no está entre sus prioridades la salud de los mexicanos, todo lo ha gastado en sus obras faraónicas y ya no tiene nada que ofrecer y solo está y seguirá ofreciendo montajes como la polémica revocación de mandato.

Si en realidad se quiere replicar el sistema de salud de los países del norte de Europa, hay que aprender no solo de sus programas sociales, sino de sus políticas de desarrollo que los han colocado a la vanguardia en competitividad económica, salud, seguridad social, incluyendo las políticas fiscales. Está documentado que pagar impuestos en los países nórdicos es un trámite sencillo, puede hacerse desde el celular, y, sobre todo, la población confía en el buen uso que se le dará a sus impuestos.

Cabe destacar que el Movimiento Antorchista desde hace décadas viene proponiendo, como uno de los ejes de acción, una reforma fiscal progresiva en donde paguen más impuestos los que más ganan y aumentar en mucho los ingresos fiscales, inspirado en el ejemplo de las naciones más desarrolladas y justas como Dinamarca o Suecia. Solo así, se podrá garantizar acceso a todos los servicios para todos los mexicanos, entre ellos la seguridad social, la que gracias a la 4T y Morena está peor que hace tres años.

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