La sequía del año pasado en Hidalgo dejó afectaciones en aproximadamente 120 mil hectáreas, las cuales tuvieron un valor total de 54 millones de pesos, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Hidalgo (Sedagroh). La sequía principalmente afectó a la región de Apan, Valle del Mezquital y la zona de Acatlán donde los campesinos vivieron serias dificultades para lograr el sustento de sus familias.
La Sedagroh informó que solo 50 mil de las 120,000 hectáreas afectadas por la sequía el año pasado han sido validadas, lo que les da a los propietarios la posibilidad de recibir una indemnización por parte del organismo cuyos montos no son nada dignos: la póliza va de acuerdo con el tipo de producto, si es de temporal, es de alrededor de mil 500 pesos y 2 mil 500, de riego, en ambos casos, por cada hectárea.
Así, un campesino que sea propietario de 3 hectáreas, solo recibirá 4,500 pesos por cultivos de temporal y 7,500 por riego; ingresos que poco sirven ante la evidente carestía de la canasta básica y la necesidad de invertir en insumos para el siguiente ciclo productivo.
La situación para los campesinos hidalguenses, este año se divisa desalentadora. Actualmente, las condiciones de sequía alarman a toda la población en general y en particular a los campesinos hidalguenses, pues la entidad acumula tres quincenas consecutivas con el 100 por ciento de afectación por sequía en distintos niveles, de acuerdo con el último reporte del Monitor de Sequía en México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Desde la primera quincena de enero pasado, la sequía alcanzó a todos los municipios hidalguenses: siete anormalmente secos, 45 en moderada y 32 en severa y hasta la fecha se mantienen en algún nivel de sequía.
Además, se aproxima la temporada de estiaje que es el nivel de caudal mínimo que alcanzan los cuerpos de agua en épocas del año debido a la disminución de lluvias y aumento de temperaturas, y que corresponde para 2023 desde mediados de marzo y concluye a mediados de junio; y a la fecha la sequía extrema pega a 10 municipios en Hidalgo y el riesgo de pérdidas mayores en cultivos y pastos y aumento de incendios forestales se mantiene.
Por su parte, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) delegación Hidalgo, se limitó a emitir una serie de recomendaciones como fomentar la disminución del consumo per cápita a través del tandeo de toma obligada; reparar fugas en la red y líneas de conducción; promover obras de captación de lluvias; impulsar el intercambio aguas claras por aguas tratadas; ajustar temporalmente las tarifas; implementar la cultura del agua. Todas estas medidas corren a cargo, en fin, último, de la población, encargándose al estado la promoción de las mismas y la inversión en obras y sin embargo, al sector industrial, los mayores consumidores de agua ni se les menciona.
Respecto de las acciones de prevención que eviten que se repitan los estragos de la sequía para los campesinos este año no se han mencionado las autoridades
El evidente abandono del campo ahora más golpeado por la sequía, la poca inversión federal en programas calculados que mejoren la calidad de la infraestructura e insumos y no se limiten, a mediante limosnas y programas asistencialistas, apaciguar el hambre de los campesinos; se evidencia en la dependencia nacional de maíz. En los primeros cuatro años de la 4T, la dependencia de México del maíz amarillo extranjero se disparó 29 por ciento versus el periodo comparable de Enrique Peña Nieto, alcanzando la cifra récord de 37.3 por ciento del consumo interno en el país.
El asistencialismo de los apoyos al campo ha sido denunciado por diversas organizaciones, en su análisis “Situación actual del presupuesto al sector agropecuario 2022 vs 2023”, el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) señala que, aun con el incremento al presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), los recursos están enfocados en los programas asistencialistas". “Hay cero presupuesto a Bienes Públicos, es decir, para Financiamiento, Seguros, Tecnificación entre otros, cero presupuesto a coberturas de precios ante una alta volatilidad del mercado de futuros”.
La situación del campo nacional e hidalguense demuestran que es necesario que el Gobierno federal tome acciones concretas que impulsen la producción y hagan frente a la crítica situación ambiental en que cada vez nos sumergimos más y no que se limite a otorgar simples paliativos que muy poco ayudan, cuando llegan, a las familias que ven perdidas sus posibilidades de subsistencia debido al deterioro del campo y a la soberanía alimentaria nacional.
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