El Instituto Nacional Electoral (INE) es uno de los órganos constitucionales autónomos de México, es la institución encargada de regular los procesos electorales, de participación ciudadana y normar las directrices a las que se sujetaran los participantes. Antes de la creación de un instituto que se encargue exclusivamente de organizar las elecciones, éstas las organizaba el secretario de Gobernación y el presidente de la República, por lo que este último tenía gran influencia en el proceso, a tal grado de que se favorecía con el voto al designado por él, de tal manera que todo mundo sabía que existía la “dedocracia”.
Por esta razón surgió la necesidad de crear un órgano dedicado a hacer que en nuestro país en donde se respete la democracia, para que se haga valer el voto ciudadano; para que el pueblo emita su voto, se respete la participación y gane el que mayor cantidad de votos reciba en las urnas. Ésta es la parte fundamental de la democracia en nuestro país, por lo tanto, el INE es de los mexicanos, no de Morena ni del Gobierno ni de ningún individuo en particular. Y si el INE es patrimonio del pueblo, es el pueblo el que debe defenderlo contra cualquier intento de destruirlo o anular su independencia.
Sabemos que se está orquestando una agresiva campaña de ataques, amenazas y acusaciones que se viene desarrollando en contra del INE, desde la presidencia de la República, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, en su afán de concentrar el poder, quiere que el INE haga lo que él diga, pero esto no es nuevo porque este tipo de ataques ya los hemos visto en contra de otras instancias como la Comisión de Derechos Humanos, la Comisión Reguladora de Energía y el Instituto Nacional de Acceso a la Información, además del Instituto Mexicano de la Radio, la Agencia de Noticias del Gobierno (Notimex) el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación, usando diversos métodos como la estrangulación presupuestal, la persecución judicial de los directores o mediante el nombramiento de incondicionales en los cargos de importancia, obteniendo el mismo resultado, todas las instituciones mencionadas obedecen, por convicción, por conveniencia o por miedo, a la voz de mando de la del presidente de la República.
Pero la agresividad de los ataques en contra del INE se ha intensificado en los últimos días precisamente porque se ha mantenido en su firmeza, dignidad y estricto apego a la ley del INE, por eso es que los defensores morenistas, arrecien sus ataques con más furia que nunca, porque les urge un instituto electoral sumiso y obediente, que les permita hacer movimientos legales o ilegales para conservar a cualquier precio todo el poder que tienen hoy, e incrementarlo si fuera posible.
En este contexto podemos deducir, que se está cocinando un fraude monumental de Morena para robarse la elección que viene y para poder llevarlo a cabo les urge tener el control absoluto del TEPJF y del INE, por eso que para someterlo o destruirlo de una vez por todas, resulta vital el sometimiento incondicional de la Corte.
Si no queremos que el país entre a una dictadura debemos defender la existencia del INE, decirle al presidente de la República que saque las manos de la elección. Que deje que el árbitro haga su papel, que deje de agredir a los que encabezan este instituto, puesto que el INE se ha convertido en la personificación de la dignidad de todos los mexicanos.
En nuestra organización, el Movimiento Antorchista Nacional se suma también a la defensa del instituto, pues el INE como mencioné anteriormente es un organismo autónomo que se está enfrentando al Ejecutivo, pues este quiere someterlo y si logra su cometido, estará violentando nuestra democracia y nuestra libertad.
Debemos defenderlo hoy y hacer frente al autoritarismo que está amenazando nuestra libertad y nuestra democracia, el único organismo autónomo que ha tenido la dignidad y el valor suficientes para defender la libertad y la autonomía que le otorgó el pueblo de México, ha sido el INE, por eso es deber de todos los mexicanos sumarnos en la defensa desde las redes sociales, en los medios de comunicación y hasta en las calles cuando sea necesario.
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