A raíz de la covid-19 por la que los gobiernos decretaron el confinamiento como medio de contención de la pandemia, las redes sociales se volvieron indispensables en la vida cotidiana, WhatsApp y Facebook fueron las plataformas que la inmensa mayoría aprendió a utilizar principalmente por su simplicidad.
Hubo un intento, aunque sea de palabra, de algunos órganos de gobierno porque se implementaran otro tipo de aplicaciones como Clasroom, Google meet entre otras, la primera para aplicar el programa de escuela desde casa, que según las estadísticas fue un total fracaso, por el cual se permitía llevar cabo un registro de los trabajos del alumnado, y la segunda, para implementar las clases en línea, de tal manera que sí o sí el uso del celular y la redes sociales se han vuelto indispensables medios de relación social, por lo que no es extraño que ahora gran parte de la información que las diferentes empresas ofertan la propaguen precisamente utilizando esto medios.
Igualmente ocurre con las dependencias gubernamentales de todos los niveles, que con el fin principalmente de informar sus esfuerzos a los ciudadanos, saturan las redes sociales con información referente a sus acciones y programas exitosos, exaltan los grandes montos que le invierten a los mismos, cifras que en un país como el nuestro, en donde no se cuenta con un salario mínimo seguro, terminan sorprendiendo a cualquiera; y como cereza del pastel su propaganda virtual termina dejando el mensaje de que ser parte de los afortunados es sumamente fácil, pues basta con que se tenga la necesidad y se la haga saber al organismo en turno para que este le tienda la mano salvadora. Para cualquiera que vea esta información la solución está en un abrir y cerrar de ojos. Pero la realidad es muy distinta.
Hablaré solo de lo que me consta en el estado de Jalisco. Si bien es cierto que antes de la pandemia el registro de los programas para el campo era difícil y acceder a un programa de mejoramiento de vivienda lo era mucho más, ahora con la nueva modalidad de los tramites en línea se ha vuelto un imposible. Primero porque los solicitantes que verdaderamente necesitan el apoyo, en su mayoría es gente humilde y no cuenta con equipos técnicos para registrase.
Segundo, si alguno llega a tenerlo no sabe cómo explorar en el internet ni llenar los formularios, y tercero si por fortuna en algún ciber les ayudan con el registro cobrándoles por ello claro está (tan solo para el registro del programa de apoyo al ingreso que implemento el Gobierno del estado al inicio de la pandemia, solo por el registro les cobraban hasta $100), los pocos que llegan a acceder (muy pocos en verdad) jamás reciben notificación de cómo va su trámite además de sospechosamente las fechas en que se publica una convocatoria y la fecha en que concluye son muy cortas, pero a los 15 minutos de que se abren las convocatorias ya están saturadas por lo que de nada vale seguir intentando los 6 días restantes pues el registro que ellos mismos proponen en línea es prácticamente imposible.
Cierto que los programas sociales no acaban con la pobreza y no solucionan de fondo la injusta distribución de la riqueza nacional, mucho menos soluciona de raíz los problemas sociales, pero sí ayudan, aunque sea de manera mínima, en la solución de las necesidades del día a día. Un discapacitado que no tiene forma de ganarse la vida, una madre soltera que no cuenta con un ingreso digno, una familia que debido a los bajos salarios no cuenta con baño o con cocina o vive hacinada necesita recibir apoyo de sus gobernantes no para que les solucionen la vida, pero sí par que la hagan más llevadera.
Por eso considero que publicar una cosa y ofrecer solo soluciones virtuales mientras la realidad es otra es un grave atentado contra la inteligencia y paciencia de las masas populares. Como reza un dicho “no hay mal que dure cien años ni tonto que aguante”, es urgente que los diferentes niveles de gobierno atiendan las necesidades del pueblo trabajador, no se les olvide que la realidad es una sola y se impondrá, no importa cuántas cortinas de humo virtuales o no se utilicen para ocultarla.
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