Por estos días, todas las escuelas del país terminan las clases del ciclo escolar 2023 – 2024. Millones de niños, jóvenes y adolescentes mexicanos culminan un ciclo escolar y pronto emperazán uno nuevo. De ellos, varios cientos de miles terminan sus estudios en la primaria, la secundaria, el bachillerato o la universidad. Se acaba, pues, la vida escolar en México por un tiempo, porque “hay recreo”. En un mes y días, todos ellos volverán a las aulas y ¿a los libros?
Y la duda es: ¿somos un país cuya vida escolar tiene la calidad que debería tener para ser una potencia mundial? ¿Somos un país en donde todas las escuelas tienen aulas grandes, baños amplios, laboratorios de ciencias? ¿En todas hay salas de cómputo de primer mundo, bibliotecas equipadas con lo mejor de las obras de los genios de la humanidad en las ciencias naturales, las ciencias sociales, las ciencias exactas, las matemáticas, las artes y la literatura? ¿En las escuelas mexicanas hay salones de arte, para la enseñanza de la danza, el teatro o instrumentos para que los niños aprendan a tocar y vibrar con la música? ¿En nuestras escuelas hay auditorios equipados para la presentación de los grupos de artes? ¿Somos un país en donde cada escuela tiene canchas equipadas de fútbol, básquetbol, voleibol o albercas para la práctica de la natación?
Somos un país con un proyecto educativo que empeoró bajo las reformas de la Cuarta Transformación de Morena, porque los secretarios de educación se afinan muy bien al tono del rebuzno
O, por el contrario, ¿somos un país en donde solo pocas escuelas privadas cuentan con todo eso, mientras que la mayoría de las escuelas públicas carecen de todo, literalmente de todo? ¿Somos un país en donde abundan las “escuelas de palito”? ¿Somos un país en donde no hay maestros suficientes en miles de escuelas? Somos, pues, un país en donde las escuelas no tienen laboratorios, ni computadoras, ni instrumentos musicales, ni libros de calidad (sino pura basura editorial), ni aulas suficientes, ni baños amplios para los alumnos, ni canchas, ni muchas cosas que son necesarias e indispensables para educar a los niños y jóvenes como los futuros investigadores, doctores, artistas o atletas que den competencia mundial. Somos un país con un proyecto educativo que empeoró bajo las reformas de la Cuarta Transformación de Morena, porque los secretarios de educación se afinan muy bien al tono del rebuzno. Para quien no lo crea… revise cómo la SEP transformó en una basura los libros de texto gratuitos. O revise la pésima gestión de la “maestra” Delfina Gómez, ex secretaria de Educación, pero que como es una de las consentidas de Andrés Manuel López Obrador, ahora es la gobernadora del Estado de México.
Estamos mal… y aún falta que tome posesión de la Secretaría de Educación, Mario Delgado Carrillo, un jumento morenista que, de acuerdo con una nota de El Financiero del 21 de febrero de 2024, “lo investigan en EU por el huachicol. (…) Déjenme contarles que Mario Delgado anda muy nervioso (…), porque sabe que lo andan investigando por el tema de los huachicoleros, de los Carmona. Baste recordar que en su momento el propio Porfirio Muñoz Ledo denunció que el crimen organizado le había pagado su campaña para presidente de Morena. Inhale y exhale. Existen evidencias en México y en Estados Unidos y allá hay una investigación y viene fuerte, ¡eh!, con bitácoras, transferencias, operaciones… vamos, de cómo financió el crimen organizado la campaña del hoy presidente de Morena, Mario Delgado, y a gobernadores de Sinaloa, Michoacán, Nayarit y Zacatecas en las elecciones de 2021 y en la de 2022 en Tamaulipas. Un fuerte doble. Para que dimensionen, estoy hablando de que 400 mil millones de pesos durante el sexenio, es decir, 80 mil millones de pesos por año, que no entraron a Hacienda porque pasaban la gasolina de contrabando por las aduanas”. Ese es Mario Delgado, el ahora líder nacional de Morena, también amigo íntimo de AMLO y próximo secretario de Educación con Claudia Sheinbaum.
¿Y qué hacemos nosotros? El Movimiento Antorchista Nacional y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, ambas organizaciones hermanadas en la lucha con los jóvenes, hemos luchado durante 50 años unos y 25 años otros para cambiar radicalmente esa situación, en la medida de nuestras posibilidades. Doy ejemplos de esto.
Cuando Antorcha nació en Tecomatlán como organización social, en el municipio solo había una escuela primaria en funciones; así que de inmediato los antorchistas lucharon a brazo partido por la construcción de más escuelas, todas necesarias para darle educación a los hijos de los campesinos. Actualmente, en Tecomatlán hay ludotecas, kínderes, primarias, secundarias, el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 110 (CBTa), la Escuela Normal y el Instituto Tecnológico de Tecomatlán: en total, hay 44 escuelas de todos los niveles educativos. Y se han construido casas de estudiantes y la Villa Estudiantil (con capacidad para albergar a mil jóvenes), porque ahora a este municipio llegan jóvenes de Oaxaca, Veracruz, la CDMX, Morelos, el Estado de México, Tlaxcala, Guerrero y de todo el estado de Puebla, para poder seguir estudiando y terminar una carrera universitaria. En Huitzilan de Serdán, cuando llegó Antorcha en 1984 la primaria de la cabecera estaba cerrada y los maestros tenían miedo de ir a dar clases debido al clima de violencia y asesinatos de la UCI contra los campesinos. Actualmente, con la lucha de los antorchistas y los jóvenes fenerianos ahora hay 55 escuelas en todo municipio, desde ludoteca hasta una normal superior. Y el último ejemplo es la colonia Balcones del Sur, en la ciudad de Puebla, que es una colonia con ludoteca, kínder, primaria, secundaria, preparatoria y normal superior. Es decir, puedes estudiar hasta la universidad y complementar esa educación académica con clases de arte en la Casa de la Cultura o hacer ejercicio en la Unidad Deportiva que tiene canchas de básquetbol, de voleibol, estadio de fútbol, estadio de béisbol, pista de tartán y albercas. ¿Cuántas colonias de Puebla, incluso de las más “fifis”, pueden presumir esto que en Balcones es una realidad? Casi ninguna o, quizá, ninguna. La lección de Balcones es que eso lo han logrado con la lucha de los antorchistas y los fenerianos.
Antorcha tiene además escuelas como el Centro Universitario Tlacaélel en el Estado de México, el Instituto Deportivo Salvador Díaz Mirón en Veracruz, la Universidad de Artes y Ciencias de San Luis Potosí, el Instituto de Artes Macuilxóchitl en la ciudad de Puebla, así como decenas de centros escolares de alta calidad educativa en varios estados del país y casas del estudiante gigantescas en todas las capitales estatales, cercanas a las universidades más importantes de cada zona. En cada pueblo o colonia en donde hacemos trabajo político creamos escuelas para la educación de nuestros niños y jóvenes, para que sean leídos, estudiados y con una conciencia de clase. Así que miles de jóvenes pobres y humildes, cuando nos conocen, se convencen de nuestra lucha y se aprestan a formar en las filas del activismo y la dirigencia antorchista para organizar al pueblo que, más pronto que tarde, va a hacer una revolución y cambiará a este país. En homenaje a todo eso, y más que no cabe en este texto, las generaciones de las escuelas en donde tenemos influencia se llaman: “50 años de Antorcha. Somos futuro y ésta es nuestra bandera”.
Y sí, somos futuro. Estamos educando a esos hombres y mujeres del futuro que ondearán la bandera de la lucha de los proletarios en México.
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